Gastronomía
Gastronomía española

El manjar que comemos sin parar en España, pero ya no es como su receta original: sale varias veces en ‘El Quijote’

  • Manuel Morera
  • Periodista y fundador del pódcast V9, el programa de F1 más escuchado de España. Universidad de Valencia y Radio 3. Anteriormente en ElDesmarque, Levante TV y Las Provincias.

El Quijote es uno de los libros más importantes de la historia de la humanidad y forma parte de la tradición española. Por ellos muchos saben que ha influido en gran parte de nuestros refranes, pero lo que pocos conocen es que también ha marcado a nuestra gastronomía.

Uno de los que mejor ejemplifica la tradición gastronómica castellana es el gazpacho manchego. Quizás no sea tan conocido como el andaluz, pero tiene el honor de haber sido alimento de Sancho Panza y de Don Quijote.

Además, que Cervantes lo incluyera en su obra más importante ha servido para descubrir que la versión que ha llegado hasta nuestros días tiene muy poco que ver con la receta original.

El gazpacho manchego: la receta que se ha transformado hasta llegar a nuestros días

El gazpacho manchego tiene muy poco que ver con el plato frío que asociamos a Andalucía. En el sur es un plato fresco y perfecto para combatir el calor. Por las condiciones de La Mancha, sus propiedades son bastante contrarias.

En el caso manchego es un guiso caliente, muy típico entre pastores y cazadores para aguantar el día en el campo. La base es un pan especial conocido como torta cenceña, troceado y mezclado con caldo.

Por si fuera poco contundente, se prepara con carne de caza como liebre, perdiz o conejo. Aun así, en muchas casas lo más normal es encontrarlo con pollo.

Esta versión manchega es una parte vital de nuestra historia culinaria y se prepara con mucho mimo, a fuego lento y con productos de proximidad. Sin embargo, la receta original tenía muy poco que ver.

Según explican en el Centro Virtual Cervantes, la palabra gazpacho proviene del término toscano guazpacho, que se relaciona con guisos líquidos y trozos de vianda.

En las primeras versiones del gazpacho los productos eran aceite, vinagre, ajo, pan duro y restos de carne o pescado. Esa demostración de aprovechamiento lo hacía típico entre segadores, galeotes y jornaleros debido a su sencillez.

El gazpacho manchego: una comida indispensable en ‘El Quijote’

Cervantes hizo un esfuerzo por reunir alguno de los platos manchegos más importantes en su obra magna. Sobre todo de la mano de Sancho Panza, el lector puede descubrir algunos manjares increíbles.

Por ejemplo, en el capítulo 53 de la segunda parte podemos encontrar una referencia en boca de Sancho:  «Más quiero hartarme de gazpachos que estar sujeto a la miseria de un médico impertinente».

Una afirmación que resume la conexión entre el guiso manchego y las clases populares representadas por el leal escudero.

De hecho, a lo largo de la obra podemos ver a Sancho Panza y Don Quijote alimentarse o hablar de otros platos humildes de la época y que todavía son famosos como la olla podrida, el salpicón o los duelos y quebrantos.

Gracia la influencia de Miguel de Cervantes ahora sabemos que el gazpacho manchego actual no sólo tiene muy poco que ver con la versión andaluza, sino que tampoco se parece a la receta original toscana.