Ministerio de Igualdad

Montero quiere instruir a los niños de Primaria en «relaciones sexuales, erotismo, placer y genitales»

Montero jueces
La ministra de Igualdad, Irene Montero.
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El Ministerio de Igualdad planteó a Educación que el nuevo currículo de Primaria -que recoge los contenidos que deben aprender los alumnos de entre seis y 12 años- incluyese abundantes referencias a la educación afectivo-sexual, que fueron rechazadas. Así se recoge en las aportaciones al real decreto que fueron remitidas por el departamento de Irene Montero y a las que ha tenido acceso OKDIARIO. Entre esos contenidos, se incluían múltiples menciones a la «educación sexual integral», que debía recorrer de forma transversal todo el currículo, así como instar a los alumnos a «interiorizar su sexualidad de manera integral, contemplando las peculiaridades de su cuerpo y sus cambios».

En el área de Conocimiento del Medio, Igualdad pretendía introducir un nuevo apartado para instruir en el «reconocimiento de diferentes tipos de gónadas y genitales de cuerpos gestantes y no gestantes», así como «el acceso al propio cuerpo». Educación lo rechazó argumentando que la aportación no introducía «una mejora sustancial» y «podría desvirtuar el sentido de los saberes».

Asimismo, el Ministerio de Montero instó a incluir una nueva «competencia» en la polémica asignatura de Valores Cívicos y Éticos consistente en «desarrollar una sexualidad sana, relacionándose con su propio cuerpo sin culpa identificando aquello que le hace sentir bien y mal». Entre sus contenidos, se pretendía instruir a los menores sobre «los aspectos cognitivos, emocionales, físicos y sociales de la sexualidad», desarrollando «relaciones sexuales respetuosas».

«Se debe entender la sexualidad como un aspecto central del ser humano que está presente a lo largo de su vida, abarcando el sexo, las identidades y los roles de género, la orientación sexual, el erotismo, el placer, la intimidad y la reproducción como elementos clave», se enunciaba en la referida aportación. En esta línea, según el Ministerio de Igualdad, sería «importante incidir en el reconocimiento y el respeto de las emociones y sentimientos vinculados a la sexualidad y sus cambios como miedos, vergüenza, pudor y placer». En este caso, Educación lo rechazó también alegando que el contenido correspondía «a un segundo nivel de concreción curricular».

Saberes básicos

En la misma asignatura, Montero proponía añadir como «saberes básicos» los «tipos» de cuerpo, como «cis, trans, intersex, con diferentes anatomías, pigmentación, capacidades» y «los cuerpos con posibilidad o no de gestar». También se manifestó el «rechazo hacia los estereotipos de género en juegos, vestimentas y roles» y la necesidad de enseñar en «diferentes orientaciones e identidades sexuales».

En Lengua y Literatura, se reclamaba poner a disposición del alumno a través de la biblioteca del aula libros sobre «educación sexual integral», «diversidades familiares, de modelos de convivencia y sexuales». Educación explicó que la «educación literaria debe hacerse sobre textos literarios».

El real decreto fue aprobado el pasado mes de marzo entre polémica por la supresión de algunos contenidos esenciales, como la regla de tres, los números romanos o los dictados. Educación, además, elimina las calificaciones numéricas en las actas de evaluación.

El currículo recibió las críticas de varias regiones, entre ellas, la Comunidad de Madrid, que lo consideró «una cruzada contra la calidad educativa» promovida por el PSOE, Podemos y sus socios. Según el consejero de Educación, Enrique Ossorio, estos nuevos contenidos sólo llevarán a los estudiantes «a la mediocridad». Al tiempo que se eliminan saberes básicos, se potencian otros como «el desarrollo sostenible» y se convierte al alumno en un «agente del cambio ecosocial», criticó el consejero madrileño, que apuntó a la «fuerte carga ideológica dirigida al adoctrinamiento de los alumnos».

Entre algunas polémicas, el currículo invita a impartir las Matemáticas con «sentido socioafectivo» y «con perspectiva de género». Además, la Religión deja de contar para nota.

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