'Escoltagate'

La escolta de Montero relata al juez su explotación: «Me ordenaba hacer de chófer de su madre»

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Elena González, la ex escolta de la ministra de Igualdad, aseguró durante su declaración ante el juez  Juan José Escalonilla, que investiga a Podemos por financiación ilegal, que la ministra de Igualdad no sólo la utilizaba como chófer de familia, sino que también como recadera, encomendándole tareas que distaban mucho de las que, en realidad, le correspondían. «Si ella (Irene Montero) estaba trabajando, nos íbamos a buscarla y entremedias nos ordenaba tareas como ir a recoger a un amigo, a su madre, a realizar papeles de su padre en el distrito de San Blas (Madrid)…», manifestó en un interrogatorio al que ha tenido acceso en exclusiva OKDIARIO, en el que, además, citó  otras funciones que se extralimitaban de su cometido.

Esta es la primera vez que sale a la luz el testimonio en vídeo de la ex escolta de Irene Montero. Sin embargo, esta testigo –cuyo rostro se desconocía por completo hasta el momento– ya había demandado a Pablo Iglesias y Montero por el trato laboral «discriminatorio» recibido por la ministra de Igualdad, tal y como adelantó este periódico.

En concreto, la trabajadora denunció que la líder de la formación morada le obligó «de manera recurrente» -y fuera de su horario- a hacer de recadera para ella y sus hijos, llevar y traer a amigos y familiares hasta el casoplón de Galapagar o encargarse del mantenimiento de la vivienda y la mecánica de los vehículos particulares de la pareja que Montero le encomendaba. Además, tareas personales como adquirir «productos de parafarmacia y droguería para bebés» o «alimentación» de determinadas marcas y supermercados, llevarle la cena a casa desde varios establecimientos concretos de Madrid o «comprar comida para los perros». También le pedía que adelantase el comienzo de su jornada laboral para «calentar el habitáculo del coche» que la portavoz parlamentaria de Podemos utilizaba, a diario, en sus desplazamientos.

Durante los casi dos años en los que la ex escolta, contratada por Podemos, trabajó para Irene Montero, ésta le pidió que hiciese de «chófer de familiares invitados al domicilio o de transporte de envíos de familiares», que realizase «tareas de gestión de obras en una de sus propiedades» y que se encargase de las labores de «mantenimiento de vehículos» privados. Así quedó reflejado en la demanda por despido nulo presentada por la trabajadora contra Podemos ante el Juzgado de lo Social número 3 de Madrid.

Los encargos de Montero, lejos de respetar «los derechos básicos y condiciones» mínimas que «deben regir una relación laboral», se producían «no sólo» por encima «de la jornada legal, horario y turno asignados» a la misma en su contrato sino a horas intempestivas. La trabajadora denunció cómo además de por razones profesionales, también «por cuestiones personales, se impidió su descanso obligatorio entre jornada y jornada». Los caprichos de la ex portavoz de Podemos en el Congreso provocaron que se viese obligada a dormir «cuatro horas» antes de «hacer viajes de larga distancia conduciendo».

Bajo este contexto, González recordó al juez Juan José Escalonilla durante la declaración que reproduce en exclusiva OKDIARIO, este trato denigrante. Es más, la ex escolta aseguró que trabajaba los siete días de la semana y debía estar disponible las 24 horas del día. «Nosotros (los escoltas) no podíamos ni ir al cine, por ejemplo, porque no podíamos apagar el teléfono móvil», explicó.

Segunda niñera

Hay que recordar que, a raíz de este interrogatorio, el juez que investiga a Podemos en el marco del caso Neurona y el caso Niñera imputó a una segunda trabajadora de Podemos a quien Irene Montero habría utilizado como niñera. Se trata de Gara Santana, quien fuera jefa de prensa del partido y en la actualidad redactora del diario de Dina Bousselham, el panfleto que Pablo Iglesias utiliza para atacar a los jueces que investigan su corrupción y a los periodistas críticos con el Gobierno.

Y es que la ex escolta y recadera de la ministra de Igualdad declaró que Santana desatendía sus funciones como jefa de prensa de los morados porque «estaba dedicada al trabajo personal de Irene Montero». Es más, Elena González llegó a afirmar que Santana trabajó jornadas de ocho horas diarias en el domicilio de Iglesias y Montero en la urbanización La Navata. «Se encargaba del cuidado de los mellizos, Manuel y Leo, tras recibir el alta hospitalaria en el Gregorio Marañón, donde estuvieron ingresados al nacer prematuros». Por ello, «empleados de Podemos se quejaron porque ésta no hacía su trabajo», que recaía en el resto de trabajadores.

Santana figura en esta causa como investigada por un presunto delito de malversación. El mismo delito por el que también fue imputada la otra niñera, Teresa Arévalo, y por el que se investiga a Irene Montero. Esta última se ha salvado de la imputación porque goza de aforamiento ante el Tribunal Supremo debido a su condición de ministra.

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