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La lengua secreta de los templarios: verdad o mito

Los templarios son conocidos por muchos misterios en torno a ellos. Uno de estos misterios, la lengua secreta que se dice que utilizaban.

Templarios en España

¿Cómo fue el origen de los templarios?

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Lengua secreta templarios.
Francisco María
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Pocas órdenes medievales han despertado tanta fascinación como la de los Caballeros Templarios. Aquellos monjes guerreros, mitad soldados y mitad religiosos, no solo protegieron Tierra Santa: también dejaron tras de sí un legado envuelto en misterio. Desde su caída, en el siglo XIV, su historia se ha convertido en un terreno fértil para las leyendas: tesoros ocultos, reliquias sagradas, vínculos con el Santo Grial… y, entre todos esos relatos, destaca uno que mezcla lo histórico con lo fantástico: la supuesta lengua secreta de los templarios.

¿De verdad existió un idioma oculto que solo ellos comprendían? ¿O es otra invención romántica de los siglos posteriores? La respuesta, como suele ocurrir con los mitos templarios, se mueve entre la historia y la imaginación.

Quiénes eran los templarios

La Orden del Temple nació en Jerusalén en 1119, cuando un pequeño grupo de caballeros, encabezados por Hugo de Payens, se comprometió a proteger a los peregrinos cristianos que viajaban a Tierra Santa. Con el respaldo del papa y el entusiasmo de la nobleza europea, aquella pequeña hermandad se transformó en una de las organizaciones más poderosas de la Edad Media.

Vivían bajo reglas monásticas, hacían voto de pobreza y obediencia, pero también combatían. Además de su fama en el campo de batalla, los templarios se convirtieron en expertos administradores, banqueros y custodios de fortunas. En apenas un siglo tejieron una red que unía monasterios, castillos, puertos y rutas comerciales por toda Europa.Templarios

En ese contexto, necesitaban comunicarse a distancia sin que sus secretos cayeran en manos enemigas. Esa necesidad de proteger la información es, probablemente, el punto de partida del mito de una lengua templaria.

El mito de un idioma oculto

La idea de un idioma propio apareció mucho después de la desaparición de la orden. A partir del siglo XVIII, algunos cronistas y escritores aseguraban que los templarios habían desarrollado una lengua o escritura cifrada para intercambiar mensajes.

El mito seduce porque encaja perfectamente con la imagen que tenemos de ellos: misteriosos, sabios y guardianes de secretos. Sin embargo, los registros históricos no muestran ninguna prueba concreta de que usaran un idioma nuevo. Los templarios hablaban y escribían en las lenguas de su tiempo ,latín, francés antiguo u occitano, aunque sí es cierto que usaban códigos, marcas y signos privados.

Más que una lengua secreta, lo que existía era una forma simbólica de comunicación. Como toda organización cerrada, los templarios tenían gestos, contraseñas y símbolos que les permitían reconocerse y proteger su identidad. No era un idioma en el sentido literal, pero sí un lenguaje de signos cargado de significado.

Los códigos y símbolos del Temple

El emblema templario, dos caballeros montados sobre un mismo caballo, era más que un logotipo medieval. Representaba su voto de pobreza y su fraternidad. Su cruz patada, de brazos iguales y firmes, se convirtió en su sello más reconocible.

En documentos y pergaminos templarios aparecen también marcas criptográficas y sellos personales. Estas servían para autenticar escritos o señalar rangos jerárquicos. Algunas de ellas se parecen sorprendentemente a los símbolos que más tarde usaría la masonería, lo que ha alimentado la idea de una línea secreta de herencia espiritual.

También hay indicios del uso de escrituras cifradas. Algunos textos medievales muestran sistemas de sustitución de letras o abreviaturas diseñadas para confundir a los curiosos. No está claro si los templarios los empleaban de manera sistemática, pero sí que dominaban el arte de ocultar información en plena Edad Media, una habilidad que habría reforzado su fama de guardianes del conocimiento.

La leyenda se alimenta

A partir del siglo XVIII, cuando Europa redescubrió el pasado templario, el mito se disparó. Escritores, ocultistas y masones comenzaron a atribuirles todo tipo de saberes prohibidos: alquimia, astrología, lenguajes secretos, incluso vínculos con culturas desaparecidas.

En esa ola de romanticismo surgió la historia de una “lengua templaria perdida”, un idioma sagrado que solo los iniciados podían entender. Algunos aseguraron que sobrevivía en rituales herméticos, otros que sus signos estaban grabados en piedras o códices ocultos. Sin embargo, no hay documentos medievales que lo confirmen.jacquesdemolay-templarios (1)

Lo cierto es que los templarios cultivaban la discreción como virtud. Su independencia y su riqueza despertaban sospechas entre reyes y obispos, y su caída, en 1312, vino precedida de acusaciones de herejía y prácticas secretas. Cuanto menos se sabía de ellos, más fácil era imaginarles custodios de secretos inconfesables.

Entre el código y el mito

A día de hoy, los historiadores coinciden en que no existió un idioma templario propiamente dicho, pero sí un sistema de signos, rituales y contraseñas reservadas. Era una manera de proteger su comunicación y mantener la cohesión interna en una organización extendida por tres continentes.

Más allá de su veracidad, el mito de una lengua secreta revela algo profundo: el deseo humano de creer en un conocimiento oculto, en una verdad que se esconde detrás de lo visible. Quizás por eso la figura del templario nos sigue fascinando tanto tiempo después: encarna el poder del silencio, del enigma y de la fidelidad a un código invisible.

Conclusión

En definitiva, si los templarios tuvieron un idioma, no fue de letras ni sonidos, sino de signos, gestos y silencios. Y tal vez ahí, en lo que callaron, resida el mayor de sus secretos.

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