Estados Unidos llama a los miembros de la ONU a que apoyen la «plena participación» de Taiwán

Tsai Ing Wen, presidenta de Taiwán (Foto: EP).
Tsai Ing Wen, presidenta de Taiwán (Foto: EP).

Estados Unidos ha hecho una llamada a la comunidad internacional en defensa de Taiwán, cuya democracia se está viendo últimamente seriamente amenazada por China y su afán expansionista. La nación norteamericana, principal aliado internacional de la isla asiática, ha pedido a todos los miembros de la ONU que apoyen la plena participación de Taiwán en todas sus oficinas y organismos, argumentando que excluirles «menoscaba» la capacidad de la organización.

El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, ha subrayado que «la exclusión de Taiwán socava la importante labor de Naciones Unidas y sus organismos, todos los cuales se beneficiarán enormemente. Necesitamos aprovechar las contribuciones de todas las partes interesadas para resolver nuestros desafíos en común». Así pues, ha alentado «a todos los Estados miembro a que se unan a nosotros para apoyar la plena y significativa participación de Taiwán en todo el sistema de Naciones Unidas y en la comunidad internacional, en base a la política de ‘Una sola China’, que se rige por la Ley de Relaciones de Taiwán», ahonda Blinken.

Esta nueva declaración de apoyo llega en un punto álgido en la tensión regional. Lo cierto es que en China se da por hecho que la anexión total de Taiwán a su régimen no es una cuestión de si se hará, sino de cuándo se hará. Esta posibilidad causa pavor en Taiwán que, a diferencia de China, sí funciona como una democracia plena y donde no se quiere oír ni hablar de ser parte del régimen comunista.

Desde Taiwán se ha denunciado últimamente el aumento de las maniobras militares de China en torno a la isla. El jefe de la Casa Blanca, Joe Biden, ha llegado incluso a asegurar que Washington respondería en caso de que se produzca un ataque. «Taiwán es una historia de éxito democrático. Su modelo apoya la transparencia, el respeto por los Derechos Humanos y el Estado de derecho, valores que se alinean con los de las Naciones Unidas», destaca.

«Taiwán es fundamental para la economía de alta tecnología y un centro de viajes, cultura y educación», continúa elogiando Blinken, quien califica a la isla como «un socio valioso y un amigo de confianza» de Estados Unidos.

«Cuestión pragmática»

El jefe de la diplomacia estadounidense considera que ante «el número sin precedentes de problemas complejos» a los que se enfrenta todo el mundo, es «fundamental» que todas las partes implicadas puedan participar en las posibles soluciones, como lo son, dice, «los 24 millones de personas que viven en Taiwán»

«La participación de Taiwán en Naciones Unidas no es una cuestión política, sino pragmática», enfatiza Blinken, quien a su vez remarca la labor del pequeño territorio estos últimos cincuenta años en otras agencias y oficinas de la ONU como una «prueba del valor» que puede ofrecer a la comunidad internacional.

Sin embargo, lamenta, «no se le ha permitido» participar recientemente en algunas agencias de la ONU, como la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), «a pesar a las decenas de millones de pasajeros que viajan anualmente a través de sus aeropuertos»; o en la última asamblea de la Organización Mundial de la Salud (OMS), pese a su «respuesta de primera clase» a la crisis del coronavirus.

La situación entre China y Taiwán establece un nuevo paradigma en la región, donde se abre el desafío para la comunidad internacional de aunar posturas y hacer frente a China mientras se mantiene la relación en materia comercial con el país, al tiempo que se exigen avances en materia de Derechos Humanos y se produce un giro hacia una postura de mayor confrontación hacia Pekín.

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