El día en que se firmó la Declaración Universal de los Derechos del Niño

A principios del siglo XX, era habitual que los niños trabajaran con los adultos en condiciones inseguras y perjudiciales para su salud. Esta situación era una constante en la mayoría de los países industrializados, puesto que no existían normas de protección para la niñez.

El creciente reconocimiento de esta gran injusticia puso en evidencia las necesidades de desarrollo de los niños, así como la responsabilidad de los adultos hacia ellos. Esto llevó a la creación de un movimiento dedicado a la protección de la infancia y a que un gran número de países reconocieran la existencia de derechos específicos de los niños.

Origen de la Declaración de los Derechos del niño: la Declaración de Ginebra

Las primeras normas internacionales sobre los derechos del niño fueron aprobadas por la Sociedad de Naciones (SDN) en 1924, con la Declaración de Ginebra, un documento histórico en el que se establece que todas las personas deben reconocer los derechos de los niños.

En la Declaración de Ginebra, su autora, la activista Eglantyne Jebb, detallaba los derechos específicos de los niños como el derecho a contar con los medios necesarios para su desarrollo, a gozar de libertad económica y protección contra la explotación, a recibir ayuda especial en épocas de necesidad, entre otros.

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial nace las Naciones Unidas (ONU) y con ella, la creación del Fondo Internacional de Emergencia para la Infancia, UNICEF, en 1946, para atender a todos los niños del mundo.

Años más tarde, en 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprueba la Declaración Universal de Derechos Humanos en cuyo artículo 25 se otorga el derecho a las madres y los niños a “cuidados y asistencia especiales”, así como también a “protección social”.

Los avances en materia de derechos humanos permitieron que diversos países se preocuparan por los derechos de los niños, por lo que se propuso la modificación de la Declaración de Ginebra. Fue de esta manera que se decidieron crear una segunda Declaración de los Derechos del Niño, reconociendo que “la humanidad le debe al niño lo mejor que puede ofrecerle”.

El Día de la Declaración de los Derechos del Niño

El 20 de noviembre de 1959, las Naciones Unidas aprobaron la Declaración de los Derechos del Niño, de forma unánime por todos los 78 Estados miembros de la ONU. La misma reconoce, entre otras cosas, el derecho del niño a la educación, el juego, la atención de la salud, y a un entorno que lo apoye.

Esta segunda declaración fue adoptada y aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, a través de su resolución 1386 (XIV) en la Resolución 1386 (XIV).

La Declaración de los Derechos del Niño establece 12 derechos fundamentales, entre los que destacan el derecho a la igualdad, a un nombre y a una nacionalidad desde su nacimiento, a una alimentación, vivienda y atención médicos adecuados, a tener una protección especial para el desarrollo físico, mental y social del niño, a actividades recreativas y a una educación gratuita, a la protección contra cualquier forma de abandono, crueldad y explotación, entre otros derechos.

A pesar todas de las modificaciones, esta Declaración no tenía carácter obligatorio, puesto que carecía de fundamento legal. Fue entonces cuando, en 1978, el Gobierno de Polonia presentó a las Naciones Unidas la versión provisional de una Convención sobre los Derechos del Niño.

El texto final de Convención sobre los Derechos del Niño fue aprobado diez años después, el 20 de noviembre de 1989, convirtiéndose en la Convención más universal de los tratados internacionales.

La Convención sobre los Derechos del Niño se convirtió en ley en 1990, después de haber sido firmada y aceptada por 20 países.

Principales derechos proclamados

La Declaración Universal de los Derechos del Niño establece una serie de derechos que son fundamentales para el bienestar y desarrollo integral de los niños. Entre ellos se destacan:

• Derecho a la vida, supervivencia y desarrollo: cada niño tiene derecho a vivir y a crecer en un entorno saludable que promueva su desarrollo físico y mental.
• Derecho a la educación: la educación es un derecho fundamental que debe ser accesible para todos los niños, independientemente de su origen, género o condición socioeconómica.
• Derecho a la protección contra el abuso y la explotación: los niños deben ser protegidos de cualquier forma de violencia, abuso y explotación, incluyendo el trabajo infantil.
• Derecho a la participación: los niños tienen el derecho a ser escuchados y a participar en decisiones que afecten sus vidas.
• Derecho a la identidad: todo niño tiene derecho a un nombre y a una nacionalidad, así como a conocer y ser cuidado por sus padres.

Impacto y retos actuales

Desde su adopción, la Declaración Universal de los Derechos del Niño ha tenido un impacto significativo en la legislación y políticas públicas en muchos países. Sin embargo, los desafíos persisten. Aún hoy, millones de niños en el mundo enfrentan situaciones de pobreza, violencia y exclusión. La pandemia de COVID-19 ha exacerbado muchas de estas crisis, afectando gravemente el acceso a la educación y los servicios de salud. Es fundamental que los gobiernos, organizaciones internacionales y la sociedad en general continúen trabajando juntos para garantizar que los derechos de los niños sean respetados y promovidos. La educación, la sensibilización y la movilización social son herramientas clave en esta lucha por un futuro mejor para todos los niños.

Lecturas recomendadas

Declaración de los derechos del niño

Convención sobre los derechos del niño