Caos en el hólding público

Sánchez da un ultimátum a Montero para que nombre ya presidente de la SEPI tras el escándalo

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

La resolución del escándalo de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) desvelado por OKDIARIO se le complica a la ministra de HaciendaMaría Jesús Montero. Su candidato para presidir el holding empresarial público, Antonio Miguel Cervera, ha rechazado el ofrecimiento, y Pedro Sánchez le ha dado un ultimátum para que nombre ya presidente, según fuentes conocedoras de la situación; si no lo hace de inmediato,  Moncloa se lo impondrá.

El escándalo proviene de que el anterior presidente de la SEPI, Vicente Fernández Guerrero, tuvo que dimitir en octubre de 2019 al ser imputado en el caso Aznalcóllar (la presunta prevaricación en la adjudicación de los derechos de una mina), pero Montero le estaba guardando el puesto sin nombrar un nuevo presidente de la SEPI a la espera de su desimputación en dicha causa. Por eso, no había nombrado un nuevo presidente y mantenía a la SEPI paralizada desde hace casi dos años, pese a gestionar el fondo de rescate de empresas estratégicas dotado con 10.000 millones.

Y, mientras tanto, Fernández Guerrero ha seguido dirigiendo el organismo en la sombra. De hecho, conservaba el coche oficial, la secretaria, la cuenta de correo electrónico, mantenía reuniones con directivos e incluso visitaba a las compañías participadas por el holding empresarial público.

Al mismo tiempo que OKDIARIO destapaba esta situación, la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Sevilla no solo no desimputó a Fernández Guerrero, sino que le abrió auto de procesamiento. Una circunstancia que dejaba en ridículo a la ministra y que le obligaba a buscar a toda prisa un nuevo presidente para la SEPI. Su primer candidato era Antonio Miguel Cervera, otro excolaborador suyo en la Junta de Andalucía, donde era director general de Patrimonio, y actual presidente de una filial del hólding llamada Sepides.

Montero se queda sin candidato

Pero Cervera ha declinado la oferta, según las fuentes citadas, alegando motivos personales. Esa es la razón por la que no se aprobó el nombramiento en el Consejo de Ministros de este martes. Y ahí es donde llegó el ultimátum de Pedro Sánchez, que no está dispuesto a que el escándalo siga creciendo y quiere cortarlo de inmediato. De hecho, el PP ha preguntado en el Congreso por el escándalo y Vox ha pedido la comparecencia de Montero. Si la ministra no nombra ya nuevo presidente, Moncloa se lo impondrá.

Para salir del paso, la titular de Hacienda y Portavoz del Gobierno tiene en la recámara el nombre del actual vicepresidente de la SEPI, Bartolomé Lora. Pero no termina de convencerle, ni a ella ni al resto del gabinete, por su perfil bajo, su condición de funcionario de carrera en un momento en que el hólding debe tomar decisiones políticas cruciales sobre el rescate de grandes empresas al borde de la quiebra (como Duro Felguera), y su mayor cercanía a las ideas del PP que a las del actual Ejecutivo.

De ahí que Montero esté buscando frenéticamente otro candidato con un perfil más político y conocimientos suficientes para ponerle al frente de la sociedad pública. La idea de Sánchez es nombrarlo en el Consejo de Ministros del próximo martes, tanto si la ministra tiene un nuevo nombre como si no.

Sin respuestas sobre el caso Isofotón

El de la SEPI no es el único escándalo que persigue a Montero: también está implicada en el ‘caso Isofotón’, que investiga las ayudas de 80 millones concedidas por la Junta de Andalucía a esta empresa fotovoltaica que acabó en concurso de acreedores y en liquidación. La Fiscalía del mismo juzgado de Sevilla que investiga el caso Aznalcóllar ha pedido documentación al Gobierno regional que puede llevar a su imputación, junto a la de otros dos ministros: Luis Planas (agricultura) y Teresa Ribera (Transición Ecológica).

En la sesión de control al Gobierno en el Congreso de este miércoles, el PP solicitó la dimisión de los tres y los interpeló sobre el escándalo. Sin embargo, ninguno de ellos contestó a las preguntas, sino que se limitaron a calificarlas de «infamias y difamaciones». En vez de responder, Montero aprovechó para atacar al principal partido de la oposición por su mal resultado en las elecciones catalanas y por el anuncio de su salida de la sede de la calle Génova en Madrid que anunció el martes el presidente de la formación, Pablo Casado.

«Dejen de difamar y dejen de practicar esa política de tierra quemada que le critican en las urnas», sentenció la Portavoz del Gobierno. La parlamentaria del PP Carolina España le recordó también su implicación en el caso de los EREs cuando era consejera de Economía y Hacienda de Andalucía bajo la presidencia de José Antonio Griñán y le pidió con insistencia su dimisión.

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