La líder birmana Aung San Suu Kyi afronta la «limpieza étnica» de los rohingya dos meses después

Aung San Suu Kyi
La líder birmana Aaung San Suu Kyi, a su llegada a Rajine para afrontar la crisis rohingya. (AFP)

La consejera de Estado de Birmania y líder ‘de facto’ del país, Aung San Suu Kyi, ha pedido a los residentes del estado de Rajine que «no se peleen entre sí» durante su primera visita a la región noroeste del país desde que se puso en marcha una campaña militar que ha provocado la huida de más de 600.000 rohingya a Bangladesh.

Suu Kyi, ganadora de un Premio Nobel, ha roto así por fin su silencio, vergonzante para quien se labró una fama de luchadora por los derechos fundamentales del ser humano e incluso ganó un Nobel de la Paz durante su larguísimo arresto por la antigua dictadura militar birmana. La líder birmana ha tenido que hacer frente a enormes críticas a nivel internacional por no haber actuado contra unas operaciones militares iniciadas ya a finales de agosto que Naciones Unidas ha llegado a calificar de «campaña de limpieza étnica».

Los rohingya son una minoría étnica de fe musulmana que se concentra en Rajine. Son más de un millón de personas, pero el Gobierno birmano no les reconoce como ciudadanos porque considera que son descendientes de inmigrantes ilegales procedentes de Bangladesh.

Birmania ha rechazado las acusaciones, alegando que sus fuerzas de seguridad lanzaron una campaña para acabar con la insurgencia rohingya después de que varios milicianos atacaran una treintena de puestos de seguridad en el norte de Rajine el pasado 25 de agosto.

Este jueves, entre grandes medidas de seguridad, Suu Kyi ha llegado a bordo de un helicóptero militar a Sittwe, la capital del estado de Rajine. Después será trasladada al distrito de Maungdaw, una de las regiones más afectadas por la violencia.

La líder birmana se ha reunido con un grupo de líderes religiosos musulmanes, ha asegurado Chris Lewa, del grupo de Derechos Humanos Arakan Project. «Sólo le ha trasladado tres cosas al pueblo de Rajine: que deberían vivir en paz, que el Gobierno está aquí para ayudarles y que no deberían pelearse entre ellos», ha dicho Lewa.

Suu Kyi no había visitado el estado de Rajine desde que asumió su cargo al frente del Gobierno el año pasado con motivo de un derrumbamiento de tierras. La mayoría de los residentes del norte del estado, donde se encuentra Maungdaw, son musulmanes.

La consejera de Estado birmana ha sido acompañada por un grupo de unas 20 personas que han viajado en dos helicópteros militares. Suu Kyi, que no tiene poder alguno sobre el Ejército birmano, ha optado en las últimas semanas por adoptar una postura más activa en la crisis, centrando los esfuerzos de su Gobierno en la rehabilitación de los desplazados internos y en la repatriación de los huidos a Bangladesh.

La mandataria ha solicitado permiso para que los refugiados rohingya en el país vecino puedan volver siempre y cuando demuestren que son ciudadanos birmanos, pero miles de rohingyas continúan huyendo de Birmania a Bangladesh.

Los refugiados que se encuentran en la región bangladesí de Cox’s Bazar, donde se concentra la mayoría de las personas que han huido del norte de Birmania, han acusado a las fuerzas de seguridad birmanas de incendiar sus aldeas.

Negociación entre gobiernos

Las negociaciones entre el Gobierno birmano y el bangladesí todavía tienen que resultar en un pacto sobre el proceso de repatriación, que se encuentran paralizadas debido a la negación por parte de Birmania de la ciudadanía a la comunidad rohingya.

El portavoz de Suu Kyi ha expresado los temores de la mandataria ante la posibilidad de que Bangladesh esté bloqueando las negociaciones para obtener millones de dólares en ayuda humanitaria, una acusación que desde el Ministerio del Interior de Bangladesh han descrito como «escandalosa».

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