«Pedro está harto de los dinosaurios como Felipe González»
Respeto a la propuesta de Rivera y también a la decisión adoptada por el Comité Federal del PSOE. Es la única respuesta que desde el PSOE se ha dado a las condiciones de Ciudadanos para negociar la investidura de Rajoy. “Es una negociación entre dos partidos en la que no vamos a entrar pero que tampoco vamos a obstaculizar”, aseguraron distintas fuentes tras conocerse la exigencia de la formación naranja. Pero las presiones que sufre el secretario general de los barones y la «vieja guardia» ya han hecho rebosar el vaso de su paciencia y sus afines comentan que «está harto de los dinosaurios, como Felipe González».
Hace tiempo que en la dirección socialista impera el hermetismo. Como gesto más visible del desdén que en el partido provocan las ‘presiones’ para desatascar la investidura, es que su propio secretario general lleve desaparecido desde la pasada semana, cuando por enésima vez trasladó a Rajoy su negativa a apoyar la investidura.
Inmóvil y enrocado, su círculo más cercano afirma que Sánchez se mantiene ajeno a las peticiones insistentes que, desde dentro y fuera del PSOE, le instan a desbloquear el gobierno. En especial, a la de sus barones, dirigentes históricos y líderes autonómicos que día sí día también le reclaman salir del ostracismo.
“De momento, Pedro está fuerte y no lo veo por el cambio de postura. Está un poco harto de dinosaurios, sobre todo de Felipe”, comenta un dirigente próximo al secretario general.
El ex presidente del Gobierno ha sido uno de los que con más insistencia ha apelado al partido, y en especial a Sánchez, para no ser “obstáculo” para permitir un gobierno en minoría de Rajoy. De hecho, González ha sido la única voz socialista que abiertamente se ha posicionado con la propuesta de Rivera, “el primer acto de responsabilidad política que ha habido desde las elecciones”, consideró, en declaraciones a un medio de comunicación.
Con González, el también ex presidente Rodríguez Zapatero y otros miembros destacados del partido como el ex ministro Josep Borrell se han manifestado a favor de la abstención del PSOE para desbloquear la situación política actual.
Inmóvil en el ‘no’
El órdago de Rivera ha dado aire a los más críticos, que ven en ese mismo ultimatum una presión redoblada sobre Sánchez. Creen que contribuirá a que el socialista desista de otras vías, como forzar unas terceras elecciones o, incluso, intentar un nuevo acuerdo con Ciudadanos, una posibilidad que sugieren algunos dirigentes pero que se demostraría del todo inviable al precisar del acuerdo de los independentistas.
De un tiempo a esta parte, el círculo ‘sanchista’ ha ido menguando al tiempo que el líder socialista iba encerrándose en su inmovilismo. Su guardia de corps se reduce prácticamente a su número dos, César Luena y al portavoz en el Congreso, Antonio Hernando. Cargos en otros tiempo muy próximos al secretario general, y que incluso apoyaron su tentativa de formar un gobierno con Podemos, empiezan a dejarlo solo en el empeño de evitar a toda costa que Rajoy gobierne.
Obsesionado por la fecha de investidura
Para la dirección socialista, la única obsesión es que el PP fije cuanto antes la fecha de investidura. Quieren devolverle en el Congreso el mismo “no” que el ‘popular’ le dio en su intento fracasado, en marzo. Fuentes de la Ejecutiva recuerdan que es “obligación constitucional» del candidato asumir la investidura una vez propuesto por el Rey.
«No me imagino al señor Rajoy agarrado a los leones no queriendo entrar a ese pleno de investidura”, ironizó este martes la portavoz adjunta en el Congreso, Isabel Rodríguez.
Pese a los avances en la relación entre Rajoy y Rivera, los socialistas siguen siendo pieza clave para desatascar el gobierno. Por ello, toda la presión recae sobre el partido. Su abstención, total o en parte, es precisa para sumar la mayoría que haga presidente al líder del PP. “España necesita un gobierno cuanto antes, que además debe ser estable”, dijo Rajoy al término de su encuentro con Rivera. “Si Sánchez se mantiene en el ‘no’ volveremos a repetir elecciones”, advirtió también. Varias de las condiciones de Ciudadanos, como la reforma de la Ley electoral, dependerían del apoyo del PSOE para salir adelante.
Entre tanto, Sánchez permanece fuera de foco de las negociaciones. En concreto, en Almería, su habitual destino de vacaciones y donde se le ha visto este mismo fin de semana, con su mujer Begoña Gómez y sus hijas. El mismo lugar donde el socialista fue descubierto “de incógnito” pocos días después de las elecciones del 26J.