La tragedia de Ucrania: «Nos acostamos ucranianos y amanecimos rusos, Putin se cree un zar imperial»
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La familia de Alona vive en una ciudad ucraniana al sur del país, en Kherson (Jersón), a las orillas del mar Negro y junto al río Dniéper. En conversación telefónica con OKDIARIO, esta ucraniana comenta aterrada las noticias que le llegan de allí. Por su voz se intuye que es un manojo de nervios. No pensaba que Vladímir Putin se hubiera atrevido a tanto. «No puede hacer esto en pleno siglo XXI; se cree un zar de la Rusia imperial», afirma.
La familia de Alona relata que muchos de los vecinos de la ciudad han pasado gran parte de la noche en refugios subterráneos tras avisarles las sirenas antiaéreas de la cercanía de cazas rusos sobrevolando el cielo ucraniano.»Nos hemos acostado ucranianos y hemos despertado rusos», dicen. Sabían que podía pasar, pero más allá de su ciudad.
Relata Alona que en el fondo, se sabían en peligro, porque su ciudad está relativamente cerca de Crimea, y en Kherson saben de las múltiples carencias de artículos de primera necesidad que tienen en la península invadida por las tropas rusas en 2014. Por ese motivo, no les extrañan los bombardeos sobre su ciudad, pero están aterrados por el hecho de que, de pronto, pasen a ser ciudadanos rusos comandados por un zar que quiere recuperar un imperio perdido desde hace más de un siglo.
Alona no reprocha nada a los ciudadanos rusos, todo lo contrario. «Rusos y ucranianos somos hermanos. Siempre hemos convivido sin problemas, nosotros les queremos y ellos nos quieren». Asegura que está convencida de que «la mayoría del pueblo ruso no comparte las ansias imperialistas» de Putin, «y mucho menos, está de acuerdo con una acción de guerra que ha acabado ya con muchas vidas, algunas de ellas, niños».
Asegura que algunos vecinos han empezado a abandonar sus casas, sobre todo los que viven en grandes edificios, que son objetivos más fáciles para los bombardeos aéreos. «Se trasladan a casas más pequeñas o se refugian en los túneles subterráneos», relata.
Alona pide a la comunidad internacional, y en especial a la Unión Europea, que no les abandone. «Ucrania es Europa. Forma parte del continente y de muchos organismos europeos; negocia, incluso, entrar en la OTAN». Por eso reclama, que más allá de las grandes promesas, que haya compromisos y que realmente Putin sienta el peso del poder internacional.
Los ucranianos sabían que tarde o temprano Putin se lanzaría a ocupar parte de sus territorios, porque quiere anexionarse ciudades comercial y estratégicamente importantes, como Kiev, la capital, y Odesa, la perla del mar Negro, uno de los puertos comerciales más destacados del país. Precisamente, la zona invadida y anexionada hace ahora nueve años, la península de Crimea, carece de muchos artículos básicos; por ello, Putin busca hacerse con una franja desde el este que posibilite aumentar los suministros para Crimea.
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