Iglesias imita al ultra Le Pen, que dice que las cámaras de gas son sólo un «detalle de la historia»

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Los líderes de Podemos, Pablo Iglesias, y el Frente Nacional, Jean-Marie Le Pen.

Ni siquiera el viejo líder del fascista Frente Nacional francés, Jean-Marie Le Pen, se atrevió a tanto. El padre de la actual aspirante a presidenta de la República francesa ha sido condenado por la Justicia en varias ocasiones, e incluso expulsado de su propio partido, por minimizar los crímenes del nazismo y negar el genocidio judío.

Jean-Marie Le Pen fundó y presidió durante casi 40 años el Frente Nacional, al que transmitió su profundo antisemitismo, que luego ha dado paso a una posición de fuerte xenofobia contra todos los inmigrantes de origen musulmán.

Pero la imagen del viejo líder se ha acabado convirtiendo en un lastre demasiado pesado para su hija y actual dirigente del Frente Nacional, Marine Le Pen, quien decidió expulsarle del partido en 2015 por decir que el asesinato de seis millones de judíos en las cámaras de gas fue sólo «un detalle de la historia». Jean-Marie Le Pen ya había sido condenado por la Justicia en 1998 por expresarse en idénticos términos.

La protesta del embajador de Israel

El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, no se ha quedado atrás al afirmar que el plan sistemático puesto en marcha por Hitler para exterminar a todos los judíos de Europa fue «un mero problema burocrático». Iglesias lo escribió, eso sí, en un blog personal que eliminó de Internet al fundar Podemos y que OKDIARIO ha rescatado ahora.

Sus afirmaciones han supuesto un ultraje para la comunidad judía en España, que ha denunciado que el “pensamiento aberrante” de Pablo Iglesias alimenta a las fuerzas y movimientos que pretenden negar el Holocausto “con intenciones claramente totalitarias, antidemocráticas, intolerantes y por supuesto antisemitas“.

El propio embajador de Israel en España, Daniel Kutner, ha condenado en declaraciones a OKDIARIO las «inaceptables» palabras de Iglesias, que a su juicio «reflejan una falta de sensibilidad ante las víctimas y una banalización de la tragedia y sus dimensiones”.

Sin duda, en caso de residir en Francia, Pablo Iglesias habría tenido serios problemas con la Justicia. El ex líder del Frente Nacional, Jean-Marie Le Pen, ha sido condenado en varias ocasiones por apología del nazismo al negar o minimizar el Holocausto. Ahora tiene un nuevo proceso abierto por dedicar las siguientes palabras al cantante judío Patrick Bruel: “La próxima vez, con una carga de horno será suficiente”.

Dos ‘euroescépticos’ que apoyan a Putin

El viejo Jean-Marie Le Pen nunca ocultó su antisemitismo. Por su parte, Podemos mantiene una posición abiertamente hostil contra el Estado de Israel, la única democracia real que funciona en Oriente Medio: ha pedido que la Unión Europea tome represalias contra sus ciudadanos y ha apoyado públicamente el boicot contra los productos israelíes.

Aunque las semejanzas van más allá. El programa electoral de Podemos guarda numerosas similitudes con el del Frente Nacional francés en materia económica: ambos partidos defienden una política estatalista, rechazan los acuerdos internacionales de libre comercio y repudian cualquier atisbo de liberalismo.

Cuando negociaba apoyos para fundar Podemos, Iglesias planteó como uno de sus puntos fundamentales la salida de España del euro, una solución que también defiende la euroescéptica Marine Le Pen. En el Parlamento europeo, ambos partidos se han alineado también con frecuencia para defender las políticas de Putin, el tirano que financia a partidos de extrema derecha y extrema izquierda en toda Europa.

De hecho, la primera edición de la Universidad Podemos celebrada el pasado mes de septiembre presentó a la líder de la extrema derecha francesa, Marine Le Pen, como un modelo de «buena utilización del lenguaje con fines políticos». Una vez más, los extremos se tocan.

El culto a la violencia de Iglesias

En víspera de las últimas campañas electorales, Podemos ha modulado su mensaje y se ha presentado incluso como una «fábrica de amor», en palabras de Juan Carlos Monedero. El partido morado ha pretendido vender como «socialdemocracia de los países nórdicos» el viejo comunismo chavista defendido por Iglesias y Monedero.

Pero en sus intervenciones televisivas previas a la fundación de Podemos, Pablo Iglesias ha defendido abiertamente el uso de la violencia como arma política. Lamenta que en España no se llegara a instaurar la guillotina, se «emociona» al ver a unos manifestantes golpeando a un policía en el suelo y afirma que el derecho a portar armas es uno de los pilares fundamentales de la democracia.

Mientras Podemos se presenta como el defensor de los derechos de las mujeres, sus diputados exigen la puesta en libertad de Andrés Bódalo, quien junto a otros sindicalistas participó en un asalto a un supermercado en el que agredieron a una mujer embarazada.

Y en un chat compartido por numerosos dirigentes de Podemos, el propio Pablo Iglesias presume de que le gustaría «azotar hasta que sangrase» a la periodista Mariló Montero. Una vez más, el culto a la violencia vuelve a empañar la pretendida lucha de Iglesias por los derechos de las mujeres.

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