Mas dio a los Mossos los medios más sofisticados para multiplicar el espionaje político

Artur Mas
Artur Mas tras declarar en el Tribunal Supremo (Foto: Francisco Toledo).
Carlos Cuesta

Artur Mas multiplicó los medios de los Mossos para disparar las actuaciones de espionaje político. Lo hizo dotándoles de programas informáticos y virus especializados en el pinchazo de teléfonos, en el hackeo de ordenadores y correos electrónicos, y poniendo a su disposición aplicaciones que permitían el “ataque, infección y control de un gran número de objetivos de ordenadores y smartphones de manera sigilosa”, como afirma la Policía.

Los informes que narran como el ex presidente de la Generalitat, Artur Mas, se dedicó a potenciar los medios que permitían a los Mossos centrarse en el espionaje político, aparecen reflejados entre la documentación incautada al cuerpo policial autonómico en el momento en el que pretendían destruirla en una de las incineradoras de Cataluña.

Entre esos informes se puede leer como los Mossos contaban con dos programas informáticos pensados para el más puro pirateo y espionaje. El primero de ellos era el denominado Cerberus, un programa especializado en el saqueo de datos telemáticos y en la activación remota de los terminales. Ese programa informático fue reclamado y exigido por la Generalitat bajo el mandato de Artur Mas.

El programa Cerberus era capaz de monitorizar toda la actividad de cualquier teléfono y convertirlo “en un micrófono ambiente, con una cámara de video por control remoto, sin que el usuario llegase a saberlo”, señala el informe policial.

El segundo de los programas era el denominado “en clave como Galileo, utilizado para atacar, infectar y controlar a un gran número de objetivos de ordenadores y smartphones de manera sigilosa”. El sistema de espionaje Galileo “se introducía en cualquier sistema informático, ofimático, de comunicación, incluso del micrófono, cámara, llamadas de voz, etc. con todas las aplicaciones de redes sociales del mercado”, apunta la Policía en base a la documentación salvada del intento de destrucción por parte de los Mossos.

El informe policial entregado ya el juez asegura, además, que “al parecer este fue el origen del CNI catalán, a través del Cesicat (Centro de Seguridad de la Información de Cataluña”.

De hecho, hubo un momento clave en el transcurso de esta dotación de los Moscos para el espionaje. Y es que ERC se encontraba en aquel momento pidiendo explicaciones al Gobierno español por haber incrementado los contratos y capacidades del CNI. Pero justo en el momento en el que se empezó a hablar de los programas informáticos de los Mossos, ERC cambió de actitud y se centró en “evitar una comisión de investigación el Parlament al respecto del espionaje catalán”.

Fondos reservados para la UCRO

Entre los documentos incautados por la Policía a los Mossos cuando se disponían a destruir cajas enteras de pruebas el pasado 26 de octubre también se incluían los justificantes de pago con fondos reservados de toda una unidad de la policía autonómica centrada en el espionaje político: la UCRO. Unos justificantes que empezaron a aparecer de forma masiva en la misma época en la que los medios de los Mossos para el espionaje se disparaban.

“A lo largo del informe se detalla la numerosa documentación relativa a gastos reservados generados por las diferentes unidades centrales y regionales de la Comisaría General de Información” de los Mossos, señala el informe policial. Pero, “mención aparte merecen los numerosos gastos generados por la Unidad denominada UCRO (Unidad Central de Recursos Operativos)”, señala el mismo informe.

Se trataba de una verdadera policía política al servicio de la Generalitat. De una unidad “incardinada en la Comisaría General de Información de Mossos”, cuya “estructura y componentes no se han hecho públicos” nunca, y a la que “se le atribuyen las investigaciones de carácter más delicado”. Así lo resume la Policía Nacional. Y una unidad a la que parece que se dirigían los denominados programas de espionaje. Porque el objetivo no era otro que multiplicar los casos de seguimientos a candidatos de los partidos constitucionalistas, principalmente PP y Ciudadanos, y a las asociaciones civiles que defendían el constitucionalismo y la unidad de España.

Entre esos casos de espionaje se encuentran el realizado en el domicilio particular de Alicia Sánchez Camacho para grabarla, tal y como adelantó OKDIARIO; los seguimientos a periodistas y miembros de Sociedad Civil Catalana, o a la tenencia de vehículos espía equipados con material de hackeo de cuentas mail y teléfonos para acceder a las actuaciones de aquellos que desafiaban el nacionalismo, como también adelantó este diario.

Operaciones todas ellas en las que el gasto no tenía limite y de las que “aparecen centenares de impresos justificativos en diferentes cajas” del dispendio consentido y ordenado con el que operaban, como ha señalado la Policía Nacional en su informe remitido a la Justicia.

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