Trump arrasa en las encuestas tras el gran debate

Donald-Trump
Donald Trump en un mitin en Rochester (Foto: Getty)
Juanan Jiménez
  • Juanan Jiménez
  • Responsable de la mesa de coordinación. Especializado en información nacional e internacional, breaking news, periodismo de datos y visualización, también escribo sobre motor y tecnología.

Los sesudos analistas políticos en Estados Unidos coinciden en una cosa: Trump llega a la gente. Pero a un tipo de gente, a las clases más populares, permeables al tipo de mensajes que lanza el aspirante a candidato del Partido Republicano en las próximas elecciones de Estados Unidos. Las últimas encuestas, tras el debate de los aspirantes del GOP,  le sitúan con un 33.95% de apoyos, según la media de encuestas creada por Huffpost. Su inmediato perseguidor es Ben Carson, con un 19.9%, muy lejos aún del multimillonario.

¿Qué es lo que realmente cala del mensaje de Donald Trump? En primer lugar, ese mensaje está perfectamente teledirigido a un sector muy claro del Partido Repúblicano: Clase trabajadora, en su mayoría hombres blancos. Por eso, sus mensajes contra la inmigración, contra comunidades como la hispana, en claro crecimiento en los últimos años, lejos de provocar la repulsa de sus votantes genera una corriente de opinión favorable para Trump. Su mensaje, muchas veces demagógico, va con el personaje y tiene éxito.

Tampoco le perjudica su condición de hombre rico. Su posición contra el establishment, desmarcándose de la clase política actual, y su mensaje de que él es inmune a las tentaciones, a que nadie pueda comprarle, porque él ya tiene dinero y está muy por encima de cualquier tipo de chantaje del poder. Sin ir más lejos, en un acto celebrado en Rochester, New Hampshire, dijo que si llega a ser elegido «lo primero que voy a hacer es no aceptar el salario de presidente. Eso no supone un gran problema para mí».  El sueldo del inquilino de la Casa Blanca es actualmente de 400.000 dólares, unos 350.000 euros. De hecho, en la carrera presidencial uno de los puntos clave con los que deben lidiar los candidatos es la financiación de la misma. En ese sentido, Trump goza de una estabilidad y recursos económicos que le permiten gastar lo que a otros candidatos les cuesta un mundo conseguir. Esa batalla la tiene ganada de antemano.

Trump ha comprendido una de las máximas que mejor funcionan en la política: nunca te pongas a la defensiva. Atacar, atacar y atacar. En ese sentido, el candidato republicano es un hombre que se ha hecho así mismo, y que es inasequible al desaliento. El éxito en sus negocios no es, precisamente, el de alguien que se sienta en un despacho y espera que unas acciones suban o bajen. Se ha forjado en mil batallas y sabe que el tipo de mensaje agresivo que envía a través de los medios o en sus mítines, nunca puede llevar aparejado el más mínimo síntoma de debilidad. La disculpa no entra dentro del ideario de Trump. Esa imagen, mucha gente la relaciona con la de un ganador nato.

 

 

Lo último en Internacional

Últimas noticias