México

La guerra olvidada entre España y México que duró solo un día

La guerra olvidada entre España y México que duró solo un día no solo fue un conflicto bélico, sino un acontecimiento que reflejó las tensiones propias de una nación en búsqueda de su identidad y soberanía.

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Guerra olvidada entre España y México.
Francisco María
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Tras 11 años de lucha armada entre 1810 y 1821, México, la entonces Nueva España, consolidó su independencia mediante un pronunciamiento militar respaldado por el Plan de Iguala, el movimiento impulsado por Agustín de Iturbide y la firma de los Tratados de Córdoba. Sin embargo, la independencia del territorio mexicano no fue del agrado del rey Fernando VII de España, quien se negó a reconocer los Tratados de Córdoba.

En su intento por reconquistar a la antigua Nueva España, España y México libraron la llamada «Guerra de un día» o «Batalla de Tampico» en 1829. Una guerra olvidada que cambió el rumbo de la historia.

Los últimos intentos de reconquista españolaBandera de México, mexico, peso

Después de que Juan O’Donojú jefe político enviado por la corte española, firmó junto a Agustín de Iturbide los Tratados de Córdoba sobre la independencia de México el 24 de agosto de 1821, el rey Fernando VII de España sencillamente se opuso.

Para impedir la formación del Imperio Mexicano, el rey envió tropas españolas en el fuerte de San Juan de Ulúa, Veracruz, pero capitularon en noviembre de 1825. Tiempo después en Texcoco se alzó una rebelión pro-española, pero fue reprimida por el general José Antonio Echávarri.

Finalmente, el 7 de abril de 1829 se emitió la Real Orden para dar inicio a una expedición de reconquista. La invasión al territorio estuvo a cargo del brigadier Isidro Barradas, quien estaba al mando de 3.376 hombres.

La expedición de Barradas

Una vez que Barradas y el Real Ejército de Vanguardia desembarcaron en La Habana, Cuba, en mayo de 1829, la expedición partió de la isla el 5 de julio. El 26 desembarcaron en Cabo Rojo, Veracruz, a doce leguas de Tampico, y el 29 el ejército marchó tierra adentro por órdenes de Barradas. Sin embargo, para entonces, la expedición ya había sufrido las primeras bajas debido a la falta de hidratación, el calor intenso y las enfermedades de la región costera, así como las fatigosas marchas sobre la arena.

Tras perpetuar el incendio del Fortín de La Barra en la ribera sur del Pánuco y hacerles frente a varios enfrentamientos, Barradas entró a Tampico e instaló ahí su cuartel general para ejecutar la operación de reconquista.

Al tiempo que pequeñas fuerzas de Tamaulipas y Veracruz intentaban detener el avance de la reconquista española sobre Tampico, el presidente Vicente Guerrero disponía del Ejército de Operaciones Mexicano para enfrentar la invasión el 2 de agosto de 1829.

El presidente Vicente Guerrero fue notificado del desembarco el 2 de agosto y no tardó en disponer de la integración del Ejército de Operaciones Mexicano para enfrentar la invasión. Cinco días después, pese a todos los esfuerzos, Tampico fue ocupado por el Ejército Español.

La histórica batalla de Tampico

El 21 de agosto, en la plaza de La Libertad y en las calles del centro histórico, finalmente se llevó a cabo “La Batalla de Tampico”, donde el Ejército mexicano abatió a los españoles. A pesar de esta importante ventaja, todavía faltaba recuperar el Fortín de “La Barra”, entonces parte de Tampico.México

Debido a ello, el 9 de septiembre, las tropas mexicanas al mando de Antonio López de Santa Anna y Manuel de Mier y Terán perpetuaron un ataque definitivo aprovechando las condiciones climáticas de la región, la cual había sido azotada por un fuerte huracán. En la noche del día siguiente, los mexicanos ocuparon el Fortín de la Barra y tras una fuerte riña y el agotamiento de la fuerza invasora, el Ejército Español finalmente se rindió ante las tropas mexicanas.

En una jornada histórica, el 11 de septiembre el Ejército mexicano firmó finalmente la capitulación en Pueblo Viejo de Tampico, en Veracruz. La misma fue ratificada por el Real Ejército de Vanguardia Español en la Casa Fuerte de Castilla, en la Plaza de la Libertad, dentro del Centro Histórico de Tampico.

Al día siguiente, el Ejército Español entregó todo su armamento y banderas, poniéndole fin al último intento de la Corona Española por reconquistar México.

Consecuencias

Una de las consecuencias inmediatas de la independencia fue la falta de una estructura política sólida. Durante la época virreinal, las decisiones se tomaban desde España, pero una vez roto ese vínculo, no existía un modelo claro de gobierno para el nuevo país. En sus primeros años, México experimentó una gran inestabilidad política, con cambios frecuentes de gobierno, luchas entre monárquicos y republicanos, centralistas y federalistas, conservadores y liberales.

Consecuencias económicas

Durante la guerra de independencia (1810-1821), gran parte de la economía colonial fue devastada. El campo quedó abandonado, las minas fueron destruidas o cerradas, y el comercio se redujo drásticamente. México heredó una economía en crisis, con pocas reservas, deudas acumuladas y una producción estancada.

Además, al independizarse, España dejó de invertir en sus antiguas colonias. México perdió el acceso a mercados privilegiados y quedó aislado financieramente. Durante años, el nuevo país dependió de préstamos extranjeros que incrementaron su deuda externa.

Cambios sociales lentos e incompletos

Los indígenas, mestizos, afrodescendientes y campesinos, que fueron la mayoría de quienes lucharon en la guerra, no obtuvieron mejoras significativas en su calidad de vida. La esclavitud fue abolida formalmente, pero persistieron muchas formas de desigualdad y exclusión.

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