China y Brasil fortalecen la cooperación bilateral
Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, protagoniza una visita oficial a China en la búsqueda de reforzar la colaboración bilateral entre ambas naciones, sobre todo en materia económica.
Bolsonaro se ha personado en China dentro de un programa que comienza este jueves y termina el sábado tras la invitación cursada por el presidente Xi Jinping con motivo de la celebración durante este año del 45º aniversario del establecimiento de vínculos diplomáticos entre ambos países.
A su llegada a Pekín, el dirigente brasileño descartó que pueda haber desavenencias con los dirigentes comunistas chinos a pesar de las divergencias ideológicos. «Estamos en un país capitalista», indicó ante los medios Bolsonaro, quien también expresó que su nación quiere entrar «sin ningún sesgo ideológico en las economías del mundo» y que «harán lo que sea posible para el desarrollo del país».
Este encuentro significa una nueva muestra de la expansión diplomática y económica de China en el panorama internacional, la cual ha buscado también progresar últimamente en los mercados de América Latina y África. Brasil no es una excepción y se ha constituido en una de las opciones preferentes para el Estado chino en su definida estrategia.
China se ha erigido en la última década en el mayor socio comercial y el principal destino de las exportaciones brasileñas y se ha constituido en la mayor fuente de inversión extranjera de Brasil.
Muestra de ello es que en 2018 el comercio bilateral entre ambos aliados comerciales alcanzó la nada desdeñable cifra de los 100.000 millones de dólares, según estadísticas oficiales de la Administración china. Ya en este año 2019 el registro ha llegado de momento hasta septiembre a los 70.000 millones de dólares.
Esta cooperación alcanza diversas áreas como la del sector energético, la agricultura, las infraestructuras y la minería, e incluso el sector de las nuevas tecnologías. Pero la relación entre ambos países va más allá porque se extiende también al plano cultural (hasta diez Institutos Confucio se han levantado ya en territorio carioca).
Ambos países celebran la conveniencia de esta buena sintonía diplomática y económica mutua. De hecho, forman parte del conocido grupo de los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). Estos constituyen las cinco economías emergentes más importantes del mundo y se agrupan en una asociación económica y comercial fructífera para unos socios que comparten características comunes como naciones emergentes con gran potencial de desarrollo. Todas ellas se caracterizan por tener una gran población, un extenso territorio que abarca grandes dimensiones continentales y gran cantidad de recursos naturales y por considerables cifras de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB).
Los países BRICS representan el paradigma de la cooperación Sur-Sur, con Brasil y China como auténticos exponentes de la misma; lo que queda demostrado con el enorme vínculo establecido entre ambos.
Precisamente, los próximos días 13 y 14 de noviembre la capital de Brasilia acogerá la XI Cumbre de los países BRICS bajo el lema ‘BRICS: crecimiento económico para un futuro innovador’. Antes del cónclave entre los líderes nacionales, la Presidencia sudamericana organizará diversos encuentros que buscarán el refuerzo de la colaboración en ciencia, tecnología e innovación, el fortalecimiento de la cooperación en materia de economía digital, la lucha contra el crimen organizado transnacional y la búsqueda de la aproximación entre el Nuevo Banco de Desarrollo y el Consejo Empresarial.
Dentro de su programa de actos en territorio chino, Bolsonaro visitará el viernes a los dirigentes de la Asamblea Popular Nacional (poder legislativo); además se verá con el primer ministro Li Keqiang y será recibido en persona por el presidente Xi Jinping. Durante esta intensa jornada del viernes también asistirá a un seminario con emprendedores chinos y brasileños. Previamente, la jornada del jueves se iniciará con un homenaje servido por el empresario brasileño Paulo Skaf.
Reinaldo José de Almeida, portavoz de la Cancillería brasileña, destacó los intereses brasileños en China, con motivo de esta visita oficial del presidente Bolsonaro.
En primer lugar, destaca la “ampliación y diversificación de las exportaciones brasileñas”, constituidas en su mayoría por materias primas, con el reto de incluir productos de valor agregado y de abrir aún más el mercado chino a las carnes y frutas del país sudamericano.
En segundo lugar, se incluye entre los principales intereses la atracción de inversiones chinas, que desde 2009 han sumado cerca de 60.000 millones de dólares, cifra que puede ser ampliamente superada, según las estimaciones del Ejecutivo brasileño.
Almeida también remarcó el beneficio de potenciar la cooperación con China en ciencia y tecnología. En Brasil urge adaptarse más a la nueva tendencia de la economía digital y su socio chino puede jugar un papel importante en esto.
Tras su visita por China, Jair Bolsonaro iniciará el domingo una gira por diversos países árabes que le conducirá, en primer lugar, a Emiratos Árabes Unidos y, posteriormente, a Qatar y Arabia Saudí.
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