Encontronazo entre la UE y Suiza por las cuotas de inmigración y la pasividad fiscal

Juncker
La presidenta de Suiza junto a representantes de la UE en Bruselas (Foto: UE)

Jean-Claude Juncker se reunía este lunes con la presidente de la Confederación Helvética, Simonetta Sommaruga, en rueda de prensa han dicho que se están produciendo “avances” pero todavía no se han podido “aproximar las posiciones del todo”. Lo cierto es que la posiciones son realmente distantes. En 2014 se produjo un “bloqueo” y mediante el diálogo los líderes aseguran que se “no se han dado milagros pero sí avances”.

En febrero del pasado año el país helvético votó en un referéndum la reducción drástica de los flujos de inmigración incluso de europeos mediante cuotas. Al formar parte de la zona Schengen, junto con 26 países, aplicar el resultado de la votación supondría incumplir el acuerdo vigente desde 1995.

El líder de la Comisión espera que “en las próximas semanas los expertos puedan trabajar con intensidad al respecto para que a mitad o finales de febrero se haga balance de los progresos». Señala que la solución va a llegar porque hay «un interés común claro de conseguir un acuerdo».

Por su parte Sommaruga, cuyo fin de mandato está próximo, ha destacado «resultados intermedios muy buenos». Algo que choca con su anuncio a principio de mes de establecer una cuota unilateral para inmigrantes de la UE en el mes de marzo si no hay acuerdo. El nuevo presidente suizo en 2016, Johann Schneider-Ammann, se ha mostrado optimista para alcanzar un pacto.

Actualmente alrededor de 1,3 millones de ciudadanos de la Unión Europea viven en Suiza y 300.00 cruzan sus fronteras a diario para trabajar. Tendrán que esperar al nuevo encuentro en febrero para descubrir cómo termina estas negociaciones y si se consuma o no el ya denominado Swexit, la salida de Suiza del espacio Schengen.

Lenta adopción de estándares internacionales

El otro gran asunto que no han comentado los líderes en rueda de prensa es la postura de Suiza con respecto al control de las finanzas. Desde el comienzo de la crisis se están produciendo avances a raíz de las presiones de muchos países pero para muchos no son suficiente.

Para evitar formar parte de las “listas negras de paraísos fiscales” a partir de 2018 Suiza no permitirá el secreto bancario del que gozaban los extranjeros y adopta el modelo de intercambio automático de información internacional. Para poder seguir siendo una plaza financiera de peso internacional el país se vio obligado a, por primera vez, adecuarse a los estándares internacionales.

Una de las muchas medidas puestas en marcha ha causado la polémica: la limitación de la cantidad de efectivo que puede intervenir en una operación a 100.000 francos suizos. Al cambio son unos 92.000€, una cantidad desorbitada a pesar de que desde el país helvético aseguran que puede haber razones que expliquen pagos en efectivo de esa cuantía sin concluir concluir inmediatamente lavado de dinero.

Suiza es el país con billetes acumulados por persona, doblando la media de Europa Occidental. Un país en el que su banco central emite billetes por valor de 1.000 francos (920 euros) para muchos evasores perfectos para cometer fraude.

Por otra parte, lo que sí se ha llevado a cabo con éxito es este martes la adopción de un nuevo impuesto para los italianos que van a trabajar a diario a territorio suizo. A falta de ser ratificado por los parlamentos nacionales los trabajadores tendrían que hacer frente al 70% del impuesto sobre la renta del estado como si fueran residentes. Hasta ahora los europeos pagaban en Suiza y ésta solo reenviaba a los países de origen el 38,8% de lo recaudado.

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