Nueva Estrategia de Seguridad Nacional

Sánchez anuncia un sistema de alerta ante pandemias tras haber desoído hasta 11 avisos sobre el Covid

Sánchez usa la nueva Estrategia de Seguridad Nacional para justificar su reacción tardía ante la pandemia

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Pedro Sánchez, presidente del Gobierno.
Agustín de Grado
  • Agustín de Grado
  • Subdirector y responsable del Área Política en OKDIARIO. Antes jefe de área en ABC, subdirector en La Razón y director de Informativos en Telemadrid.

«La pandemia ha puesto de relieve la importancia de los sistemas de alerta temprana, de la fusión y el análisis de la información y de los planes de respuesta para la gestión de crisis, medidas todas ellas que facilitan y agilizan la toma de decisiones». La frase pertenece a la nueva Estrategia de Seguridad Nacional (ESN), que este sábado ha entrado en vigor, y es la fórmula que el Gobierno de Pedro Sánchez ha encontrado para justificar el retraso con el que reaccionó ante la llegada del Covid en los primeros meses de 2020.

Hasta en 13 ocasiones cita el texto la importancia de que España esté dotada de sistemas de «alerta temprana» para adelantarse a «la magnitud de los riesgos y las amenazas actuales». Sin embargo, no es algo nuevo. La Estrategia de Seguridad Nacional de 2017, a la que sustituye la actual , ya advertía de la necesidad de «avanzar en el desarrollo» de sistemas de «alerta temprana» y de «fomentar un enfoque preventivo y anticipatorio» en la gestión de las crisis.

Y que nuestro país fuera alcanzado por una pandemia no era una posibilidad remota. De los 15 ámbitos de actuación que establecía, las pandemias ocupaban un capítulo importante, hasta el punto de que se afirmaba que «la propagación de las pandemias» trascendía lo puramente regional y podía llegar a «afectar a la seguridad de España».

Hay un párrafo de la Estrategia de Seguridad Nacional en vigor hasta ayer que leído hoy, a la luz de la experiencia de casi dos años de pandemia, resulta demoledor para la estrategia del «no se podía saber» que el Gobierno puso en marcha cuando el coronavirus desbordó su incapacidad para prever los acontecimientos.

«España, un país que recibe más de 75 millones de turistas al año, con puertos y aeropuertos que cuentan entre los de mayor tráfico del mundo, un clima que favorece cada vez más la extensión de vectores de enfermedades, con una población envejecida y una situación geopolítica polarizada, no está exenta de amenazas y desafíos asociadas a enfermedades infecciosas tanto naturales como intencionadas».

Por esta razón, el Departamento Seguridad Nacional alertó hasta en 11 ocasiones al Gobierno de la amenaza del Covid entre enero y marzo de 2020. Desde el 24 de enero hasta la declaración del estado de alarma, el presidente tuvo sobre su mesa informes que avisaban con nitidez de lo que venía, después de que la OMS proclamara que «el coronavirus es una emergencia sanitaria de salud internacional».

El nivel de alerta se elevó en febrero. El 7 de febrero el Departamento de Seguridad Nacional constató que el virus ya era un riesgo para España y pasó a tener pieza propia en los informes.

Ya el 27 de febrero, mucho antes de que el Gobierno de Pedro Sánchez empezase a reaccionar, el dossier de Seguridad Nacional, como adelantó OKDIARIO, recogía las advertencias procedentes del Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades, que concluía que «si se produjera un aumento significativo en los casos de Covid-19, y coincidiera con un nivel alto de gripe, el impacto potencial en los sistemas de salud sería de moderado a alto».

Unos días después, el 7 de marzo, mientras el Gobierno desoía los avisos sobre el riesgo de celebrar las marchas ideológicas del Día de la Mujer, Seguridad Nacional avisó que otros países habían decidido cancelar eventos masivos ante la epidemia: «En varios países de Europa, las autoridades pertinentes han decretado la suspensión o aplazamiento de actividades que congreguen un número significativo de personas». «En este sentido -proseguía- se han cancelado las reuniones previstas hasta finales de abril preparatorias de la Cumbre sobre el Clima, que está previsto que se celebre el próximo mes de noviembre en Glasgow (Reino Unido)».

Pese a ello, como es conocido, Moncloa desoyó el riesgo sanitario y autorizó y alentó las manifestaciones del 8-M. El resto es historia sobradamente conocida ya.

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