Satisfacción en Moncloa por el ‘frente’ de los empresarios catalanes contra el referéndum

Carmena
Mariano Rajoy y Carles Puigdemont, en Barcelona, antes de un almuerzo con directivos del sector del automóvil. (EFE)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El rotundo cierre de filas del empresariado catalán con el mensaje del Gobierno ante el órdago independentista ha sido muy bien recibido en La Moncloa.

En fuentes gubernamentales se expresa la satisfacción por las últimas declaraciones públicas de los empresarios, como las de este jueves, cuando el presidente del Círculo de Economía, Juan José Bruguera, instó a Carles Puigdemont, en su presencia, a acudir al Congreso a defender su propuesta de referéndum ilegal, en línea con el discurso que en los últimos días se viene lanzando desde el Ejecutivo.  Bruguera avisó además de que la actuación del Gobierno catalán debe acomodarse «en el margen de la ley», que el referéndum no es la única salida para Cataluña y que, de hecho, esa incertidumbre es cada vez más «preocupante» para la situación de la economía.

Las advertencias provocaron malestar en las filas independentistas y Puigdemont consideró después, en su intervención, que la respuesta del presidente del Gobierno «no sirve para resolver o encarrilar la resolución del desencuentro».

La posición del lobby empresarial es la misma de siempre: acuerdo pactado entre el Gobierno catalán, dentro de la ley y, en ningún caso, referéndum unilateral. Pero su advertencia, en este momento, cobra más sentido que nunca, porque Mariano Rajoy quiere contar con los empresarios catalanes como sus grandes aliados contra el ‘procés’.

Este viernes, fue el director general del Círculo de Economía, Jordi Alberich, quien instó también a Puigdemont a acudir al Congreso, una petición que el presidente catalán ha ignorado por completo. En opinión de Alberich, «alguien tiene que empezar a romper la situación”, de lo contrario, esto puede conducir a un “deterioro social y económico”, dijo, en una entrevista en Onda Cero.

La adhesión del empresariado

En los últimos meses, el presidente del Gobierno ha reforzado sus diálogos con la clase empresarial, durante mucho tiempo «marginada»-según ciertas opiniones-en las relaciones con el Ejecutivo central. En ese nuevo marco de colaboración, Rajoy ha protagonizado encuentros de gran visibilidad, como el pasado marzo, cuando pidió colaboración a los empresarios para «ganar la batalla de la moderación y de la sensatez». En el mismo acto, en Barcelona-ante 500 empresarios-Rajoy insistió en sus deseos de «una Cataluña próspera en una España pujante» y anunció una inyección de 4.200 millones de euros hasta 2020.

Aquella fotografía resultó de gran valor para Moncloa. Porque en el acto-sin Puigdemont, aunque con algún miembro del Gobierno catalán- sí estuvieron presentes entidades patronales abiertamente afines al independentismo, como CECOT. Un golpe de efecto en la pretensión del Ejecutivo de activar la movilización contra los secesionistas, implicando a las organizaciones sociales y empresariales.

La disposición de Rajoy fue bien recibida en esas capas. Incluso se consideró que la renovada atención a Cataluña serviría para que independentistas desencantados retornasen a la defensa de la legalidad.

Hace meses que Moncloa empeña en ese objetivo buena parte de su ‘hoja de ruta’ contra el órdago independentista. En él se implica no solo Rajoy. El encargo está dirigido por la vicepresidenta Sáenz de Santamaría, e involucra también al delegado de Gobierno, Enric Millo o al líder del PP catalán, Xavier García Albiol.

Además del empresariado, Rajoy ha encargado aumentar los contactos con representantes de la cultura, de la sociedad y de organizaciones de distinta índole, en el marco de la iniciativa privada en el propósito de «desmontar el mito independentista» y provocar una «reconducción de afectos» tras las deriva secesionista de la Generalitat.

El objetivo de esa ‘operación’, que se desarrolla en varios niveles —tanto municipal como autonómico— es demostrar que el Ejecutivo tiene intención de hablar y resolver los problemas, potenciar los lazos con la sociedad civil.

En ese propósito, el PP catalán ha activado este mes una intensa campaña territorio a territorio, La Cataluña Valiente, con casi un centenar de actos programados. «Una campaña en positivo frente a la discordia, la división y la fractura del separatismo», dicen los ‘populares’, que tiene por objetivo explicar que Cataluña es «nuestra tierra y que España es nuestra tierra. Transmitir orgullo de lo que somos como tierra catalana que forma parte de un gran proyecto y un gran país».

 

 

 

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