Estados Unidos sopesa un levantamiento parcial de las sanciones a Rusia

ULA-NASA
Lanzamiento de cohetes de la ULA (Foto: Getty)
Rafael Gallego

Estados Unidos se está encontrando con nuevos problemas producto de su dependencia de la tecnología rusa para mantener su programa aeroespacial y está teniendo que recurrir a intrincados encajes diplomáticos para mantener en pie sus proyectos.

El Departamento de Defensa de Estados Unidos espera decidir pronto sobre la posibilidad de conceder de forma puntual un levantamiento de las sanciones a Rusia en lo que respecta a los contratos que tiene suscritos la ‘United Launch Alliance’. Esta empresa es una ‘joint venture’ participada por Lockheed Martin y Boeing y es la encargada de construir los cohetes de lanzamiento para Estados Unidos, incluyendo su Defensa y la NASA, entre otras organizaciones.

Esta ULA lleva teniendo el monopolio de la provisión para los lanzamientos de satélites para la fuerza aérea estadounidense desde el año 2006 y actualmente compite contra empresas como SpaceX, que desde este mismo año ha obtenido la certificación para construir sistemas de lanzamiento o Blue Origin.

El producto estrella de la ULA es el cohete Atlas 5, que utiliza el motor RD-180, fabricado por la empresa rusa NPO Energomash. Mientras Estados Unidos trabaja en posibles alternativas, como el Blue Origin que impulsa el fundador de Amazon y emprendedor Jeff Bezos, o los proyectos de la mencionada SpaceX cuyo polémico dueño, Elon Musk, recientemente hizo pública su idea de bombardear Marte con bombas nucleares para calentarlo y hacerlo habitable en un futuro. En cualquier caso, de momento la tecnología rusa sigue siendo la más fiable: Rusia ha trabajado de forma más eficiente su tecnología espacial en los últimos tiempos.

Pese a las fricciones entre Rusia y Estados Unidos, los primeros no dejaron de surtir ‘género’ a sus clientes hasta que llegaron las sanciones al país eslavo. Sin pagos no hay productos, y esto ha incluido a 24 de los 29 motores que Estados Unidos tenía encargados justo cuando sucedió la anexión de Crimea por parte rusa. Los cinco motores pagados ya habían sido asignados con anterioridad, y sin poder pagar ni recibir el resto de motores, la ULA no está pudiendo ni siquiera competir por los contratos para lanzar nuevos satélites de GPS para las fuerzas aéreas estadounidenses.

El próximo 16 de Noviembre finaliza el primer contrato para estos lanzamientos en una década, y la ULA está trabajando para poder contar con estos motores rusos. El vicesecretario de defensa de EE UU Frank Kendall ha afirmado que “aún estamos buscando una forma para poder hacer eso” refiriéndose a la posibilidad del levantamiento parcial de las sanciones. Ese levantamiento se presenta imprescindible para poder motorizar el cohete Atlas 5 estadounidense. “Si dependes de una única fuente para los lanzamientos y algo ocurre con esa fuente, entonces estás en graves problemas” aseguró Kendall, “al final del día, necesitamos estar seguros de que tenemos dos formas de llegar al espacio”, advirtiendo a la ‘joint venture’ estadounidense.

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