España
Ministerio del Interior

Marlaska aloja en barracones con chinches a la élite de la Guardia Civil durante sus prácticas anuales

Los agentes denuncian el "abandono" del ministro por enviarles a instalaciones "indignas" 

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, aloja en barracones «sucios y con chinches» a los agentes de los Grupos de Reserva y Seguridad (GRS) de la Guardia Civil, una unidad de élite dedicada al orden público y control de masas, a la que, sin embargo, este verano envió a blindar las vacaciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez en Lanzarote.

Los guardias civiles denuncian el «abandono» de Marlaska por enviarles a  instalaciones «indignas» y reclaman una solución urgente. Ha dado la voz de alarma a OKDIARIO la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), la decana: «Así trata Interior a quienes se juegan la vida por todos».

La AUGC destaca que «los GRS están sometidos a una alta exigencia física y técnica, pero la calidad de su instrucción y su bienestar se ve comprometida por las condiciones de estos alojamientos». «El reconocimiento real al esfuerzo y sacrificio de estos profesionales debe traducirse en hechos, comenzando por garantizar condiciones de vida y descanso acordes con la dignidad y el nivel de compromiso que exige el servicio público que prestan», sostiene Olaya Salardón, portavoz de esta asociación.

Barracones en desuso desde hace 24 años

Desde hace tres años, los GRS tienen que hacer estas prácticas de tres semanas de duración, que realizan de forma escalonada a lo largo del año en grupos de entre un centenar y 200 agentes. Primero, se les despliega durante una semana a cuarteles militares ubicados a lo largo y ancho del territorio nacional para realizarlas, mientras que las siguientes dos semanas las hacen en su cuartel de destino.

En estos acuartelamientos militares se les aloja en barracones que eran usados cuando existía la mili, por lo que «muchas de sus naves llevan 24 años cerradas a cal y canto, salvo excepcionalmente para albergar maniobras y a los GRS durante estos despliegues», según informa la AUGC a OKDIARIO.

Durante las prácticas, realizadas en las proximidades del cuartel, los agentes realizan jornadas de 11 horas diarias. El resto del tiempo han de permanecer en estas instalaciones, ya que se les impone el horario militar y a las diez de la noche se cierra la puerta, frente a lo que también se alzan denunciando que se les priva de la posibilidad de desconexión. A las siete de la mañana deben estar en pie, ya que a las ocho se toca diana y tienen que formarse ante la bandera de España.

Suciedad y plagas de chinches

«A pesar de tratarse de una actividad planificada, previsible y de carácter formativo -no operativo-, los agentes son comisionados a estos barracones con deficiencias estructurales, carencias higiénicas y condiciones inadecuadas para el descanso», denuncia la asociación decana de guardias civiles.

Según explica Olaya Salardón, «en muchos de estos cuarteles, los efectivos se ven obligados a convivir en dependencias insalubres y con plagas de chinches», que los acribillan. Además, en vez de los sanitarios comunes hay letrinas, también llamadas inodoros turcos, por lo que han de hacer sus necesidades de pie, «en los pocos que funcionan», y las duchas tienen «mucha suciedad», como prueban las imágenes que acompañan a esta información.

Duchas.

Además, afirma que en la mayoría de cuarteles duermen «en naves corridas, en camas individuales, pero todos juntos, sin intimidad», «ni tampoco ventilación, lo que les impide la recuperación física y mental necesaria para afrontar las exigentes actividades de instrucción».

«La precariedad alcanza también al ámbito eléctrico, con instalaciones improvisadas mediante alargaderas, y a la ausencia de armarios o espacios donde guardar el material profesional y los efectos personales, lo que dificulta la organización y la convivencia diaria», apunta.

Se incumplen varios principios

Estas condiciones «entran en conflicto con la normativa de prevención de riesgos laborales y con los principios de dignidad, salud y seguridad que deben regir el servicio en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado», señala a OKDIARIO Eugenio Nemiña, responsable jurídico de la AUGC, vocal del Consejo de la Guardia Civil y de la Comisión de Riesgos Laborales.

La AUGC agradece «la disposición y buena voluntad de los jefes y responsables de los acuartelamientos militares que, con sus limitados medios, tratan de ofrecer las mejores condiciones posibles».

Afirma que «su colaboración y esfuerzo son indudables», pero critica «la falta de recursos y planificación por parte de la administración central, lo que convierte la buena intención de Defensa en un paliativo insuficiente ante una situación que no puede normalizarse ni silenciarse».

Según esta asociación, la falta de planificación logística y de medios adecuados para garantizar un alojamiento digno durante las concentraciones formativas de los GRS es un problema estructural y prolongado en el tiempo, y exige que, de una vez por todas, se ponga fin a esta «falta de previsión» y «abandono» a sus agentes.

Además, afirma que no estamos ante un caso aislado, sino que «la falta de planificación de la Guardia Civil es una constante», recordando, por ejemplo, que Marlaska ha dejado a los agentes con un curso a medias por falta de presupuesto, como recientemente ha informado OKDIARIO.

«Cada vez tenemos más jefes, pero nadie dirige y coordina. Se dejan todo a la improvisación y aprovechan cualquier sitio de otras administraciones, aunque se encuentre en condiciones precarias e insalubres, poniendo en riesgo la salud de los trabajadores, en lugar de invertir en instalaciones adecuadas», expone Nemiña.

Y hace hincapié en que «la administración, en su deber de velar por la integridad de sus efectivos, no puede amparar alojamientos que incumplen los mínimos exigibles en cualquier entorno laboral público, pues la salud, cuando los agentes están desplazados, no sólo debe garantizarse en las horas de trabajo efectivo, sino también en el tiempo de descanso, proporcionando un lugar adecuado donde poder descansar y recuperarse para la siguiente jornada».

Los guardias civiles que blindaron la seguridad del ex presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero el pasado verano, durante sus dos meses de vacaciones en Lanzarote, también prestaron el servicio en condiciones tercermundistas: sin luz ni aseo.

Barracones.