ANÁLISIS DE UN AÑO DE GUERRA EN UCRANIA

Un año en guerra y ahora qué: «Ucrania no puede ganar y Rusia no puede perder»

Ucrania Rusia
María Ruiz
  • María Ruiz
  • Portadista. Especialista en 'breaking news' y noticias de nacional, sociedad e internacional.

Esta madrugada se ha cumplido un año de la invasión de Ucrania por parte de la Rusia de Putin. Un año que ha sido dramático para Europa en lo humano y en lo económico. En Estados Unidos, menos. Tras más de 150.000 muertos sumando los de ambas filas, según las cifras aportadas por Naciones Unidas, no parece que el afán expansionista de Putin haya decrecido, todo lo contrario. Cabe preguntarse pues, qué pasará de aquí en adelante. La mayoría de los analistas de Defensa responden con una frase enigmática, pero a la vez, llena de sentido: «Ucrania no puede ganar y Rusia no puede perder». Es decir, que no puede haber vencedores y vencidos; y menos que el gran oso ruso salga humillado. Auguran también que es bastante probable que el conflicto bélico se extienda aún todo este 2023, hasta que se pueda desenquistar la negociación de Ankara que quedó paralizada hace menos de un mes entre el director de la CIA y el del FSB, la agencia rusa de espías de élite.

En esas negociaciones, según fuentes militares conocedoras de las mismas, se debatió dividir Ucrania en dos por el río Dniéper: la Ucrania del este y la del oeste, con una zona desmilitarizada a ambos márgenes del río de 15 ó 20 kilómetros para evitar ataques de artillería. Stricto sensu, Ucrania se quedaría la parte oeste y Rusia la parte este. Esto es, Ucrania perdería casi la mitad de su territorio, aunque quedaría protegido por EEUU y la OTAN. Aquellas negociaciones fracasaron por distintos factores, entre ellos, que Polonia puso sobre la mesa sus viejas reivindicaciones tras la II Guerra Mundial sobre territorio ucraniano. En concreto, el director del servicio de inteligencia exterior rusa, Sergey Naryshkin, aseguró que ️Polonia quería anexionarse Leópolis, Ivano-Frankivsk y la mayoría de las regiones de Ternopil. Según él, Polonia cree que merece una generosa compensación de Ucrania por la asistencia militar y el refugio para los desplazados. Ante tales exigencias tanto Rusia, como EEUU prefirieron congelar las negociaciones.

Hay que tener en cuenta que cuando acabe la guerra, no puede haber vencedores y vencidos. Ni siquiera EEUU puede estar relacionado coyunturalmente con ninguno de los bandos. Todo será presentado como un gran acuerdo de paz.

Respecto a la posible duración de la guerra, ahora que ya está cercana la marcha del General invierno, será más fácil cualquier movimiento táctico o sistemático de armamento pesado y unidades, con lo cual, el conflicto puede perdurar hasta el próximo invierno si sigue faltando voluntad negociadora por ambas partes, como parece. Con el deshielo, según aseguran fuentes militares, los rusos tratarán de consolidar posiciones y seguir avanzando. En cualquier caso, apuntan las mismas fuentes, esto son proyecciones que pueden variar según acontecimientos ajenos a los propios combates y que están relacionados, por ejemplo, con factores económicos y geoestratégicos.

No olvidemos también que, con la primavera, llegarán los carros Leopardo y los Abrams que envían Europa y EEUU, respectivamente, y el ingente refuerzo armamentístico estadounidense, lo que puede provocar oscilaciones inesperadas en la balanza.

Otra de las claves para el futuro es el anuncio de Putin de abandonar Start III, el último tratado de desarme nuclear que aún está en vigor entre Rusia y EEUU. El último Start, que tiene como objetivo reducir el armamento estratégico ofensivo, vence en 2026 y Putin ha culpado a Estados Unidos por su suspensión.

Eso significa que EEUU no tendrá acceso a los arsenales y depósitos rusos de ojivas balísticas nucleares, como venía haciendo hasta ahora, para pasar información a la OTAN y a Ucrania. Aunque bien es cierto que hay otros sistemas de simulación digital para conseguir los mismos objetivos. Este movimiento de Putin, le dejaría la vía más libre para un hipotético uso de armas nucleares. Un ataque nuclear que se sustentaría más allá del conflicto con Ucrania y que estaría relacionado, según aseguran algunos analistas militares, con otros movimientos estratego-hegemónicos mundiales. El temor de Rusia a dejar de ser una superpotencia, incluso a perder territorio o quedar aislada a consecuencia de una hipotética tenaza estadounidense sobre China que llenase de bases americanas la frontera oriental rusa, podría desencadenar que Putin apretara el botón rojo de las armas nucleares. Pero eso, es movernos aún en el terreno de las hipótesis.

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