Argentina salta al vacío: el peronista Massa gana las elecciones e irá a segunda vuelta con Milei

Argentina ha vuelto a dar otro salto al vacío. El candidato-ministro Sergio Massa ha conseguido proclamarse ganador de las elecciones presidenciales de este domingo con el único mérito de haber devastado económicamente el país con una hiperinflación y un dólar superando la barrera de los 1.000 pesos. Massa, candidato de Unión por la Patria, ha obtenido el 36,5% de las papeletas, mientras que Javier Milei, candidato de La Libertad Avanza, ha conseguido el 30,07 %  de los votos. En tercer lugar ha quedado Patricia Bullrich, de Juntos por el Cambio, descabalgada tras una nefasta campaña electoral. El ministro de Economía y el libertario se enfrentarán el 19 de noviembre en la segunda vuelta.

Las caras de asombro y perplejidad eran un poema en el búnker de Javier Milei tras el batacazo. “Jamás pensamos en ganar en primera vuelta”, salió a decir Guillermo Francos, uno de los asesores de La Libertad Avanza. Puede que el portavoz no haya asistido al cierre final de campaña cuando Milei cantaba «primera vuelta la p… que lo parió» junto a una multitud enfervorecida. Así todo, en las huestes libertarias ya sueñan con una campaña donde haya que elegir entre kirchnerismo o libertad.

Bullrich reconoce la derrota

La candidata de Juntos por el Cambio, Patricia Bullrich, aspiraba a recuperar los votos que Milei le robó en Córdoba, Santa Fe y Mendoza, fortines tradicionales del macrismo. Tras una campaña nefasta plagada de torpezas, sumadas a los audios sexuales de Carlos Melconian, su gurú económico, Bullrich aspiraba a retener ese 28% de las PASO para mantener vivas sus chances de ir a la segunda vuelta. Finalmente, Bullrich reconoció su derrota en las elecciones celebradas este domingo, en las que apenas obtuvo un 23,85 % de los votos, quedando así fuera de carrera.

«El populismo ha empobrecido al país y no soy yo quien va a venir a facilitar que vuelva al poder quien ha sido parte del peor Gobierno de la historia reciente de Argentina», dijo Bullrich en alusión al candidato ganador de la primera vuelta, el peronista Sergio Massa, si bien evitó explicitar su apoyo a Milei en la segunda vuelta, que se celebrará el 19 de noviembre. «Nunca vamos a ser cómplices del populismo y de las mafias que destruyeron este país», zanjó entre tímidos cánticos de apoyo y aplausos de los adherentes que acudieron al búnker opositor.

Los peronistas lograron movilizar a su electorado

El peor ministro de Economía de la última década ha conseguido con su delirante Plan Platita comprar votos en masa alcanzando cifras en la provincia de Buenos Aires que envidiaría hasta la propia Eva Perón. El triunfo de Massa fue catapultado por la aplastante victoria del kirchnerista Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires alcanzando casi el 45% de los votos, inmune a los escándalos sonrojantes de corrupción que asolaron al peronismo en las últimas semanas.

«Se sacó la lotería con la división de la oposición», señalaba el diario La Nación. Es evidente que el aparato peronista, averiado en las PASO, ha funcionado como un reloj en estas elecciones movilizando a un electorado temeroso de perder sus prebendas con Milei. Massa vio un salvavidas en Milei para dividir a la oposición y hundir a Juntos por el Cambio, primero en todas las encuestas antes de las PASO. La feroz campaña del miedo -«el salto al vacío»- hizo el resto. El gran logro de Massa ha sido ponerle las pilas a los gobernadores e intendentes peronistas que también se jugaban la reelección. Así fue como el electorado que se quedó dormido en las PASO despertó a tiempo para rescatar a la casta peronista.

«Que ganábamos lo sabíamos desde hacía 15 días», dicen desde el equipo del ex intendente de Tigre. ¿Triunfo de Massa o del kirchnerismo? «Massa será el nuevo jefe, es la derecha y no nos va a dar ni agua», dicen los hijos adoptivos de Cristina Kirchner, que este domingo quiso desmarcarse del Gobierno del desaparecido Alberto Fernández. Una vez más las encuestas han fallado estrepitosamente en Argentina. Quizá porque el voto oculto esta vez ha sido un voto irracional, emocional y vergonzante. Pasó con Cristina Kirchner cuando ganó con el 54% de los votos.

El peronismo mantiene intacto su granero de votos

La provincia de Buenos Aires es el 37% del censo electoral y decide en gran medida los resultados electorales a nivel nacional. Es los que los argentinos denominan «la macrocefalia demográfica del país». Sus resultados tienen un efecto sísmico sobre el resto del país. El asalto del último bastión del peronismo en manos del gobernador peronista Axel Kicillof, niño mimado de Cristina Kirchner, no era fácil: el peronismo había logrado retenerlo en las PASO con una diferencia de 300.000 votos con Néstor Grindetti de JxC y más de 11 puntos con la candidata Carolina Píparo, de La Libertad Avanza. La división del voto opositor ha beneficiado al peronismo. Determinante también fue también que aquí 94 de 135 alcaldes vayan a por la reelección, provocando importantes cortes de boleta.

A las puertas de un apocalipsis inflacionario, el kirchnerista díscolo Massa hubiese firmado el segundo puesto seguir controlando el mayor distrito del país, tras los escándalos de corrupción del Yategate de Martín Insaurralde y el Chocolate Rigau, con una inflación de 140% y una pobreza de niveles similares a los de la India. Todo parece indicar que a los bonaerenses les ha dado más miedo el libertario Milei que la miseria y la corrupción galopante a los que les tiene acostumbrados el peronismo.

Macri gana en la Ciudad de Buenos Aires (CABA)

Otra batalla interesante se dio en la Ciudad de Buenos Aires (CABA). Es terreno macrista por excelencia, la cuna del PRO, el partido que fundó y catapultó a Mauricio Macri. Allí su primo, Jorge Macri (Juntos por el Cambio) se ha quedado a las puertas de ganar en primera vuelta con el 49% de los votos y se enfrentará al peronista Leandro Santoro (Unión por la Patria) en segunda vuelta. El estrafalario Ramiro Marra (LLA) quedó muy lejos en tercer lugar con el 14,11%.