Así presumía Sánchez de los pactos con Bildu de los que ahora reniega: «Es una victoria política noble»
"No hemos gobernado con Bildu, no hay ministros de Bildu ni un acuerdo de Gobierno", ha dicho Sánchez a Alsina
Sánchez blinda a Bildu como socio y le suplica el voto para que el Congreso no tumbe su próximo decreto
Tras sostenerse durante toda la legislatura en Bildu, Pedro Sánchez ha negado este lunes los acuerdos con la formación proetarra. «No hemos gobernado con Bildu, no hay ministros de Bildu ni un acuerdo de Gobierno», ha asegurado el líder socialista, que sólo ha reconocido pactos «puntuales» y «sobre leyes concretas». Sánchez pretende así desmarcarse del lastre de los acuerdos con este partido, en vísperas de la campaña para las elecciones del 23 de julio, pese a que su apoyo ha sido evidente en los últimos años, hasta el punto de convertirlo en socio preferente.
El socialista, de hecho, presumió de ese apoyo en numerosas ocasiones. En noviembre del año pasado, sin ir más lejos, celebró el apoyo de los cinco diputados proetarras a los Presupuestos Generales del Estado como «la victoria política noble» del «entendimiento entre dispares» en un momento, dijo, «de extraordinaria incertidumbre». El apoyo de Bildu fue determinante para sumar los 174 votos necesarios para que las cuentas saliesen adelante.
Sánchez, incluso, justificó el acuerdo con Bildu para transferir la competencia de Tráfico a Navarra -que provocó las críticas de la oposición por la expulsión de la Guardia Civil de esa comunidad- afirmando que se trataba de «desarrollar competencias autonómicas» y «cumplir la Constitución». «Y eso es lo que hace el Gobierno de España», zanjó el líder del PSOE.
Investidura
Más atrás, en su propio discurso de investidura, en enero de 2020, el socialista agradeció directamente a los proetarras su abstención- sin ella y la de ERC no habría salido adelante-, defendió la «mayoría progresista» del Congreso y prometió a Bildu una mejora del «autogobierno» y la transferencia de competencias al País Vasco. Unos meses después, en plena negociación de los presupuestos, Sánchez aplaudió también el respaldo de los proetarras a las cuentas afirmando que «las siglas que le importan al Gobierno son las siglas de los Presupuestos Generales del Estado». Blanqueaba así a un partido que nunca ha condenado la actividad criminal de ETA.
«Aunque le pese a algunos, esos 198 escaños representan a la España legítimamente votada. La España democrática está representada en esos 198 escaños», argumentó el socialista. Ante la polémica por ese respaldo, remitió una carta a sus militantes en la que justificaba el apoyo de los proetarras porque «todos son precisos». Aunque no mencionaba expresamente a Bildu, sí alegaba que que su objetivo era tener unas cuentas respaldadas «por todas las fuerzas políticas dispuestas a arrimar el hombro» como lo era, en su opinión, la formación de Otegi.
El partido proetarra ha sido decisivo para que Sánchez pudiese aprobar varias leyes especialmente simbólicas para su mandato, como la autodenominada Ley de «Memoria Democrática». A cambio de ese apoyo, el socialista concedió a los de Otegi la creación de una «comisión» para investigar supuestas torturas policiales en el marco de la lucha contra ETA hasta 1983, es decir, ya en democracia.
Mano tendida
En plena polémica por la inclusión de terroristas en las listas de su socio para las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo, Sánchez mantuvo un perfil bajo. Incluso tendió la mano a los de Otegi para aprobar nuevos decretos en el Congreso.
«Ustedes se han equivocado en la elaboración de las listas. Puede ser legal, pero no es decente», se limitó a decir, antes de emplazarles a apoyar el decreto de «medidas sociales» para afrontar las consecuencias de la guerra de Ucrania, que tenía previsto llevar en junio al Parlamento. «Espero que podamos contar con el apoyo de su Grupo Parlamentario», afirmó.
En más de una ocasión, el propio Otegi ha dejado en evidencia a Sánchez por esos pactos que ahora intenta esconder. «¿Cuándo dejamos de tomar a la gente por boba?», se preguntó recientemente el líder de Bildu ante los pactos entre el PSOE y el PNV en el País Vasco y Navarra para aislar a su formación. Otegi recordó que ha «sostenido durante cuatro años al Gobierno de Navarra y al Gobierno» de Sánchez.
«No le puedes decir a la gente: yo llevo cuatro años aprobando los presupuestos con Bildu, pero ahora no me gusta Bildu, porque no es creíble», lamentó, visiblemente molesto. «¿Cuándo se acaba el recreo?», insistió en alusión a la actitud del PSOE negando los acuerdos que ha mantenido con su formación desde su llegada a La Moncloa.
En este tiempo de pactos, las cesiones del Gobierno a los proetarras han sido más que evidentes. La más simbólica, sin duda, ha sido el traslado de todos los presos de ETA a las cárceles del País Vasco y Navarra, que Interior culminó en marzo, poniendo así fin a 34 años de política de dispersión.
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