La subida del 4,7% del salario medio en España preocupa en el BCE: «Se aparta de la prudencia»

La subida del 4,7% del salario medio en España el año pasado ha causado preocupación en el Banco Central Europeo porque rebasa con creces las demandas de prudencia que viene lanzando estos días la institución sobre la necesidad de contener al máximo la evolución de las retribuciones en un contexto en el que la política de endurecimiento monetario está ya teniendo efectos palmarios sobre el control de la inflación, pero en el que «recorrer la última milla» hasta consolidar el nivel de crecimiento de los precios en el 2% se presenta complicada.

Uno de los indicadores más importantes que tiene en cuenta la institución monetaria a la hora de decidir sobre el precio del dinero es la marcha de los salarios, y esta es inquietante en el conjunto de la UE, pero de manera particular en España, según las fuentes consultadas por OKDIARIO. Esta es, además, una de las referencias preferidas por el ala dura del banco de cara a dar su visto bueno a un eventual giro de la política monetaria antes de tiempo.

De hecho, entre los argumentos esgrimidos por los llamados halcones para mantener los tipos de interés en el 4,5%, el más destacado fue el aumento medio de los salarios en la zona euro ligeramente superior al 4%, la baja productividad -incapaz, en consecuencia de amortiguar el incremento de los costes laborales- y, por último, el precio del petróleo, que sigue siendo elevado -el barril de Brent está por encima de los 85 dólares-.

Adicionalmente, estas circunstancias se están produciendo en medio de una situación geopolítica muy tensa y compleja, con los conflictos bélicos en Ucrania y Gaza en su máximo apogeo, así como una coyuntura política plagada de elecciones clave en zonas del mundo cruciales como la propia Unión Europea en junio y Estados Unidos a finales de año, de acuerdo con los medios del BCE consultados. 

En general, el banco emisor ha trasladado reiteradamente a la opinión pública y, sobre todo, a las empresas la necesidad de contener los salarios para no desbaratar la lucha contra la inflación empujando al alza los precios de los bienes y de los servicios justo en un momento crítico, tras la comprobación de los efectos palpables de la política monetaria sobre la evolución de los IPC de los estados miembros. En el caso de España, el asunto es más grave porque los costes laborales están creciendo a un ritmo notablemente más elevado que la retribución media debido al aumento de las cotizaciones sociales decidido en su momento por el ministro José Luis Escrivá.

«Un crecimiento de los costes laborales superior al 7% como es el caso de España, coincidiendo con una productividad hundida, es difícilmente asumible a medio plazo y puede impulsar el aumento de los precios de las mercancías en un intento desesperado de las empresas por no perder margen ni castigar en exceso la cuenta de resultados», añaden las fuentes citadas. Adicionalmente, el aumento de los salarios está siendo superior a la inflación, una circunstancia poco conveniente y finalmente perjudicial para los consumidores, aunque la mayoría de ellos celebre la recuperación de poder adquisitivo después de la escalada de los precios vivida en los ejercicios pasados.

«Si no conseguimos contener las subidas de sueldos, que es lo único que está en la mano de los estados miembros y de sus actores económicos -empresarios y sindicatos- será complicado consolidar la inflación en el 2% -que es el objetivo fundacional del BCE-, así como cambiar radicalmente el sesgo de la política monetaria empezando a bajar los tipos de interés como esperan los propios empresarios -ansiosos por encontrar una financiación más asequible- y las familias acuciadas por las hipotecas y con problemas para obtener créditos para otros destinos como el consumo», explican.

«Esto es lo único que podemos hacer y algo que recae sobre nuestra exclusiva responsabilidad, porque ni tenemos desgraciadamente control sobre los precios de la energía -al depender de los productores externos de petróleo y de gas- ni tampoco está en nuestra mano cambiar  radicalmente el sesgo de los conflictos geopolíticos como la guerra de Ucrania o el conflicto de Gaza», apuntan.

Otras fuentes, en esta caso empresariales, contactadas por OKDIARIO reconocen que, en efecto, los salarios se han disparado más de lo debido a causa de «las intensas presiones ejercidas por los sindicatos y los trabajadores en general, después de varios ejercicios de inflación muy alta». En su descargo, echan la culpa del aumento global de los costes que soportan al Gobierno de Sánchez, «que ha mostrado una voluntad férrea de aumentar los impuestos para seguir expandiendo el gasto público en prestaciones sociales de toda índole», incumpliendo la necesidad imperiosa de reducir el déficit público.