Historia

La sangrienta venganza femenina: la decapitación de Holofernes en Siglo XVII

'Judit decapitando a Holofernes'
'Judit decapitando a Holofernes'.
Janire Manzanas
  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

«Judit decapitando a Holofernes» es una famosa obra barroca de Artemisia Gentileschi, realizada en 1620-1621 y exhibida en la Galería Uffizi de Florencia. Este óleo sobre lienzo, con unas dimensiones de de 199 cm x 162,5 centímetro, retrata de manera cruda y dramática el episodio bíblico en el que Judit, acompañada por su doncella, decapita al general asirio Holofernes. Considerada una obra maestra del tenebrismo, la pintura destaca por su intenso realismo y violencia gráfica, influenciada por la propia experiencia traumática de la artista, quien fue violada por su tutor Agostino Tassi. Esta versión es más grande y detallada que otra similar conservada en el Museo de Capodimonte de Nápoles.

Artemisia Gentileschi fue una destacada pintora barroca del siglo XVII, reconocida tanto por su talento artístico como por su capacidad para abrirse camino en un mundo dominado por hombres. Hija del pintor Orazio Gentileschi, Artemisia aprendió el oficio en el taller de su padre y trabajó para poderosas familias nobles en Génova, Nápoles y Florencia. También recibió encargos de Felipe IV de España y Carlos I de Inglaterra. Su realismo y dominio del tenebrismo la hicieron comparable con Caravaggio, aunque con una perspectiva personal que reflejaba su experiencia como mujer en una sociedad patriarcal.

‘Judit decapitando a Holofernes’

Lo que hace única a la obra de Artemisia Gentileschi es su enfoque en temas que, aunque comunes en la pintura barroca, adquieren una nueva dimensión bajo su pincel. Un ejemplo de ello es su interpretación de la historia bíblica de Judit y Holofernes.

Este tema, que narra cómo la hebrea Judit sedujo y decapitó al general asirio Holofernes para salvar a su pueblo, fue popular entre los artistas barrocos, incluyendo a Caravaggio. Sin embargo, Gentileschi llevó esta escena a un nuevo nivel de intensidad emocional y violencia gráfica.

Artemisia pintó al menos dos versiones de la decapitación de Holofernes, la primera en 1613 y la segunda en 1620. Ambas versiones destacan por su crudeza y realismo, pero muestran una evolución artística. En comparación con la obra de Caravaggio, Gentileschi introdujo más sangre y una representación más detallada del momento de la decapitación.

En su pintura, la sangre brota de manera mucho más realista, salpicando a las dos mujeres y desparramándose por las sábanas. Holofernes, por su parte, yace indefenso, con las cuerdas vocales seccionadas por la espada de Judit, lo que le impide gritar.

Uno de los aspectos más notables de la obra de Gentileschi es la implicación emocional de las protagonistas. Mientras en la versión de Caravaggio las mujeres parecen distantes de la violencia que están perpetrando, en la de Artemisia se ve a Judit y su asistente involucradas físicamente en la lucha, con expresiones de tensión y esfuerzo.

La asistente, que en la obra de Caravaggio se limita a observar, en la de Gentileschi participa activamente, sujetando a Holofernes para que Judit pueda matarlo. Este gesto de sororidad podría reflejar la falta de apoyo que Artemisia sintió en su vida tras ser violada por uno de sus maestros, Massimo Tassi, quien fue condenado de manera leve y no cumplió su sentencia completa.

Muchos críticos han visto en la obra de Artemisia una forma de venganza simbólica contra la violencia masculina. La identificación entre la pintora y Judit es evidente en varios detalles, como el rostro de Judit, que es un autorretrato de Artemisia, y el brazalete que la protagonista luce en la pintura, en el que aparece la diosa Artemisa, figura mitológica de la caza y las doncellas, y de quien la pintora tomó su nombre.

Más allá de la carga emocional y la proyección personal que Gentileschi puso en su obra, su técnica es igualmente destacable. En «Judit decapitando a Holofernes», la artista utiliza una amplia gama de texturas para diferenciar los materiales, desde las sábanas de terciopelo rojo que cubren el cuerpo de Holofernes, hasta las finas telas de la cama y el vestido sedoso de Judit.

El contraste entre estos elementos y el frío acero de la espada que Judit utiliza para matar al general asirio añade una dimensión táctil a la pintura, que contribuye al realismo de la escena. Otro elemento clave en la obra de Gentileschi es su manejo del claroscuro, una técnica que domina al nivel de los grandes maestros del barroco como Caravaggio, tal y como recoge National Geographic.

Finalmente, la luz juega un papel crucial en sus obras, destacando a los personajes y aumentando el dramatismo de las escenas. En «Judit decapitando a Holofernes», un foco de luz ilumina la escena central, resaltando el acto de violencia mientras las sombras cubren el resto de la composición.

Este juego de luces y sombras no sólo da volumen a las figuras y objetos, sino que también refuerza el contraste emocional de la escena, donde la luz ilumina la brutalidad del acto de Judit y la oscuridad rodea la muerte de Holofernes.

Lo último en Historia

Últimas noticias