El PSOE criticó en su día a Rajoy por trasladar al general Sanjurjo en un helicóptero del Ejército
Los restos de Franco serán trasladados este jueves en un helicóptero del Ejército, Super Puma, desde el Valle de los Caídos al cementerio de El Pardo
Este jueves, Franco saldrá del Valle de los Caídos y será enterrado en el cementerio de El Pardo. Si las condiciones meterológicas de última hora no lo impiden, el dictador será trasladado entre ambos puntos en un helicóptero del Ejército español. En concreto, un Cougar Super Puma del Escuadrón 402. El aparato que Pedro Sánchez utiliza, por ejemplo, cuando se desplaza desde La Moncloa a la base aérea de Torrejón de Ardoz para subirse al Falcon. El socialista recurrió a ese medio oficial en otras ocasiones más extemporáneas, como el pasado verano, para acudir a la boda de su cuñado, en La Rioja.
La paradoja es que, hace dos años, el PSOE criticó al Gobierno de Mariano Rajoy por utilizar un helicóptero militar para trasladar los restos del general Sanjurjo a Melilla, donde fue inhumado.
El desplazamiento no generó ningún gasto añadido, ya que se aprovechó uno de los viajes ordinarios del aparato -perteneciente al Ejército de Tierra- a la ciudad autónoma. Sin embargo, los socialistas -dirigidos entonces por la Gestora- arremetieron contra el Ejecutivo, y en particular contra la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, cuestionando el posible uso de recursos públicos.
Ningún gasto añadido
En una pregunta por escrito en el Congreso, el partido criticaba que el general fuese enterrado en una ceremonia militar en el Pabellón de Héroes Regulares del Cementerio de Melilla que «según señalan los medios de comunicación, contaron con la participación de responsables y mandos militares y la del presidente de Melilla y senador, Juan José Imbroda».
«¿Quién ha sufragado los gastos del traslado y entierro en Melilla del general golpista», se preguntaban, entre otras cuestiones, en la iniciativa.
El Gobierno del PP defendió que «las inhumaciones y exhumaciones de restos mortales en panteones y parcelas militares en cementerios civiles, en el ámbito del Ejército de Tierra, están reguladas en una Norma General, del Jefe de Estado Mayor del Ejército, de noviembre de 2011». Y que «conforme a lo establecido en la mencionada norma, los familiares se comprometieron a asumir las autorizaciones y gastos para proceder a la inhumación, por lo que la misma no generó gasto alguno a las arcas del Estado, como tampoco lo generó el traslado de los restos».
Defensa explicó también que «a la ceremonia privada asistió el Comandante General de Melilla, como cortesía militar, por la condición del General Sanjurjo de antecesor en el cargo» y que la inhumación se autorizó -previa solicitud de los familiares- «por encontrarse entre los criterios contemplados en la norma, entre ellos, sus méritos militares, durante las Campañas de Marruecos, lo que le valió la concesión de numerosas condecoraciones militares, entre las que destacan dos Cruces Laureadas de San Fernando concedidas por S.M. El Rey Alfonso XIII en 1914 y 1927».
La exhumación del general Sanjurjo, acometida por el Ayuntamiento de Pamplona en 2016, con Joseba Asirón (Bildu) a la cabeza, fue también objeto de un largo proceso judicial.
Tras su salida del Monumento a los Caídos de la localidad navarra, los restos se enterraron en el Panteón del Regimiento de Regulares de Melilla, en 2017.
El año pasado, un juez ordenó devolverlos al lugar del que fueron exhumados, junto a los del general Mola y otros seis combatientes franquistas.
Sin embargo, en enero de este año, el Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) estimó el recurso del Ayuntamiento y avaló la decisión del Consistorio.
La exhumación se llevó a cabo por un acuerdo del Arzobispado y el Ayuntamiento, algo que no ocurre en el caso de Franco, que no cuenta con la autorización eclesiástica.