Sánchez ningunea a Casado: ordena a Lastra que llame a la dirección del PP para pedir la abstención
El presidente en funciones equipara al líder de la oposición a Torra al no cogerle el teléfono y deja en manos de su número dos los contactos con la dirección de los populares.
A Pedro Sánchez no le gusta el teléfono. Eso o es que, de tanto montarse en el Falcon, se le ha quedado permanentemente sin cobertura. Y es que el presidente del Gobierno en funciones somete al líder de la oposición, Pablo Casado, a la misma marginalidad telefónica que al presidente de la Generalitat, Quim Torra. Al catalán no le cogía las llamadas y al líder del PP ni le llama ni le responde. Ahora, más de diez días después de las elecciones generales, ha dado ordenes a su número dos, Adriana Lastra, para que desempolve su agenda de contactos constitucionalista y, tras llamar a todos los partidos nacionalistas y separatistas, contacte con Génova 13 para hablar de la investidura. Será la semana que viene.
¿Y qué le dirá, se preguntarán ustedes, cuando ya ha elegido a sus compañeros de viaje entre los populistas y separatistas que a partir del 3 de diciembre ocuparán el hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo? Pues le pedirá la abstención de los 89 diputados de Casado para formar un gobierno socialcomunista, a pesar de saber que la respuesta del PP será un no rotundo. Y es que a falta de llamadas Génova ha utilizado los medios de comunicación para dejar clara su postura a los socialistas. Más, apuntan en la dirección del Partido Popular, cuando el PSOE no ha tenido ni la deferencia de ponerse en contacto con ellos tras haber hablado ya con todos.
No será porque el líder de la oposición no ha intentado hablar con el presidente en funciones personalmente, en distintas ocasiones, en lugar de hacerlo a través de los medios de comunicación. Intentos los ha habido. Un mensaje la noche del 10N, que Sánchez le respondió la mañana siguiente, y una llamada el pasado domingo sin respuesta. En Moncloa están convencidos que Esquerra Republicana les regalará sus votos y con eso tendrán suficiente, aunque reconocen que no se fían de ellos. Igual si finalmente los separatistas le dicen que no, y Casado y sus 88 compañeros se hacen imprescindibles, Sánchez recupera la cobertura de nuevo para evitar poner en peligro su viaje constante por las nubes a bordo del Falcon.