País Vasco

Sumar agita la guerra contra las cruces y ahora exige retirar varias del País Vasco

Sumar pide empezar con el derribo de la cruz del cementerio de Polloe de San Sebastián

Sumar cruces
Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno.
Rafael Molina

Sumar, la formación de la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, exige la retirada de cruces que se hicieron durante la época del franquismo en el País Vasco por considerar que las mismas se elevaron «para rendir honores a los fascistas». Así lo solicita en una proposición no de ley (PNL) presentada en el Parlamento vasco.

La formación magenta insta al Gobierno autonómico de coalición entre PNV y PSOE a retirar los «símbolos erigidos para rendir honores u homenajear a los golpistas», amparada en la Ley de Memoria Histórica y Democrática de la autonomía. El partido de la ministra de Trabajo equipara la exaltación del franquismo con «las distintas cruces» que hay «en diversos emplazamientos» del País Vasco. Según expresa Sumar en su exposición de motivos, estas simbologías cristianas «se erigieron para rendir honores a los fascistas bajo el manto de la ideología que el propio régimen denominaba nacionalcatolicismo».

Concretamente, el partido de Díaz pide empezar con el derribo de la cruz del cementerio de Polloe de San Sebastián. Sumar relata que allí «existe un panteón de propiedad municipal levantado tras el golpe fascista de 1936 por las autoridades franquistas para honrar a los soldados partícipes del levantamiento».

Sin embargo, admite que el lugar «ha sido modificado para su resignificación y para dignificar a las víctimas republicanas». Aun así, asegura que «muchos de los milicianos» enterrados allí formaban parte de organizaciones políticas y sindicales como el PCE, la CNT o la UGT. Por ello, Sumar argumenta la destrucción del símbolo cristiano en que «dicha cruz no es compatible con el respeto a la memoria de estas personas».

Desde el partido magenta sostienen que «no se trata de un símbolo exclusivamente religioso» sino que «es un elemento colocado por los franquistas para honrar a los franquistas». Además, inciden en que su «significado no puede abstraerse del contexto e intenciones con las que fue erigido».

Tras esta argumentación, los diputados de Sumar instan al Gobierno vasco a «identificar la existencia de símbolos contrarios a la Memoria Histórica y Democrática de Euskadi, para proceder a su inmediata retirada». Es decir, que se haga un listado con todas las cruces que se construyeran en esa época, para poder exigir su destrucción.

También solicitan «proceder a la retirada de la cruz ubicada sobre el panteón de origen franquista del cementerio de Polloe por tratarse en este caso de un símbolo de enaltecimiento de los golpistas». Por último, se pide la «exhumación de los restos de las víctimas del golpe allí depositadas, elaborando un nuevo informe que aclare si es posible técnicamente proceder a la exhumación de los restos».

Derribo de la cruz de Aragón

El símbolo cristiano del cementerio de Polloe no es el único que podría ser demolido. La cruz de Bezas de tres metros que corona un monte en plena Sierra de Albarracín, en Aragón, será derribada. Este símbolo religioso forma parte de este paraje desde 1939, cuando se colocó justo terminada la Guerra Civil española.

El motivo del derribo, en este caso, no es la memoria histórica, sino que se ha esgrimido el argumento de «peligro medioambiental». Así reza el informe emitido por el Gobierno de Aragón, liderado por Jorge Azcón, del PP, a través del departamento de Medioambiente.

Según argumentan, la cruz había sufrido la descarga de un rayo este pasado septiembre lo que habría destrozado «una esquina del extremo superior», quedando en consecuencia, «expuesto al exterior, claramente, un trozo de metal, por lo que se puede incrementar la probabilidad de atraer nuevos rayos», pese a que dicha cruz se encuentra junto a un pararrayos a poco más de un metro de distancia y lleva colocada 80 años en el mismo sitio.

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