La Oreja de Van Gogh: la historia detrás de ’20 de Enero’, uno de sus mayores éxitos

Un año más, como cada 20 de enero, los fans de La Oreja de Van Gogh recuerdan con nostalgia el lanzamiento de esta canción, y rememoran una de las épocas más exitosas del grupo donostiarra, cuando Amaia Montero aún era la vocalista y la banda se encontraba en uno de sus momentos más álgidos.

Durante los 12 años en los que Amaia Montero fue la vocalista de La Oreja de Van Gogh vendieron millones de copias y lanzaron canciones que a día de hoy siguen siendo coreadas por miles de personas, que ya forman parte de la historia de la música de nuestro país. Una de ellas es 20 de enero, canción que los fans del grupo recuerdan con especial cariño.

Publicada el 20 de junio de 2003, fue el segundo sencillo del álbum Lo que te conté mientras te hacías la dormida, que vio la luz ese mismo año y no tardó en colarse en uno de los discos más vendidos de la historia del grupo, con canciones como Puedes contar conmigo o Rosas, entre su repertorio.

ℹ️ AMAIA MONTERO

Porque cada 20 de enero ella y el grupo La Oreja de Van Gogh se hacen TT por este tema mítico 👇 pic.twitter.com/7YpBvUNAS8

— Explicando TTs (@ExplicandoTTe) January 20, 2023

No todo el mundo sabe que esta canción cuenta una historia real de un suceso que le ocurrió a Amaia Montero. La letra habla sobre el encuentro de una pareja al bajar del tren en San Sebastián durante la Tamborrada. Tras bajarse del tren, ella le cuenta sus sentimientos a lo largo de toda la canción.

De esta forma, la propia Amaia Montero se reencontraba con el hombre que le había robado el corazón en la estación de tren de San Sebastián el día de la Tamborrada, y en ese encuentro, la cantante cayó rendida a sus pies, dando lugar a una de las canciones más coreadas de la historia de La Oreja de Van Gogh.

Cada 20 de enero los fans de La Oreja de Van Gogh rememoran el lanzamiento de esta canción en forma de homenaje a través de las redes sociales. Y este año es más especial si cabe, pues este en himno nacional cumple 20 años desde su publicación, y sigue tan presente como el primer día, demostrando que las buenas canciones no tienen fecha de caducidad.