Malas previsiones

A Sánchez no le salen las cuentas: las malas previsiones económicas preocupan al Gobierno

Pedro Sánchez se resiste a convocar elecciones ante la posibilidad de ser desalojado de La Moncloa. Por calendario, si la legislatura no llegase a su fin y se tuviesen que avanzar los comicios, éstos no se podrían hacer hasta prácticamente principios del segundo semestre del 2019.

Pedro Sánchez
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Senado.

Pedro Sánchez es consciente de que su tiempo se agota, con lo que, tarde o temprano, se verá abocado a celebrar unas elecciones poco esperanzadoras para los socialistas.Y es que las malas previsiones económicas que tiene el departamento que dirige Nadia Calviño hacen presagiar un gran batacazo electoral, toda vez que, si la economía tampoco acompaña, la fuerza de la derecha, el desastre en Andalucía, los flirteos con independentistas y terroristas, y demás hechos, invitan a pensar que el futuro socialista es poco -o nada- esperanzador.

En función de los resultados en las municipales, autonómicas y europeas y de si ha conseguido o no aprobar los Presupuestos Generales del Estado, el Presidente del Gobierno disolverá las cortes pasado el verano para convocar a los españoles a las urnas en otoño. Este escenario, reconocen en el PSOE, no es el deseado, pero si se llega hasta ahí se tratará de una situación límite. Sin presupuestos, con desastrosos datos económicos, con un Gobierno cada vez con menos apoyos parlamentarios y con una oposición cada vez más feroz, la gobernabilidad es complicada.

En el cuartel general de Ferraz, por eso, temen celebrar los comicios en otoño por la mala situación económica que atravesará el país. Las noticias que llegan desde el ministerio de Economía, comandado por la independiente Nadia Calviño, no son buenas para los intereses socialistas. Según fuentes de Economía consultadas por este periódico, las previsiones de crecimiento para el segundo semestre del año que estamos a punto de inaugurar son peores de las que se preveían inicialmente y esto puede ser letal para el Gobierno de Sánchez.

Esta desaceleración que el departamento de Calviño prevé para la segunda mitad del año, vendrá acompañada de un aumento de las cifras de desocupados, como suele ocurrir siempre después de los meses de verano fruto de la contratación temporal en el sector hostelero para afrontar la temporada estival. Un escenario complicado para el Ejecutivo y el PSOE, que venden su gestión económica como una solución “al desastre del anterior gobierno del PP” según el propio Pedro Sánchez.

Sánchez ha destacado el crecimiento del 0,6% del PIB español en el tercer trimestre del año, “por encima del 0,4% de Francia, el -0,1% de Italia y el -0,2% en Alemania”. Sin embargo, lo cierto es que la economía española se ha estancado. El PIB, sí, ha crecido un 0,6%, con lo que la cifra internanual se queda en el 2,4%. Sin embargo, esa cifra es una décima inferior a lo estipulado hace unas semanas por el Banco de España, la menor en cuatro años, y tres décimas por debajo de lo previsto por el propio Ejecutivo para este año.

Y es que el 2,7% que preveía el Gobierno de Pedro Sánchez para este año será prácticamente imposible de alcanzar, toda vez que para este cuatro trimestre se espera un crecimiento del 0,7% e, incluso, una décima inferior. Así, la desaceleración de la economía española es un hecho, afectada, eso sí, por lo que está ocurriendo en el resto de economía de Europa.

Al mismo tiempo, la deuda pública ha crecido en noviembre en algo más de 9.000 millones de euros, lo que deja la cifra final en 1,029 billones de euros. Es la segunda peor marca histórica, tras el dato de septiembre. El presidente del Gobierno ha destacado que el déficit está descendiendo gracias a un aumento de la recaudación del 6% y del gasto en el 4%. Hasta octubre, ha asegurado el presidente, el déficit sin las administraciones locales se situó en el -1,07%, seis décimas mejor que en el mismo periodo del año pasado.

A todo esto hay que sumar el aumento del gasto que anunció Sánchez para el próximo año debido tanto a las pensiones como al sueldo de los funcionarios. Las pensiones se revalorizarán con el IPC de los últimos doce meses, un 1,6%, mientras que las mínimas crecerán un 3% y la base reguladora de las de viudedad, un 4%. Por su parte, el sueldo de los funcionarios crecerá un 2,1%.

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