Valentina Cepeda, la discreta limpiadora que desinfecta la tribuna del Congreso
A diferencia de muchos diputados esta trabajadora de la limpieza sí lleva la mascarilla y los guantes necesarios para evitar el contagio.


Sin quererlo se ha convertido en una de las grandes protagonistas del pleno del Congreso celebrado este miércoles. Valentina Cepeda, una más del gran ejército de mujeres -sí, todas son mujeres- que a diario limpian el Congreso de los Diputados, ha aparecido por sorpresa en la tribuna de la cámara baja, tras la intervención de Pedro Sánchez, para proceder a su desinfección.
Su labor y la de sus compañeras, a menudo infravalorada en los pasillos del Congreso, se convierte en crucial en momentos como el actual. El virus tiene la capacidad de permanecer hasta tres días en superficies metálicas y en el mobiliario, por lo que la limpieza y desinfección de la tribuna, entre orador y orador, es una medida imprescindible para evitar el contagio entre los portavoces parlamentarios.
Valentina es una de las pocas empleadas que le ha tocado acudir hoy a su centro de trabajo debido a la voluntad de Sánchez de comparecer, de forma presencial, en el hemiciclo pese a estar en cuarentena. A diferencia del presidente y la gran mayoría de diputados, que no cumplen con las recomendaciones del ministerio de Sanidad, esta trabajadora de la limpieza sí lleva la mascarilla y los guantes necesarios para evitar el contagio.
Empleada de Clece, la empresa concesionaria del servicio de limpieza de la cámara, Valentina forma parte del último eslabón de nuestro sistema democrático. A menudo, sobretodo a última hora del día, cuando ya casi no quedan ni diputados ni periodistas y se disponen a limpiar todas las instalaciones, con mucha discreción, es posible encontrarlas con la bata azul en cualquier rincón del Congreso.
Aunque raramente reciben el agradecimiento de las más de mil personas que a diario trabajan en la sede de la soberanía nacional, hoy, Valentina se ha llevado el aplauso de los diputados mientras limpiaba la tribuna. Y el de miles de ciudadanos, a través de las redes sociales, que ha puesto en valor su trabajo que como el de sanitarios, policía o militares se convierte en básico para prevenir la expansión de la enfermedad.