Ten mucho cuidado al pedir una hipoteca: te contamos sus principales diferencias
A la hora de pedir una hipoteca debemos tener muy en cuenta qué es lo que estamos contratando, te mostramos sus principales diferencias
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A la hora de pedir una hipoteca debemos tener muy en cuenta qué es lo que estamos contratando, te mostramos sus principales diferencias. Podemos ahorrarnos mucho dinero si sabemos qué es lo que contratamos antes que nada para que no haya ninguna sorpresa. Es importante, antes de recurrir a un préstamo hipotecario, conocer cada uno de los elementos que lo forman para que después no haya ningún problema o malentendido. Estas son las principales diferencias entre los diferentes tipos de hipoteca, así podrás escoger la que mejor se adapte a tus necesidades.
Te contamos las principales diferencias a la hora de pedir una hipoteca
En caso de necesitar una hipoteca para poder hacer realidad nuestro proyecto vital o necesitar más dinero para ello, es importante saber qué estamos firmando y las consecuencias que puede tener. Sea la cantidad de dinero que sea, se debe devolver y con intereses, por lo que los primeros años quizás no paguemos nada de la hipoteca, solo intereses.
Es importante estar preparado para pedir una hipoteca sabiendo que según el grado que tenga se ejecutará más o menos rápido. Es decir, nos quedaremos sin el bien hipotecado, ya sea la casa, propiedades o lo que tengamos en juego, subastándolo y en caso de quedar una deuda, el hipotecado se haría cargo de él.
La hipoteca fija actualmente parece más atractiva. Con el interés al alza se pide, aunque claro, debemos tener en cuenta que la firma de una hipoteca conlleva pagos durante décadas. Ahora puede ser más barato, aunque, no siempre. Es decir, podremos pagar 300 euros, por ejemplo, siempre, pero a cambio de unos gastos más elevados y a merced de lo que pase en el mercado, puede salir más o menos caro. Nada es estable, aunque lo parezca.
La hipoteca variable es la que tiene un índice de referencia que depende del interés que haya en ese momento. Se va recalculando, aunque no necesariamente al alza, si baja el interés, también lo hace la cuota.
Podemos optar por una hipoteca mixta que combina lo mejor del fijo y del variable. Durante un periodo inicial se pagará una cuota fija, generalmente los primeros 10 años. Después se pasará a una cuota que dependerá del interés. Es igualmente variable, siendo inicialmente fija para permitir ahorrar sabiendo el dinero que vamos a pagar.
Elige la hipoteca que mejor se adapte a ti, sabiendo si tienes o no, unos gastos fijos a lo largo del año.
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