Enoturismo con Marqués de Riscal: la experiencia única donde se fusiona el vino con la alta arquitectura
El turismo alrededor del vino es una de las grandes experiencias del momento. No sólo porque hay miles de viajeros que se mueven por el mundo visitando viñedos, tener conocimiento el proceso de elaboración del vino o hacer catas maridadas de la mano de prestigiosos enólogos, sino porque, además, son cada día más las bodegas que dan alojamiento a sus visitantes, con el fin de darles una experiencia de 180 grados.
Por lo tanto, el tándem del vino y la arquitectura son dos conceptos que se complementan a la perfección porque, entre otros aspectos, la segunda ha sido una disciplina que ha estado al servicio de las bodegas, tanto por motivos técnicos de producción del vino o la aplicación de nuevas tecnologías, como por cuestiones de alojamiento y experiencia, abriendo sus puertas a la sociedad, cada día más llena de ‘winelovers’ o amantes del vino.
Nuevas formas de enoturismo
En este proceso transformador, el arquitecto es una pieza fundamental del enoturismo, ya que tiene varios objetivos al proyectar la bodega, incluidos los alojamientos y espacios comunes de catas: debe cubrir las necesidades técnicas y de producción, tener confortabilidad y diseño para acoger a los huéspedes y, además, sumergirse en el entorno natural.
En esta línea, se han conformado espectaculares templos del vino donde los mejores arquitectos han encontrado un espacio de inspiración para unir arquitectura, vino, naturaleza y personas. Espacios entre viñedos abiertos al público, dispuesto a aprender sobre el sector vinícola, disfrutar de la gastronomía fusionándola con los vinos blancos, tintos y rosados, así como relajarse en escenarios donde se unen la tradición y la vanguardia, y que normalmente no están al alcance del día a día de los viajeros.
Esta forma de conocer las bodegas, es una manera de abrir el mundo del vino a toda la sociedad y despertar la afición de aquellos que aún están en etapas iniciales de entusiasmo vinícola, así como cuidar y dar nuevas experiencias a los grandes apasionados del vino.
Esta unión y alianza entre el vino y la arquitectura se puede apreciar en la nueva exposición: Arquitectura y Vino. Rutas de Enoturismo en España. Una muestra que ha sido inaugurada en China, donde hay personas muy aficionadas al vino, y en la que ha participado Marqués de Riscal junto a otras seis bodegas españolas.
La transformación de las bodegas en una exposición
En esta exposición, que incluye imágenes, planos y maquetas en 3D, tiene el fin de mostrar, entre otros aspectos, la metamorfosis que han vivido las bodegas en los últimos 20 años. Espacios que han pasado de ser sólo centros de producción y tradición a impresionantes obras de arquitectura, conformadas de la mano de consagrados arquitectos, insertadas en los espacios naturales de los viñedos y ofreciendo experiencias multisensoriales.
El estudio de arquitectura de Frank Gehry, Gehry Partners, LLP, ubicado en Los Ángeles (Estados Unidos) ha trabajado en la actualización de los planos del emblemático edificio de la bodega para diseñar y fabricar dos maquetas 3D y en color en exclusiva para la exposición. Además, Marqués de Riscal ha facilitado imágenes históricas de la bodega y de la construcción diseñada por Frank Gehry.
Una bodega pionera
Y es que la inauguración de la Ciudad del Vino en 2006, que cuenta con el Hotel Marqués de Riscal diseñado por el arquitecto Frank Gehry, autor del Museo Guggenheim Bilbao, fue un hito en el mundo de la arquitectura y el vino. La obra de gran calado y vanguardia que aún hoy sigue sorprendiendo a los visitantes y al sector de la arquitectura, por su capacidad de conjugar el vino con el diseño.
Desde su fundación en 1858, Marqués de Riscal siempre ha estado pegada a la innovación el sector vinícola. De hecho, fue la primera bodega en Rioja en aplicar los métodos de producción de vinos bordeleses. En 1972, además, desempeñó un papel fundamental en la creación de la Denominación de Origen Rueda, conocida por sus vinos blancos de renombre, y en 1991, lanzó Barón de Chirel, su primer vino de alta expresión, marcando otro hito en su trayectoria.