Turismo en Cataluña

El turismo en Cataluña no remonta el vuelo: la ocupación caerá más de un 5% en verano

Sólo se salva el turismo rural, según las previsiones del sector

La ciudad de Barcelona registra una caída de la ocupación hotelera

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Turistas en Barcelona (Foto: iStock)

El turismo en Cataluña no levanta cabeza. A los efectos del procés -perdió más de 230.000 visitantes extranjeros en los meses del independentismo-, se suma un verano turbulento. La campaña turística en la región cerrará con una caída de la ocupación superior al 5%, según las previsiones del sector.

Sólo le librará el turismo rural de este descenso, según las fuentes consultadas. Ni siquiera Barcelona podrá remontar, ya que, el cambio de tendencia le llevará a registrar un descenso de la ocupación hotelera de cinco puntos, ya que se espera un lleno de aproximadamente el 80% frente al 85% del año pasado.

El director general del Gremio de Hoteles de Barcelona, Manel Casals, ha explicado en declaraciones a Efe que en julio se registró ya esta caída y que la tendencia de agosto es la misma, descenso que ha relativizado, ya que «cuando una ciudad como Barcelona ha alcanzado cifras récord es difícil mantenerlas o superarlas».

«Barcelona no funciona como debería»

Pese al descenso de ocupación, Barcelona fue la ciudad de España con más pernoctaciones en julio, con 1,8 millones de noches por parte de turistas extranjeros y 233.749 de viajeros residentes en el país, según datos del Instituto Nacional de Estadística.

Aun así, Casals cree que «la ciudad no está funcionando como debería» y ha atribuido el descenso a que la imagen de la capital ha empeorado por factores como «las huelgas y retrasos en el aeropuerto, el aumento de vendedores ambulantes, el incremento de robos o el conflicto protagonizado por los taxistas en julio».

Barcelona es la ciudad de España que registró más pernoctaciones en julio

El director general de este gremio no cree que la imagen de Barcelona se haya visto afectada por el conflicto político.

El daño causado a la imagen de Barcelona ha provocado también una caída de la facturación de las viviendas de uso turístico de entre un 5% y un 10% al final de verano, según el presidente de la Asociación de Apartamentos Turísticos (Apartur), Enrique Alcántara.

Alcántara ha explicado que al principio el sector esperaba la recuperación de la demanda, pero a la vista de las previsiones, «Barcelona no ha recuperado la imagen de ciudad fantástica como destino que tenía».

Gerona y la Costa Brava

En la provincia de Gerona, la Federación de Hostelería de la demarcación calcula un descenso medio de entre un 5% y un 10% en la ocupación al cierre del verano.

La Costa Brava registró una ocupación del 75% durante julio, mientras que los hoteles de la ciudad de Gerona y alrededores alcanzaron un 74% y los de los Pirineos, un 60%.

En agosto, la ocupación ha aumentado ligeramente en las tres zonas: hasta el 80% en la Costa Brava, el 75% en la ciudad de Gerona y alrededores, y el 70% en el Pirineo.

Respecto a los pisos turísticos en la demarcación de Gerona, la Asociación de Apartamentos Turísticos de la Costa Brava y el Pirineo (ATA) también ha registrado hasta ahora un descenso en las ocupaciones y reservas respecto al verano del año pasado.

La gerente de la ATA, Àngela Galceran, ha achacado este descenso al «turismo prestado», es decir, a las personas que cambiaron sus destinos habituales por Cataluña, pero que ahora se han vuelto a desplazar hacia otros países, como son Turquía, Túnez o Egipto.

El turismo rural, la ‘salvación’

En la provincia de Tarragona, los únicos datos existentes a estas alturas del verano son los que corresponden a julio, cuando las pernoctaciones de turistas extranjeros y de viajeros españoles ascendieron a 1,7 millones, frente a los dos millones de hace un año.

De este escenario general de descenso de la ocupación sólo se libra el turismo rural, que espera cerrar el verano con números similares a los del año pasado.

La Confederación de Turismo Rural y Agroturismo de Cataluña (Turalcat), formada por 16 entidades, prevé para julio y agosto una ocupación del 90% en los Pirineos y las comarcas del Ripollès, Berguedà, Osona, Bages e incluso Penedès.

En zonas como el Pla de Lleida, Turalcat sitúa las reservas en torno al 70% y en algunos territorios al 80%, similar a 2017.

El presidente de la Federación de Hostelería de Lérida, Josep Castellarnau, ha calificado de «buena» esta temporada de verano y espera mantener los niveles del año pasado.

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