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Telefónica, Orange y Vodafone resisten a las low cost: la congelación de precios frena el robo de clientes

Telefónica Orange Vodafone
Telefónica, Orange y Vodafone.

Las ofertas agresivas que llevan a cabo las operadoras low cost han mantenido estáticos los precios pese a la espiral inflacionista que se está produciendo en los últimos meses. La sangría de clientes que las grandes teleoperadoras como Telefónica, Orange o Vodafone estaban sufriendo en los últimos meses han comenzado a frenarse y el robo de clientes por parte de las compañías de bajo coste ha ido reduciéndose en lo que va de año.

Durante la pandemia, como medida excepcional, se congelaron las portabilidades. Tras esta medida, en octubre de 2020, los cambios de operador alcanzaron los 758.000, frente a las 523.000 portabilidades que se han registrado en el mes de mayo, según los últimos datos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Una reducción del 30% que llevo a las grandes telecos a sacrificar ciertos márgenes para poder competir con las ofertas agresivas de los Operadores Móviles Virtuales (OMV).

De esta forma, las grandes telecos han experimentado un freno es esa pérdida de clientes durante este año. Por ejemplo, el pasado mes de marzo Telefónica, que sigue ostentando el liderado en el segmento móvil, perdió cerca de 50.000 líneas, frente a las 26.000 portabilidades que se han registrado en el mes de mayo. Este freno en la fuga de clientes ha sido propiciado en gran parte por la estrategia multimarca de las grandes operadoras, así como la reducción de margen operativo de algunas OPV que les impiden continuar con la agresividad de sus ofertas.

Fusión Orange MásMóvil

«La agresividad comercial no se ha parado», confirman fuentes del mercado, que constatan que desde que se comunicaron las conversaciones para la integración de ambas compañías «se han lanzado 10 o 12 ofertas por parte de otros operadores, intensificando la competencia». Se puede afirmar que todas las operadoras han mantenido en este tiempo la maquinaria bien engrasada para presentar a los consumidores las promociones más atractivas, mientras que otras que están en ciernes y se conocerán en los próximos meses.

En particular los pequeños operadores -DigiAdamo o Finetwork- han acrecentado su guerra de precios como herramienta para capear el nuevo escenario que se prevé en un año si llega a buen puerto la fusión entre Orange y MásMóvil, por la que habrá tres grandes operadoras, siempre que los remedies o condiciones que imponga Bruselas a la transacción no obliguen a vender activos a un tercero para fomentar la creación de un cuarto operador. Esto hace que el mercado español sea hipercompetitivo, quizá el que más en toda Europa. «Los precios de España son más agresivos que en FranciaReino Unido o Alemania», apuntan otras fuentes del sector.

No hay visos de que este panorama vaya a cambiar, ya que, si bien Diego Martínez, director general de la división de B2C de Orange España, dijo recientemente que, aunque ahora mismo no tienen planificada una subida de precios asociada a la inflación a corto plazo, «si esto sigue así y se prolonga en el tiempo, no va a ser descartable en el mundo de las telecomunicaciones ni en ningún otro sector de la economía», el consejero delegado de Digi, Serghei Bulgac, cerró la puerta a aumentar sus tarifas porque se sienten cómodos con los retornos actuales. La guerra de precios continuará, pues, irremisiblemente. Tanto es así que los directivos de MásMóvil y de Orange han modificado el discurso y ya aseguran que la joint venture no bajará el nivel de competencia.  De hecho, «va a seguir incrementándose», corroboran fuentes del mercado.

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