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Ficus benjamina: los mejores cuidados de esta planta

Ficus benjamina: los mejores cuidados de esta planta
Ficus benjamina: los mejores cuidados de esta planta

¿Quién no ha tenido en alguna ocasión una ficus benjamina en casa? Ésta es quizás una de las plantas más fáciles de cuidar.

El ficus benjamina es una planta originaria del sur y sureste asiático que representa una buena opción para aquellas personas con algo de experiencia en el cuidado de diversas especies. Si te ha ido bien con alternativas de escasas necesidades, seguramente encontrarás en ésta una interesante propuesta para tu vivienda. Pero, ¿cómo cuidar el ficus benjamina para que crezca sano?

Ésta es una de las primeras preguntas que deberías hacerte, especialmente si conoces uno de los usos más comunes de la especie. El ficus benjamina suele ser utilizado para hacer bonsáis, por lo que es indispensable darle todo el mantenimiento que requiere. Independientemente de cómo creas que vaya mejor en tu jardín, debes considerar cuáles son sus cuidados y demandas.

Características de esta planta

El ficus es una planta perenne originaria de las zonas tropicales de África y Asia. Pertenece a la familia de las Moraceas y dentro de su grupo incluye especies muy variadas: desde árboles hasta enredaderas, plantas perennes y plantas caducifolias.

Pasos para cuidar una ficus benjamina

 

Humedad

El clima ideal para una ficus benjamina es cálido y húmedo … muy difícil de crear en los hogares cuando hace frío afuera. Entonces, la primera necesidad es mantener la tierra y el follaje húmedos.

  1. Para ello tendremos que comenzar desde la base. Coge un plato grande, colocas agua y dentro coloca la maceta de la ficus, pero además añade unas bolas de arcilla, que mantendrán la planta con la humedad necesaria sin que se sumerja en agua, evitando el estancamiento y la posible putrefacción de la raíz.
  2. El suelo siempre debe estar húmedo, pero déjalo secar entre un riego y otro.
  3. Además, una vez al mes puede agregar al agua un poco fertilizante de nitrógeno. 

     

    Suelo y ubicación

    El árbol de la planta se lleva bien con la luz solar, por lo que no hay problemas con la ubicación donde decidas plantar. Hablamos de una especie que, por su proveniencia, está acostumbrada a convivir con los rayos solares dándole todo el tiempo. Curiosamente, tampoco tiene inconvenientes con las heladas así que puedes cultivarlo incluso en zonas donde sean frecuentes.

    Ahora bien, por su crecimiento es imprescindible localizarlo a al menos diez metros de suelos, tuberías y otras plantas altas. Desarrolla sus raíces en todas direcciones rápidamente, y puede resultar invasivo para con los elementos a su alrededor.

    En cuanto al suelo, no necesita cualidades específicas. Cualquier sustrato está bien para esta especie.

    Riego

    Sí tienes que ser precavido con el riego, ya que su tierra no debe permanecer seca durante mucho tiempo o el ejemplar morirá. Tienes que regarlo al menos tres veces a la semana en verano, y como mínimo una vez a la semana en otoño e invierno. Revisa regularmente que la tierra esté húmeda pero no encharcada, y asegúrate mensualmente de que el sistema de drenaje es eficiente.

    Poda y trasplante

    Si vas a podarlo o trasplantarlo, lo mejor es hacerlo en los primeros días de la primavera, con una temperatura mínima de 15° C. También esa época es ideal para hacer la multiplicación, por siembra de semillas o por esquejes. Ambas técnicas son válidas.

  1. Quita las hojas o ramas que estén secas o dañadas, especialmente si la planta es muy gruesa.
  2. La ficus benjamina es una planta que suele perder muchas hojas, pero si quitas las que veas muertas evitarás que el problema se extienda.
  3. Además, puedes quitar algunas ramas del interior, de esta manera la aireación estará garantizada; y recuerda que cortar las ramas que no sirven, siempre da nueva vida a la planta ya que producirá brotes jóvenes, saludables y fuertes.

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