Sánchez prepara su retiro dorado: en Bruselas lo sitúan al frente de la OTAN o del Consejo Europeo
Pedro Sánchez empieza a preparar su posible salida del Gobierno y quiere un cargo de alta representación y elevados ingresos: varios son los objetivos barajados ya por sus eurodiputados, desde el sondeo de la Secretaría General de la OTAN, algo que exigiría un movimiento muy rápido, hasta un más cómodo destino en dos años como sustituto de Charles Michel como presidente del Consejo Europeo.
Las encuestas no marchan tan bien para Pedro Sánchez como quiere hacer ver el PSOE. El PP de Núñez Feijóo ha frenado la caída en intención de voto provocada por el ataque de Génova a Isabel Díaz Ayuso y Vox sigue elevando su expectativa electoral. Y eso supone que su suma marca ya una posibilidad de Gobierno en un futuro cercano alternativa al Ejecutivo socialcomunista con apoyo de proetarras y separatistas.
Para colmo, el descontento social crece por momentos y las cuentas públicas hacen aguas fruto del derroche generalizado y el déficit estructural, justo cuando el BCE anuncia el fin del cheque en blanco a la compra de deuda pública. Y ése ha sido el as en la manga de Pedro Sánchez.
Todo un panorama de arenas movedizas, regado con una escalada de precios que se ceba con la población tanto en carburantes, como en luz, como en alimentos básicos.
Y Sánchez ha empezado a prepararse una posible salida por si sus tiempos en La Moncloa tocan a su fin y la OTAN es una plaza con mayúsculas. Y los rumores sobre la salida de Sánchez han situado el hambre de cargos del presidente español en un destino tan potente y llamativo como el de la Secretaría General de la Alianza Atlántica. Un puesto que, sin embargo, requiere de un movimiento claramente acelerado. Este cargo se encuentra en este momento ocupado por el noruego Jens Stoltenberg, quien ya ha comunicado su salida del cargo en cuanto acabe su mandato al frente de la Alianza Atlántica. Según confirmó recientemente el Gobierno de Noruega, el ex primer ministro del país nórdico será el próximo gobernador del Banco Central Noruego a partir de septiembre, cuando se le acababa oficialmente el mandato al frente de la OTAN.
Y eso supone que la salida de Sánchez camino de este destacado puesto internacional tendría que fraguarse con unas elecciones anticipadas y muy anticipadas. Y es que pasaría por el hecho de disolver las Cortes en meses y convocar elecciones generales de forma que en verano estuviese ya resuelta la incógnita de si Sánchez continúa al frente del Gobierno de España o no.
De ese modo, sí podría llegar a tiempo de sustituir al noruego Jens Stoltenberg frente de la OTAN.
Marruecos y el Sáhara
Los últimos actos de pleitesía ante Marruecos, con la entrega del Sáhara, o la puesta en peligro de la propia alianza de Gobierno del PSOE de Pedro Sánchez con Podemos para responder a la OTAN sin fisuras, encajarían en el deseo de Sánchez de optar a este cargo. Y es que Marruecos es ahora uno de los socios estrella de EEUU y EEUU es quien manda en la OTAN.
Otra línea se ha empezado a trabajar con especial insistencia debido a lo posible de lograr el cargo, a los nutridos ingresos del puesto y a la comodidad de los plazos de renovación del actual ocupante de ese sillón. Se trata de la Presidencia del Consejo Europeo, un cargo ocupado en estos momentos por el belga Charles Michel.
Michel accedió al puesto el 2 de julio de 2019, lo que quiere decir que en dos años debería abandonar su silla. El cargo es de máxima representación y relevancia, algo que satisface las ansias del presidente español. Y, además, cuenta con un sueldo de 392.400 euros, algo que también cumple con las expectativas de salida planificadas por Pedro Sánchez. El perfil buscado en esta ocasión, igualmente puede satisfacer los deseos de Sánchez. Michel es belga y ha desarrollado su carrera política ligado al Movimiento Reformista (MR), como portavoz primero (2001-2011) y como secretario general del partido después (2011-2014). Por eso, un primer ministro procedente del sur y del Partido Socialista podría encajar en la política de reparto de cargos de esta institución.
De nuevo, los posicionamientos de Sánchez en favor del envío de armas a Ucrania, de buscar salidas a cada problema siempre pactadas con la UE o de asumir las exigencias internacionales de las principales potencias en materias como la entrega del Sáhara a Marruecos, podrían encajar perfectamente en los preparativos de Sánchez para proponerse como un hombre dispuesto a asumir un papel europeo más que nacional. El haberse convertido en uno de los máximos defensores de la Agenda 2030 europea igualmente puede vestir la imagen de un Sánchez absolutamente volcado en los planes comunitarios, más que en los estrictamente españoles.
El Consejo Europeo, además, es un órgano decisivo. Se trata de la institución que propone al presidente de la Comisión Europea; que nombrar al alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad; que designa oficialmente al colegio de comisarios en su conjunto; y que nombre al Comité Ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), incluido el presidente del Banco. El actual presidente del Consejo Europeo es efectivamente Charles Michel, quien tomó posesión del cargo el 1 de diciembre de 2019, en sustitución de Donald Tusk.
El Consejo Europeo elige a su presidente por una mayoría cualificada. El presidente ocupa el cargo por un mandato de dos años y medio renovable una vez. Y, teniendo en cuenta las elecciones al Parlamento Europeo, el Consejo Europeo debe proponer un candidato al puesto de presidente de la Comisión Europea. Por eso es básico mantener unas buenas relaciones con el resto de integrantes de ese Consejo, donde se encuentran los primeros ministros de la UE y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. El hecho de que Von der Leyen sea mujer, de nuevo beneficia a Sánchez: ella pretende continuar en el cargo en el momento de la sustitución de Michel, con lo que el otro nombre debería ser masculino para mantener la apariencia de igualdad.
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