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Economía
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Sánchez aprobó la venta de «armas de guerra» a Marruecos y munición a Cuba mientras vetaba a Israel

Estas operaciones no se hacen directamente desde el Gobierno de Sánchez, sino a través de una compañía

  • Benjamín Santamaría
  • Economista, analista, conferenciante y máster de educación con especialidad en Economía. Redactor de economía y empresas en OKDIARIO y autor de 'La economía a través del tiempo' en el Instituto Juan de Mariana. Miembro de la junta directiva del Centro Diego de Covarrubias.

El Gobierno de Pedro Sánchez aprobó la venta de «armas de guerra» a Marruecos y de 24 toneladas de «municiones y proyectiles» al régimen de Cuba, según desvelan a este periódico fuentes del Ministerio de Defensa. De esta forma, el Ejecutivo socialista no sólo se niega a aumentar el gasto en Defensa hasta el 5% del Producto Interior Bruto (PIB) de España como el resto de países aliados, sino que parte de los productos armamentísticos producidos en territorio nacional se están vendiendo a estados como el marroquí o el cubano. Además, en ese mismo momento, Sánchez y sus socios comenzaban a enarbolar su veto a Israel.

En concreto, los registros oficiales muestran como, en julio de este año, España exportó a Cuba 24 toneladas de «munición» por valor de 81.600 euros. En ese mismo periodo, se registraron unas exportaciones de 1,5 toneladas de «armas de guerra» a la economía marroquí. En este último caso, el precio a cambio ascendió hasta rozar los 63.000 euros.

Fuentes del Ministerio de Defensa explican a este periódico que estas transacciones deben de ser aprobadas por el Ejecutivo: «La exportación la hace una empresa que solicita una licencia, la puede dirigirse, dependiendo del tipo de operación (importe y sensibilidad), a la Secretaría de Estado o al Consejo de Ministros».

Sánchez y las ventas a Marruecos y Cuba

Tanto la venta de «munición» a Cuba como la de «armas de guerra» a Marruecos no se hacen directamente desde el Gobierno de Sánchez, sino a través de una compañía: «Defensa, por lo general, solo hace de proveedor para transferencias de stock entre aliados».

«O sea, Defensa sólo va a firmar como vendedor en un acuerdo de la OTAN de reponer munición. Por ejemplo, cuando se han dado cosas a Ucrania y algunos países se quedaban por debajo del mínimo. Pero, en general, siempre es preferible que lo hagan empresas, por razones de personalidad jurídica y apelación», aseguran las fuentes.

En el caso de Cuba, no es la primera vez que el Ejecutivo socialista aprueba la venta de material armamentístico al régimen. Tal y como adelantó este periódico, Sánchez vendió al país caribeño 50.792 euros en armas de represión policial. Precisamente, la dictadura utilizó a sus fuerzas armadas y cuerpos policiales para reprimir las manifestaciones ciudadanas en favor de la libertad y contra la falta de recursos.

Sánchez, sonriente con el dictador cubano, Díaz Canel.

Por otro lado, en el caso de Marruecos, la aprobación de la venta de «armas de guerra» por parte del Gobierno de Sánchez coincidió con un mes un tanto polémico. En concreto, el Gobierno de Rabat decidió cerrar «de manera unilateral» la aduana comercial de Beni-Enzar, en Melilla, en julio, impidiendo el transcurso de mercancías y perjudicando enormemente a la ciudad autónoma.

Así, Marruecos decidió presionar a España con un bloqueo comercial en Melilla, cerrando la aduana comercial tras seis meses de apertura. Así, Rabat busca debilitar la ciudad autónoma, algo que desde el Gobierno local han descrito como una «debilidad de España» frente al país vecino.

Una debilidad que se hace más evidente al analizar las transacciones comerciales a nivel global. El bloqueo del comercio con la nación africana en Melilla no sólo no implicó una reducción de las importaciones, sino que España lo compensó, y con creces, duplicando su número en el mismo mes, tal y como reveló OKDIARIO.

El consistorio ha denunciado «la falta de respaldo» del Ejecutivo de Pedro Sánchez: «Nos cuesta Dios y ayuda porque no tenemos un Gobierno que nos apoye. Lo estamos haciendo por nuestros propios medios, pero estamos solos».