VALLA DE MELILLA

Guardias civiles exigieron a Marlaska un refuerzo de 200 agentes 2 meses antes de la tragedia de Melilla

Marlaska Melilla
El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. (Foto: EP)
Pelayo Barro

La Guardia Civil lleva años reclamando al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, la necesidad de reforzar con 200 agentes extra la ciudad de Melilla para proteger con garantías la frontera. El último de esos avisos se produjo sólo dos meses antes de la avalancha contra el paso del Barrio Chino melillense que acabó en tragedia mortal y que ahora amenaza con acabar con la carrera política de Marlaska.

Una flagrante falta de medios, no sólo materiales sino humanos. Eso es lo que venían denunciando la totalidad de las asociaciones profesionales de la Guardia Civil cuando le trasladaban a Marlaska las deficiencias que afectan al servicio de los agentes que custodian la frontera de Melilla. El «punto crítico», como lo definía el propio Instituto Armado, que ahora podría hacer caer al ministro por esas 23 muertes oficiales que las ONG elevan hasta 72.

Al margen del debate sobre si hubo muertos en zona española, algo que niega rotundamente el Gobierno, o si los gendarmes marroquíes entraron en zona española, algo que también negó el ministro pero desmienten las imágenes, la Guardia Civil pone el foco en esa preocupante falta de medios humanos. La misma que hizo que aquel 24 de junio, a las 8:40 de la mañana, sólo hubiese 5 agentes en el paso fronterizo del Barrio Chino cuando una masa de más de 2.000 inmigrantes ilegales armados con palos, piedras y radiales se aproximaba a la valla.

Un primer refuerzo elevó la cifra a 16 agentes, que a todas luces seguía siendo insuficiente para afrontar un desafío así. La falta de efectivos fue la que llevó a quienes estaban al frente del operativo a solicitar ayuda a los gendarmes marroquíes, que se empleaban en el perímetro con suficientes agentes como para poder acceder con seguridad a la llamada ‘tierra de nadie’ y, posteriormente, a la zona de la aduana española. El lugar al que ahora apuntan todos los focos.

200 agentes

Lo admiten sin ambages agentes de la Guardia Civil: de haber dispuesto de un refuerzo de personal disponible para su despliegue rápido, y de haber conocido con antelación el asalto -Marruecos no avisó-, los acontecimientos de aquel 24 de junio podrían haberse sucedido de otra manera. Interior no puede decir que no estaba avisado: sólo dos meses antes, desde la plataforma JUCIL se solicitó al ministro Marlaska un refuerzo de 200 agentes para poder disponer de ellos en la protección de los pasos fronterizos y del vallado perimetral.

No era, ni mucho menos, la primera vez que se le planteaba al ministro esa necesidad. Ni tampoco el número era una novedad. La cifra de 200 agentes para Melilla es la misma que le vienen reclamando a Marlaska todas las asociaciones profesionales representativas del cuerpo: APROGC, AEGC, IGC o AUGC son algunas de las siglas que lo pidieron.

La última, AUGC, se lo solicitó al ministro ya en 2018. En agosto, apenas dos meses después de la toma de posesión de Marlaska, la Asociación Unificada de la Guardia Civil le planteaba la urgencia de ese refuerzo de 200 agentes en Melilla, en base a los cálculos que habían hecho los propios guardias civiles. Vox y el PP, en varias ocasiones, se lo plantearían al ministro en el Congreso, a través de preguntas por escrito y en intervenciones ante la Comisión de Interior. El refuerzo nunca llegó. Ni tampoco está previsto -de momento- en la actualidad.

Aviso

Esa falta de medios, como ha intentado hacer ver en varias ocasiones Interior, no es una demanda sin más de las asociaciones. De hecho, incluso la cadena de mando de la Guardia Civil reconocía abiertamente, meses antes de lo ocurrido en Melilla, que la situación era límite.

«Está claro que los medios utilizados en esta área [Melilla] no son suficientes y deben ser reforzados», señala contundentemente una memoria interna firmada por el teniente general jefe del Mando de Apoyo en febrero de 2022. Un documento, del que informaba el pasado jueves OKDIARIO, que daba inicio a un contrato para adquirir 5 estaciones de vigilancia dotadas con cámaras capaces de detectar y monitorizar a los grupos de inmigrantes ilegales a distancias de al menos 9 kilómetros. Un material cuyo contrato no se ha adjudicado hasta este pasado mes de octubre y que, entre otras cosas, facilita no depender de las alertas tempranas de Marruecos. Alertas en ocasiones inexistentes, como ocurrió aquella mañana del 24 de junio.

La carencia de medios quedaba así patente bajo la firma del Servicio de Armamento y Equipamiento Policial. Cuatro meses antes de lo sucedido en Melilla, Marlaska supo de las graves carencias de medios en la zona, y dos meses antes conoció esa falta de efectivos humanos para hacer frente a una avalancha.

 

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