Vox no apoyará ningún gobierno municipal y autonómico si no hay invitación formal para negociar

VOX endurece sus condiciones para llegar a pactos postelectorales tras el 26-M. La formación de Santiago Abascal no apoyará ningún gobierno a nivel regional y municipal si no reciben una invitación formal para comenzar los contactos, así se ha determinado la formación en el el Comité Ejecutivo Nacional.

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Carlos Cuesta

Santiago Abascal, líder de VOX, no va de farol con sus exigencias para formar gobiernos autonómicos y municipales tras el 26-M. Una de dos: o hay invitación expresa a negociar y se inician los contactos o no se podrá formar ni un sólo gobierno en los que la formación sea decisivo. El dirigente ha decidido aprobar este punto en el Comité Ejecutivo Nacional de VOX para que no pueda ser revocado si no es por un acto expreso y de igual fuerza orgánica. Una decisión que se toma mientras Ciudadanos insiste en no invitar a VOX a negociar, a pesar de que los de Abascal son decisivos en varias regiones, entre ellas Madrid, tanto en el Ayuntamiento como en la Asamblea.

El acuerdo se ha adoptado este viernes en la reunión del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de VOX. Un encuentro en el que la cúpula directiva ha llegado a la conclusión de que VOX está dispuesto “a negociar con todas las formaciones políticas que estén dispuestas a liderar un proyecto que deje fuera de los gobiernos regionales y municipales a los partidos de izquierdas”. Sin embargo, para ello, los de Abascal ponen como condición indispensable que «todo aquel partido que quiera el apoyo de VOX deberá sentarse a negociar con el comité negociador nombrado por el CEN”.

Igualmente, y en la misma reunión, se ha acordado “que VOX solicitará en esas conversaciones la entrada en los gobiernos municipales y autonómicos como parte de las condiciones para apoyar a otros partidos en la formación de los nuevos ayuntamientos y comunidades”. Por lo tanto, o hay invitación a negociar o los acuerdos se bloquearán. Abascal no está dispuesto a pasar por el ninguneo y el desprecio mostrado hacia su formación y hacia sus votantes como ocurrió en la última negociación en Andalucía. Las mismas conversaciones postelectorales que llevaron a Juan Manuel Moreno y a Juan Marín, la Presidencia y Vicepresidencia de la Junta andaluza, respectivamente, tal y como adelantó OKDIARIO.

Con este antecedente, VOX quiere que aquellos que se benefician de sus acuerdos y que van a tener que poner en marcha programas de gobierno convoquen formalmente a su formación para negociar los términos de los futuros Ejecutivos autonómicos y locales. De lo contrario, VOX avisa a las formaciones de centro-derecha: si no hay un respeto mínimo y una convocatoria formal, no va a respaldar ningún Gobierno territorial.

Recordemos, Abascal dio la llave de la gobernabilidad en Andalucía y la dio, precisamente, tras sentarse y negociar de manera formal y oficial con el PP, aunque con el insulto y el ninguneo permanente de Ciudadanos, el mismo partido que se benefició del apoyo de aquellos a los que no deja de llamar “extrema derecha” para sentar consejeros e incluso a un vicepresidente, Marín.

El mismo escenario  se repite una vez más tras el 26-M. La formación de Albert Rivera ya ha comunicado su negativa a reunirse con el partido de Abascal, pese a necesitarle en un buen número de plazas si de veras quiere echar a la izquierda. De hecho, el primero en abrir fuego en esta dirección fue el líder de Ciudadanos en uno de las ejecutivas territoriales más importantes: Madrid. Ignacio Aguado ha asegurado que el partido naranja se va a «limitar» a hablar con el PP y su líder en esta comunidad, Isabel Díaz Ayuso, para intentar llegar a un acuerdo de gobierno.

La situación puede tensarse por culpa de la actitud de Ciudadanos porque VOX no está dispuesto a repetir una escena en la que, con el propósito de expulsar a la izquierda de diversas plazas españolas, como fue el caso de la andaluza, haya un partido –el de Rivera– que sin comprometerse a nada acceda a cargos y poder sin ni siquiera tener garantías mínimas de cumplimiento de un programa pactado con VOX.

No cabe duda de que la insistencia de Ciudadanos en despreciar a VOX se puede convertir en un problema para la gobernabilidad, no sólo en la región madrileña, sino también en otras comunidades y consistorios. VOX, que ya irrumpió con fuerza en Andalucía, ha tomado poder decisivo tras las pasadas elecciones para cerrar pactos de gobernabilidad del centro-derecha también en Murcia –con cuatro diputados– y Baleares –tres escaños–, Aragón –otros tres–, Cantabria –dos diputados–, Asturias –también dos– y Castilla y León –con un escaño–. Abascal, además, puede ser determinante en casi el 30% de las capitales de provincia: Madrid, Zaragoza, Alicante, Ceuta, Melilla, Córdoba, Burgos, Almería, Santander, Badajoz, Jaén, Guadalajara, Palencia y Teruel.

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