Europa se divide sobre el futuro de las sanciones económicas a Rusia

Europa se divide sobre el futuro de las sanciones económicas a Rusia
Un tren accidentado en la ciudad ucraniana de Yasynuvata controlada por los rebeldes (Foto: Reuters)
Rafael Gallego

Estas sanciones datan de hace dos años, después de que Rusia se anexionara la península ucraniana de Crimea y el apoyo de Moscú a las fuerzas separatistas al este de Ucrania, donde la lengua principal es el ruso. Pero, mientras algunos miembros de la UE como Polonia o las repúblicas bálticas, siempre temerosas del expansionismo ruso, argumentan que estas sanciones son una respuesta necesaria, otros comienzan a ver con mayor interés la importancia de Moscú como un socio comercial, amén de proveedor de energía y aliado importante en la guerra de Siria.

Italia y Hungría pasan por ser los más cercanos aliados al Kremlin en Europa, y han asegurado que las sanciones no tendrían por qué ampliarse de forma automática una vez se cumpla el plazo el próximo junio. “No podemos dar nada por hecho en estos momentos” ha afirmado el ministro italiano de Exteriores Paolo Gentiloni, mientras que su homólogo húngaro Peter Szijjarto ha defendido que “no se pueden decidir sanciones escondiendo los temas importantes bajo la alfombra. Las sanciones se deberían decidir al más alto nivel y no ser impuestas de forma automática”.

Junto a estos dos países, Grecia y Chipre son los mayores defensores del fin de las sanciones a Rusia, además, por supuesto, de los agricultores europeos, cuyas ventas han descendido en un alto porcentaje y esta lunes han protestado en Bruselas. Moscú, en contestación a las sanciones, impuso las suyas propias cerrando el paso a muchos alimentos importados de la Unión Europea.

Cumplir los acuerdos de Minsk

Estados Unidos ha recordado que para que occidente pueda plantearse levantar las sanciones a Rusia habría que verificar que se cumplen los acuerdos de paz de Minsk. “La elección es de Rusia, ellos eligen si cumplen sus obligaciones o continúan las sanciones que dañan su economía” ha sentenciado el secretario de estado de EE UU John Kerry.

Estos acuerdos de Minsk pasan por el fin a la guerra en el este de Ucrania, incluyendo el cese en la ayuda militar rusa a las autoproclamadas Repúblicas Populares de Donestsk y Lugansk. Por su parte, el ministro de Exteriores ruso Sergei Lavrov asegura que es EE UU el que debe comprometerse a cumplir este acuerdo.

De momento, más allá de estas intenciones públicas, no ha comenzado una negociación real en Bruselas, entre otras razones, porque la actual representante de Exteriores de la UE, Federcia Mogherini –italiana- tiene previsto viajar a Rusia próximamente, en medio de otra polémica relacionada con la demanda de la Unión de la liberación de la piloto Nadia Savchenko, detenida y acusada de haber facilitado a tropas ucranianas la posición de dos periodistas rusos para su eliminación.

El ministro polaco de Exteriores, Witold Waszczykowski, respaldado por Gran Bretaña, afirmó ante sus homólogos que primero debería visitar Sergei Lavrov Bruselas para, sólo después, devolverle la visita.

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