Ciudadanos controla sus bases con mano de hierro

Albert Rivera
Albert Rivera durante un mitin (Getty).
Juanan Jiménez
  • Juanan Jiménez
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No es oro todo lo que reluce en Ciudadanos (C’s). La formación de Albert Rivera ha dado el gran salto a la política nacional tras su éxito en Cataluña. Sin embargo, dado que la estructura con la que Ciudadanos comenzó a la comunidad catalana era más que ajustada y poco a poco ha ido creciendo, el cambio de paradigma al convertirse en un partido con vocación nacional provoca que de cuando en cuando los sectores críticos, especialmente en las bases, hagan retumbar los cimientos de la que parecía una formación sólida y controlada por su líder. El último episodio lo ha protagonizado esta misma semana Francesca Benito, miembro del comité ejecutivo, subsecretaria de Organización en Cataluña y vicepresidenta del Consejo General (el máximo órgano de representación del partido entre asambleas generales), que ha decidido abandonar todos sus cargos y dejar la militancia de Ciudadanos por su desacuerdo con la dirección tras presentarse a las primarias al Congreso.

Desde la formación de Albert Rivera se quiere quitar hierro al asunto, de hecho, el secretario general y portavoz de Ciudadanos, Matías Alonso, ha dicho que la «desconexión» de Benito del área de Organización fue «inmediata» tras las primarias para las generales. Pero no es la primera vez que la formación, que aspira a ser clave en la formación del próximo Gobierno tras las elecciones generales de diciembre, tiene que salir a la palestra para apagar los pequeños incendios que se van avivando.

¿Tiene C’s primarias de verdad?

El primer movimiento crítico de envergadura dentro de Ciudadanos se produjo en diciembre de 2014, tras la creación de  la denominada Plataforma por las Garantías Ciudadanas (PGC’s), que agrupaba a más de 150 militantes y exmilitantes del partido repartidos por toda la geografía española. La PGC’s denunció el “oscurantismo y las faltas constantes y reiteradas de respeto hacia un derecho tan básico como la libertad de expresión y la democracia interna”.

La posible fusión de C’s y UPyD para concurrir a las elecciones municipales también fue motivo de controversia en las bases del partido. Dado que el partido de Rosa Díez finalmente no accedió a unirse con la formación naranja, hubo una desbandada general de militantes y candidatos de UPyD con destino al partido de Albert Rivera. En abril de 2015, unos 50 exmilitantes de C’s anunciaron su marcha y la creación de una nueva formación política. Este grupo de exmilitantes estaba “indignado por el asalto a los órganos de dirección y a las candidaturas de exmiembros de UPyD en una maniobra orquestada”.

A raíz de este caso, y con UPyD como telón de fondo, se produjeron movimientos sísmicos cuando C’s anunció el 13 de abril de 2015 que llevaría como independientes a cargos procedentes de UPyD para no incumplir los Estatutos.

Ya en mayo, era el Partido Popular (PP) el que arrojaba dudas sobre los procesos de primarias de C’s y en la elaboración de las listas para las municipales y autonómicas. Así, indicaron que su portavoz en Badajoz, Antonio Manzano, abandonó la formación después de que le arrebataran la candidatura al ayuntamiento pacense y se despidió del partido diciendo: «Nada he encontrado en Ciudadanos de la regeneración política que propugnan y mucho menos de transparencia».

En Los Alcázares, el coordinador de la agrupación de Ciudadanos, Gabriel Valdés, presentó una denuncia en el juzgado de San Javier en la que acusaba de coacciones a miembros de su formación en la elaboración de la lista al ayuntamiento de la localidad, señalaba el PP en su documento.

El PP también recogió irregularidades en León, Toledo, Marbella y Orense. Y en el caso de Miranda del Ebro (Burgos) denunció que el responsable de Ciudadanos, Pablo Sevilla, ha «engañado» a cuatro jubilados al incluirlos en sus listas sin su consentimiento.

El pasado mes de junio, mientras el partido de Albert Rivera apretaba las tuercas a Cristina Cifuentes para que instaurara las primarias en el PP, saltaba una nueva denuncia de falta de democracia interna, esta vez en Ciudadanos Madrid. El día 15 de junio C’s remitió un escrito a Francisco Calderón, una de las voces críticas dentro de la agrupación madrileña, en el que se le informaba de su expulsión de la formación naranja. Un resquicio en los Estatutos de Ciudadanos permitió al Comité Ejecutivo maniobrar y maquillar la operación de purga, aduciendo que se había denegado la solicitud de afiliación – obligatoria cuando se debe renovar la afiliación con el partido y que en los Estatutos recoge un periodo de carencia de seis meses durante el cual se puede rechazar la misma.  Calderón había sido el más crítico con la reorganización de la estructura del partido en Madrid. El sector crítico interpretaba que esa nueva estructura obedecía a una maniobra de Barcelona para mantener el control en detrimento de los afiliados de Madrid.

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