Ministerio del Interior

Marruecos deja en evidencia el paripé de Marlaska: no firmó ninguno de los 25 acuerdos en Rabat

Marlaska Marruecos
Fernando Grande-Marlaska saluda al primer ministro marroquí.
Pelayo Barro

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, llegó la semana pasada a Rabat acompañado de hasta once ministros para celebrar una reunión de alto nivel (RAN) que Moncloa calificó de «histórica». Entre la delegación se encontraba el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, cartera especialmente importante en vista a los asuntos bilaterales que dependen de ella: inmigración ilegal, lucha contra el terrorismo… Sin embargo, Marruecos confirma ahora que Marlaska fue «de relleno» a Rabat: ninguno de la veintena de acuerdos «estratégicos» lleva su firma. Moncloa no le quiso dejar fuera del viaje para que su ausencia no levantase suspicacias y desluciese aún más la cumbre.

Cuando se ponen sobre la mesa las prioridades de la colaboración entre España y Marruecos, en los puestos más altos de la lista se encuentran problemas como la lucha contra las mafias de la inmigración ilegal, la protección de las fronteras de Ceuta y Melilla o el intercambio de información policial sobre las redes de terrorismo yihadista. Asuntos que han copado las portadas en los últimos años al estar detrás de las grandes crisis entre España y Marruecos. Materias que son competencia del Ministerio del Interior.

Cabía esperar, por tanto, que en una cumbre bilateral entre los dos países, como la celebrada los pasados 1 y 2 de febrero en Rabat, estos asuntos formasen parte nuclear de los acuerdos y memorandos de entendimiento firmados por el Gobierno de Sánchez. Pero no fue así. Marruecos confirma, días después de la cita, que el papel de Marlaska en Rabat fue poco menos que testimonial. En las notas publicadas por el Gobierno marroquí sobre la reunión de alto nivel ni siquiera se menciona al ministro del Interior. Al resto de los diez ministros sí, relatando pormenorizadamente los acuerdos a los que llegaron con sus homólogos.

Eso explica una situación que se produjo durante la firma protocolaria de una veintena de acuerdos el pasado jueves 2, en la sede del Ministerio de Exteriores. Sánchez y el primer ministro marroquí, Aziz Ajanuch, presidieron ese acto de firmas de pie, frente a una mesa con las banderas de España y Marruecos por las que iban pasando uno por uno los ministros para rubricar los acuerdos y hacerse la fotografía conmemorativa. Moncloa admitió a la prensa, unos días antes, que la logística de este acto era complicada, ya que no recordaban la firma conjunta de más de una veintena de acuerdos que involucrara a tantos ministros.

Uno a uno, todos los miembros del Consejo de Ministros presentes en Rabat fueron pasando por esa mesa. Menos uno: Grande-Marlaska. El ministro del Interior no se levantó en ningún momento de su asiento, contemplando el desarrollo del acto en silencio hasta su finalización. No hubo foto firmando acuerdos, porque no firmó ninguno. España no obtuvo de esa cumbre ningún documento firmado sobre inmigración o terrorismo, entre otras materias relacionadas con la seguridad.

Así lo confirman también las actas del gobierno marroquí y los documentos acreditativos de las firmas del Departamento de Asuntos Exteriores de Presidencia del Gobierno.

Un detalle que se pasó por encima en todas las crónicas del momento, eclipsadas por el plantón del rey Mohamed VI a Pedro Sánchez confirmado tan sólo unas horas antes del viaje.

Marlaska

Sin acuerdos bilaterales que firmar sobre la mesa en asuntos como la inmigración o el terrorismo, el papel de Grande-Marlaska en 2 días de viaje oficial a Rabat se ciñó a una reunión de «una media hora» con su homólogo en la sede del Ministerio de Interior marroquí. Un encuentro que se celebró paralelamente a reuniones de trabajo de otros ministros españoles que sí acudieron a la cita con agenda y acuerdos por cerrar.

Fuentes del Gobierno admiten a OKDIARIO el hecho de que Interior volvió a España sin nada firmado por parte del gobierno marroquí y explican que la presencia de Marlaska en Rabat, pese a su agenda reducida al mínimo, se contempló como «necesaria» por parte de Moncloa. Fue Sánchez quien decidió que el ministro viajase en la delegación oficial, a pesar de que Marruecos no contemplaba la participación de su titular de Interior, Abdelouafi Laftit, en la cumbre.

Pese a que la RAN no incluía acuerdos en materia de inmigración o lucha yihadista, en Moncloa entendían que la ausencia del ministro del Interior podría haber provocado «preguntas incómodas» al Ejecutivo de Sánchez por parte de la prensa española que viajó a Rabat. Por tanto, Presidencia decidió que Marlaska acompañara a los otros diez ministros a una cumbre que se cerró sin fecha para la apertura de las aduanas, sin avances en el protocolo que permitiría deportar a sospechosos por yihadismo como del atentado de Algeciras o sin novedades significativas sobre la lucha contra la inmigración ilegal más allá de una declaración de intenciones.

A este último respeto sí figura un punto (de un total de 74) de la declaración conjunta entre España y Marruecos con la que se dio por finalizada la cumbre: ambos países acordaron «intensificar su cooperación en el ámbito de la lucha contra la migración irregular, el control de fronteras, la lucha contra las redes y la readmisión de migrantes en situación irregular». Sin acuerdo documental ni compromiso por escrito, el Gobierno volvió a España sin articular materialmente esa «cooperación».

 

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