La manzana Pink Lady®, la mejor aliada para mantenernos fetén
Que si somos lo que comemos, que si cuídate, que ya tenemos una edad, que si lo que comes hoy será el reflejo de tu mañana… No sé ustedes, pero el bombardeo de consejos que te dan tus seres queridos y no tan queridos cuando llega una edad, más que ayudarte, lo que hacen es meterte el miedo en el cuerpo y replantearte qué has hecho en la vida, o más bien, como de bien o de mal has comido para estar así. Todos tenemos nuestras debilidades y ese día tonto en el que se nos antoja esa hamburguesa adictiva que, aunque sabemos lo que es, nos resulta imposible resistirnos a ello o ese bollo más que industrial, que nos hace sentir como en el cielo. Quién esté libre de pecado, que tire la primera piedra. Pero si es cierto, que gracias a la educación y a los estudios científicos somos más conscientes de que lo que comemos repercute en nuestra salud en general y para el futuro. Además, nosotros, los españoles, lo tenemos más fácil que cualquiera; nacimos en la cuna de la dieta mediterránea. Pero siempre hay que esforzarse en mantenerla —eviten mirarse el michelín que les/nos tortura—.
Parte de mi esfuerzo se concentra en tomar frutas y verduras con generosidad. Y es que no sé ustedes, pero yo no concibo vivir sin fruta, para mí es indispensable comer al menos tres piezas al día y no hay nada que me siente mejor para poner el broche de oro a cualquier comida, que una pieza de fruta fresca. Sí, sí, como lo leen; todos tenemos nuestros trucos —pero pocos somos los que los compartimos—.
Es justo ese frescor perfecto con el que culminar un buen festín, además de asegurarnos la buena digestión. Y, sin duda, mi preferida es la manzana; sus cualidades nutritivas son excepcionales y seguro que habrán oído la frase de «Una manzana al día mantiene al doctor en la lejanía» —suena más cool en inglés, An apple a day keeps the doctor away—, que confirmo que funciona, no nos vamos a quejar. Un servidor esto lo sigue a rajatabla, pero especialmente en esta época del año de la mano de la manzana Pink Lady®, la variedad reina.
Desde mediados de octubre y durante noviembre, los campos de cultivo que la marca tiene en España, ubicados en Lleida y Girona, están en plena recolección de la cosecha. Una estampa idílica en la que el característico rosa de las manzanas Pink Lady® colorea los verdes campos. Los agricultores, dueños de 80 explotaciones de carácter familiar que respetan la tierra y producen de forma ecosostenible, trabajan duro en la cosecha para recoger, una a una y sin dañar, las manzanas, que ya podemos encontrarlas en los puntos de venta. Este año respiran tranquilos, pues las condiciones climáticas de 2024 han sido muy favorables para los frutales, sin incidentes meteorológicos y con temperaturas acordes a cada estación del año. «Cuanto menos estrés sufre el árbol mejor será la fruta», explica Joan Serentill, uno de los productores de Pink Lady® en España. Los productores de Lleida y Girona estiman que la cosecha este año volverá a batir récord de volumen en España alcanzando las 10.500 toneladas de manzanas, entre Pink Lady® y PinKids®. A nivel europeo, se prevé alcanzar las 220.000 toneladas entre Pink Lady® y PinKids®. Una delicia.
Este crecimiento paulatino del volumen de mazanas responde además a un aumento progresivo de las hectáreas de cultivo en ambas regiones catalanas –suman ya más de 350 entre Lleida y Girona– que ha ido adaptándose a la demanda del mercado español. Para lo más despistados, he de aclararles que Pink Lady® es el resultado del cruce entre las variedades Golden Delicious y Lady Williams y de la particular forma de mimar la tierra y sus frutos de quienes la cultivan. De perfecto equilibrio entre acidez y dulzura, color irresistible y gran una versatilidad en cocina, está marcada por su estacionalidad –la temporada de consumo comienza en noviembre–, y es la variedad que más tiempo pasa en el árbol –siete meses–, ya que se respetan los ciclos naturales en línea con una filosofía productiva ecosostenible.
La recolección de Pink Lady es todo un arte. La manzana se cosecha a mano y en varias fases. De este modo, solo se escogen las frutas que están maduras —cosecharán las que no lo estén en una fase posterior— y es por lo que la recolección dura entre tres y cinco semanas. Para garantizar su calidad, se recolecta solo en días secos y se empieza por la parte baja del árbol y se termina por las ramas más altas; solo así se evita que alguna manzana pueda caer y dañe a otras. Cada una de ellas se toma cuidadosamente en la palma de la mano y se inclina hasta que se suelta del árbol; así no se causa ningún daño y la manzana sale con su rabito. Luego se coloca con cuidado en las cajas. ¡Qué tensión! Solo de pensarlo arranco a sudar.
Un proceso minucioso y artesanal para una manzana única en el mundo, que un servidor no perdona.
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