Las claves del debate a cuatro: tiempo, bloques, plató y estrategias
Este lunes, los cuatro principales candidatos a la Presidencia del Gobierno se miden en el único debate programado de cara a las elecciones generales del 26 de junio. Se celebra a las 22:00 horas en el Palacio Municipal de Congresos y será emitido por las grandes cadenas nacionales y autonómicas.
De izquierda a derecha de la pantalla, Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias han de medirse durante dos horas en cinco bloques de duración desigual: economía y empleo, políticas sociales, reformas institucionales y regeneración democrática, política exterior y pactos.
La señal corre a cargo de la Academia de Televisión pero no modera Manuel Campo Vidal sino Ana Blanco, Vicente Vallés y Pedro Piqueras, profesionales experimentados y representantes de Radio Televisión Española (RTVE), Atresmedia y Mediaset, respectivamente.
Emisarios de los líderes se pasaron este domingo por el plató, con forma circular y donde los aspirantes, sin presencia de público, estarán de pie con un atril para apoyarse o colocar papeles. Mediante sorteo se han establecido aspectos como el ‘minuto de oro’, que abrirá Iglesias y cerrará Sánchez.
El objetivo, afianzar a los convencidos y atraer al en torno a 30% de los españoles que, según los sondeos, tienen pensado votar pero aún no han decidido a qué partido.
Sánchez, al ataque
Rajoy acude con intención de explicar su mandato en cifras y tender la mano a Sánchez y Rivera para la formación de una ‘gran coalición’ para espantar toda opción de un ejecutivo capitaneado o condicionado por Iglesias, con el secretario general de los socialistas como escollo fundamental.
Sánchez no lo tiene fácil. Se espera que su estrategia sea la más ofensiva, pero al tiempo ha de tratar de no cometer errores o caer en las trampas que puedan tenderle especialmente Rajoy e Iglesias. Las encuestas, entre ellas el barómetro del CIS, coinciden en que Unidos Podemos sería segunda fuerza.
Iglesias planea mostrarse contenido y no arriesgar, favoreciendo que sea Sánchez quien lleve la iniciativa en los choques y pueda equivocarse. En su contra, que tendrá a su lado al oponente que más le saca de sus casillas, Rivera, y que no podrá esquivar Venezuela, el tema que, reconoce, más le cansa.
Rivera será portavoz de la formación más rezagada, pero su papel, al menos es lo previsto, no irá más allá que en anteriores ocasiones: posición centrista y conciliadora y mano tendida a Rajoy y a Sánchez para comenzar un periodo de reformas de Estado que de paso rebajen el auge de Podemos.
Todos ellos han despejado su agenda el fin de semana para estudiar y entrenarse junto a asesores para una cita en la que cada detalle es escrutado. Están ante la primera y última oportunidad de llegar a una audiencia millonaria y frente a sus rivales antes de pasar por las urnas por segunda vez en seis meses.