La historia de los pueblos indígenas en España: Un análisis actualizado

Mucho antes de que los romanos dominaran Hispania, y antes de que los primeros griegos desembarcaran en lo que ellos llamaban Hesperia o Iberia, en la más occidental de las tres grandes penínsulas existían pueblos prerromanos autóctonos o pueblos indígenas que se habían conformado desde en el último milenio a. C.

Los pueblos indígenas de la Península Ibérica eran comunidades vibrantes que correspondían a tres grandes troncos étnicos con distinta capacidad de contacto con los pueblos colonizadores como, griegos, fenicios y romanos, que contribuyeron a su cultura y desarrollo.

Origen de los pueblos indígenas de España

El origen de los pueblos indígenas en España antes del primer milenio a.C. resulta un poco confuso, pues fueron los historiadores greco-romanos los primeros en describir a estas culturas. De acuerdo a los investigadores, es probable que, para esa época, estos pueblos ya habían recibido la influencia de los celtas. Por tanto, no se tiene plena certeza los pueblos autóctonos.

Cada pueblo indígena prerromano en la Península Ibérica estaba conformado por diversas tribus, algunos de los cuales presentaban influencias de varios grupos, sobre todo, de aquellos que estaban uno con otro en frontera.

Antes de que estos pueblos entraran en contacto con pueblos del Mediterráneo oriental, se produjo al menos una migración importante de origen indoeuropeo. Una prueba de ello son las costumbres que compartían los habitantes de la península con otros lugares de la Europa mediterránea durante la misma época.

Esta migración se produjo, con toda probabilidad, a través de los Pirineos y se asentó en las tierras de la Meseta Central, donde se ha evidenciado una mayor influencia celta.

¿Cuáles eran los pueblos indígenas que ocuparon la Península Ibérica?

Los pueblos indígenas en España se clasifican desde el punto de vista lingüístico, en base al cual es posible diferenciar cuatro pueblos o tribus: los tartesios, los íberos, los turdetanos y los aquitanos o protovascos.

Los tartesios

Los tartesios de Andalucía eran los pueblos más civilizados de Iberia debido a su contacto con los fenicios de Cádiz y otras colonias. Tenían grandes ciudades, así como su propia escritura, la cual trasmitieron a los Iberos. Los tartesios eran agrícolas y comerciales y vivían en pequeñas poblaciones fortificadas hasta la llegada de los romanos.

Los íberos

Los iberos formaban pueblos autóctonos de la península, cuyos rasgos culturales evolucionaron con el paso de los años. No tenían una lengua en común, sino que hablaban diversos dialectos de difícil interpretación. La mayoría de los iberos se dedicaban al cultivo de cereales y leguminosas; así como a la ganadería de diversos tipos de animales.

Los turdetanos

Los turdetanos fueron un pueblo indígena prerromano de la Turdetania, un territorio peninsular que actualmente corresponde con las provincias de Huelva, Sevilla, Cádiz, Málaga, Córdoba, gran parte de Jaén y de Granada, además del Algarve portugués.

Eran descendientes directos de los tartesios y se les consideraba más cultos de los iberos, ya que conocían la escritura, incluso tienen crónicas históricas, poemas y leyes que datan de seis mil años de antigüedad.

Los aquitanos o protovascos

No se tiene mucha información sobre los habitantes de Aquitania, pero fueron descritos por el antiguo geógrafo griego como pueblos completamente diferentes, no solo por su lengua, sino también por su apariencia física, la cual se asemejaba más a los íberos. Los aquitanos vivían en las orillas del océano y su lengua está estrechamente relacionado con el vasco, por lo que se le considera el antepasado más o menos directo del vasco.

Los vascones eran otro pueblo prerromano que habitaba al sur de los aquitanos y que hablaban una lengua similar. Aunque es muy probable que ambos pueblos estuvieran emparentados, no se sabe con exactitud cuál era exactamente esa relación.

El mosaico etno-cultural de los pueblos indígenas

A partir del primer milenio a.C., los pueblos indígenas fueron evolucionando a medida que interactuaban con otros pueblos de la cuenca mediterránea, principalmente griegos y fenicios. Los pueblos ibéricos comerciaban con ellos y a la vez absorbían influencias culturales como el alfabeto y los dioses orientales.

Los primeros en establecer contacto fueron los fenicios, que una vez que se dirigieron al sur de la península entraron en contacto con la cultura tartésica. Debido a la riqueza metalúrgica de la región, se generó un comercio basado en las materias primeras a cambio de bienes de lujo y una profunda influencia de la cultura fenicia en el pueblo tartesios.

Los griegos interactuaron, sobre todo, con las tribus íberas del levante peninsular con el fin de encontrar una fuente de abastecimiento de alimentos, ya que su tierra no era tan productiva para la agricultura y la ganadería. Tras su llegada, los griegos fundaron colonias permanentes dedicadas al comercio que con el tiempo los llevaron a fundirse con la sociedad íbera, según relata el geógrafo Estrabón.

Conclusión

Es fundamental que las nuevas generaciones se eduquen sobre la historia indígena para promover un entendimiento más profundo y una convivencia respetuosa en la sociedad contemporánea.

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Los pueblos indígenas

Diversidad cultural y pueblos indígenas