Crisis del coronavirus

La tercera dosis de la vacuna es una realidad: ya se sabe qué personas deberán ponérsela

Vacunación en una residencia de ancianos.
Una anciana recibe la vacuna contra el Covid-19.
Gonzaga Durán

Los mayores de 65 años necesitarían una tercera dosis de la vacuna contra el Covid-19 en caso de no haber pasado la enfermedad. Por contra, las personas mayores que han superado la infección tienen una mayor respuesta inmunitaria al tener un nivel de anticuerpos mayor a los tres meses de haber recibido la vacuna. Así lo asegura un estudio realizado por IrsiCaixa y la Atención Primaria Metropolitana Norte del Institut Català de la Salut (ICS).

El estudio se ha realizado en base al seguimiento de la respuesta inmunitaria de 98 residentes en tres centros geriátricos del área metropolitana de Barcelona. El mismo estudio resalta que la respuesta inmunitaria de las personas mayores de 65 años que viven en residencias y que han sido vacunadas es mucho más alta en aquellas personas que también han pasado la infección por el Sars-CoV-2 respecto a las que no la han pasado.

Se destaca también que los que no han tenido el virus muestran unos niveles muy bajos de anticuerpos protectores tres meses después de haber recibido la pauta completa de vacunación.

Los resultados, según los investigadores, ponen de manifiesto la necesidad de hacer un seguimiento constante de la respuesta inmunitaria de este colectivo más vulnerable y, si es necesario, adaptar el calendario de vacunación para conseguir un mayor nivel de anticuerpos que proteja a este grupo de personas de la infección.

Hasta el momento, la mayoría de estudios señalan que la respuesta inmunitaria se mantiene, como mínimo, un año después de la infección. Pero gran parte de esas investigaciones se han realizado en personas menores de 65 años.

«La respuesta de las personas mayores a las vacunas o las infecciones es diferente ya que su sistema inmunitario está envejecido y las células que deberían protegerlas son menos eficientes», ha afirmado la investigadora principal del Grupo de Investigación Traslaciones en Inmunología y Envejecimiento de IrsiCaixa, Marta Massanella.

Por su parte, la  cocoordinadora del proyecto Núria Prat ha apostillado: «Queremos averiguar cuánto dura la protección de las personas que viven en residencias para poder ayudar a este colectivo más vulnerable».

Una inmunidad comprometida

El equipo investigador del estudio realizó un seguimiento de 98 personas residentes en tres centro geriátricos de Barcelona, de los que más de un 80% se infectó durante la primera ola de la primera y, posteriormente, todos recibieron la pauta completa de la vacuna Pfizer.

Los investigadores extrajeron muestras de sangre de todo este grupo antes de la vacunación y tres meses después, por lo que pudieron comparar los niveles de anticuerpos neutralizantes que habían generado las personas infectadas y vacunadas con los de las que únicamente se habían vacunado.

«Los resultados que hemos obtenido muestran que las personas que no habían pasado la infección tienen niveles muy bajos de anticuerpos neutralizantes tres meses después de vacunarse y, además, estos niveles disminuyen a medida que la edad incrementa», ha sostenido la investigadora predoctoral en IrsiCaixa Macedonia Trigueros.

Estos datos contrastan con los resultados de las personas mayores que habían pasado el virus antes de recibir la vacuna, que muestran una respuesta inmunitaria mucho más potente. Es más, su respuesta inmunitaria llega a ser mucho más elevada que el de un grupo de personas más jóvenes.

Sin embargo, estudios de laboratorio han revelado que son pocos los anticuerpos de las personas mayores capaces de bloquear la infección y, de este modo, los niveles de anticuerpos protectores se acaban igualando a los de las personas jóvenes.

Los datos ponen de relieve que la respuesta inmunitaria de las personas mayores es limitada y evidencia el proceso de envejecimiento que sufre el sistema inmunitario con el paso del tiempo. Esta respuesta inmunitaria comprometida y una alta probabilidad de sufrir varias enfermedades crónicas añadidas hace que las personas mayores tengan más probabilidad de sufrir gravemente con el Covid-19.

«Con la situación epidemiológica actual estamos viendo que este colectivo más vulnerable se vuelve a ver afectado», ha señalado la jefa de enfermería de la Atención Primaria Metropolitana Norte del ICS, Mar Isnard.

«Los datos nos hacen plantear la necesidad de adaptar la pauta de vacunación que recibe este grupo de edad, sobre todo los que no han pasado la infección. Ahora hay que estudiar cuál es el mejor calendario de vacunación y seguir investigando para entender la evolución de la respuesta inmunitaria más allá de los primeros tres meses», ha apostillado el director de IrsiCaixa y jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Germans Trias i Pujol, Bonaventura Clotet.

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