España
Igualdad

Las charos de verdad opinan sobre el informe de Igualdad: «Feminismo de pacotilla»

"Es un nuevo chiringuito que utilizan como excusa para gastar dinero público"

"Deberían ocuparse de proteger a las mujeres víctimas de abusos sexuales dentro del Partido Socialista"

  • Ana Borges
  • Periodista política cubriendo la información de la Comunidad de Madrid. Antes trabajé en esRadio cubriendo información política.

El informe del Ministerio de Igualdad elaborado para referirse al término charos como una expresión que genera «violencia simbólica», ha despertado la indignación de las mujeres que, de verdad, tienen por nombre Charo y que consideran esta otra «ocurrencia» del Gobierno como un «nuevo chiringuito que utilizar como excusa para gastar dinero público».

El jueves se dio a conocer que el Instituto de las Mujeres elaboró un informe de 18 páginas que analiza el origen, propagación y efectos de esta expresión, considerada por el ministerio de Ana Redondo como un mecanismo de «silenciamiento» de las mujeres en los entornos digitales.

El informe recuerda que el término comenzó a popularizarse cerca de 2011 para ridiculizar a mujeres solteras, supuestamente «amargadas o vinculadas a la administración pública y al feminismo». Su popularización dio lugar a términos derivados como «charía» o «charocracia», que muchos defendieron como bromas y juegos de palabras. Para Igualdad, no se trata de humor, sino de un estereotipo misógino que construye «una figura grotesca» y que «sirve para deslegitimar la participación política de las mujeres en redes».

Sin embargo, las que de verdad se llaman Charo no lo ven así y consideran que el Ministerio de Igualdad debería «estar más ocupado en proteger a las mujeres de abusos sexuales como los que se producen dentro del propio Partido Socialista.»

El último de estos casos hace referencia a Paco Salazar, ex secretario general de Coordinación Institucional en Moncloa, otro de los hombres de confianza del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Salazar dejó el cargo el pasado viernes, en pleno Comité Federal del PSOE, incluso antes de su nombramiento como adjunto a la Secretaría de Organización, debido a las acusaciones de acoso sexual por parte de varias mujeres que eran sus subordinadas.

«Nunca me he sentido ofendida por llamarme Charo, de hecho jamás había escuchado que se empleara en términos despectivos, creo que es el Gobierno quien ha querido hacer ruido de más con esto. Que hagan un informe para esto me parece surrealista, de estar viviendo en Matrix».

«Es mucho más importante que hagan una investigación de lo que está ocurriendo en su propio partido. Me parece absurdo estar hablando y razonando de esto. Que pregunten a cualquier Charo si no hubieran preferido que ese dinero se gaste en la Dana, La Palma o en las pulseras antimaltrato para que funcionen», asegura una de estas mujeres.

«Feminismo de pacotilla»

Otra de ellas cree que «es absurdo» este debate. Yo no me siento ofendida ni odiada por llamarme Charo y nunca nadie me ha llamado Charo de forma despectiva. Estas ocurrencias son cosas de Sánchez. Otro de sus chiringuitos para gastar dinero público. El feminismo es el que mi madre y yo en la época hemos luchado por conseguir, no el feminismo de pacotilla de ahora».

«Yo estoy muy contenta de que me llamen Charo y esto no me va a meter en ningún tema raro. Crear chiringuitos con nuestros impuestos para estas barbaridades me parece una indecencia. Esto es gastar nuestro dinero en tonterías. Más vale que se ocupen de todos los problemas que tienen sus mujeres dentro de sus partidos y no hacen nada y luego resulta que se dedican a través de sus chiringuitos a crear una polémica que no tiene ninguna lógica».

«Si quieren igualdad, lo que tienen que hacer es más caso a las mujeres que tiene problemas de acoso sexual y violencia de género, que luego las que tienen violencia sexual tienen que demostrar mucho. Tanto Sí es sí o No es no y luego resulta que su credibilidad se queda por los suelos. Entonces, ¿para que lo han creado?», lamenta otra de estas mujeres entrevistadas por OKDIARIO.

«Llamar Charo a una mujer implica despreciarla, ridiculizarla y restarle valor a sus aportaciones, con el objetivo de expulsarla del espacio público», subraya Igualdad en este informe que señala a «troles, nacionalistas blancos, gamergaters, colectivos religiosos y colectivos de extrema derecha» como actores que se integran en la organización de campañas coordinadas donde se utiliza este término.