DEFENSA

Sánchez aprobó la compra de «armas de guerra» a China cuando pedía relajar el conflicto con la UE

Las empresas son las encargadas de realizar este tipo de operaciones, pero necesitan permiso de Defensa

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Benjamín Santamaría
  • Benjamín Santamaría
  • Economista, analista, conferenciante y máster de educación. Redactor de economía en OKDIARIO y autor de "La economía a través del tiempo" en el Instituto Juan de Mariana

El Gobierno de Pedro Sánchez aprobó la compra de «armas de guerra» a China en julio, según desvelan fuentes del Ministerio de Defensa a OKDIARIO. En ese mismo mes, el Ejecutivo pidió a la Comisión Europea que relajara las tensiones comerciales con la nación que dirige Xi Jinping. La adquisición de material bélico ha contado con una aprobación específica del Ministerio en forma de certificado. Las mismas fuentes afirman que las empresas suelen realizar este tipo de operaciones, pero que necesitan el permiso de las autoridades políticas.

Esto sucede en medio de una guerra comercial entre la Unión Europea y el gigante asiático, la cual comenzó con la imposición de aranceles al vehículo eléctrico chino. Esta medida fue ratificada el viernes por la Comisión Europea.

El motivo de la exigencia del abono arancelario es necesario, según Europa, para compensar los subsidios ilegales de Pekín a sus productores. El país asiático ha respondido a estas acusaciones con otras similares hacia el sector porcino y lácteo europeo.

Las «armas de guerra» de China

En ese contexto, el Gobierno español ha luchado por relajar las tensiones entre la Unión Europea y el país que dirige Xi Jinping, algo que sucedió el mismo mes en el que permitía la compra de armamento.

En concreto, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, pidió a la Comisión Europea una solución «constructiva» a los roces comerciales el pasado mes de julio.

El ministro apuntó que la Comisión mantiene el contacto con las autoridades de China, por lo que confiaba en que pueda encontrarse una solución «constructiva» a lo que calificó de «guerra comercial» entre China y otros países de la Unión Europea.

Sin embargo, en ese mismo mes, España compró material bélico al gigante asiático. En julio, España adquirió «armas de guerra» de China, «algo que sólo había ocurrido dos veces antes, en 2019 y 2017», según las mismas fuentes. Es decir, esta operación sólo se ha realizado en tres ocasiones en toda la historia.

Por tanto, mientras el Gobierno pedía a la Unión Europea que relajara las tensiones comerciales con China, aprobaba la adquisición de armamento por parte de alguna mercantil española.

De hecho, unos meses después a las declaraciones de Planas, Pedro Sánchez también se pronunció en contra de las tensiones diplomáticas: «No necesitamos otra guerra, en este caso una guerra comercial». Es más, el presidente del Gobierno llegó a realizar un viaje al gigante asiático.

Fracaso del Gobierno

Sin embargo, el Gobierno de Sánchez ha fracasado en su intento de disipar el conflicto. El viernes, los ejecutivos de la UE no fueron capaces de ponerse de acuerdo y sumar una mayoría este viernes para aprobar o desestimar la imposición de aranceles al coche eléctrico de China.

Por tanto, la decisión está ahora en las manos de la Comisión Europea, quien adoptará en los próximos días la decisión definitiva que haga permanentes las tarifas que la UE impone de manera provisional desde el pasado mes de julio.

En la reciente votación sobre la propuesta de la Comisión Europea para hacer permanentes los aranceles provisionales a ciertos productos procedentes de China, sólo cinco países, entre ellos Alemania, votaron en contra.

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Úrsula von del Leyen, presidenta de la Comisión Europea.

España, junto con otros once países, se abstuvo en la votación, mientras que diez países votaron a favor de la propuesta. Para bloquear la medida, se requería que al menos 15 Estados miembros, representando el 65% de la población de la Unión Europea, votaran en contra, algo que no ocurrió.

Esta votación formó parte del proceso por el cual los Veintisiete deben decidir si los aranceles provisionales establecidos por Bruselas se vuelven permanentes. Según las normas comunitarias, se debe tomar una decisión antes del 30 de octubre sobre esta cuestión clave para las relaciones comerciales con Pekín.

«Paralelamente, la UE y China siguen trabajando arduamente para explorar una solución alternativa que tendría que ser plenamente compatible con la OMC, adecuada para abordar las subvenciones perjudiciales establecidas por la investigación de la Comisión, supervisable y ejecutable», aseguró la Comisión Europea.

No obstante, Bruselas ha llevado a China ante la OMC por su investigación para vetar al sector lácteo europeo. El análisis del bloqueo de la leche de la Unión Europea comenzó como represalia tras la imposición de aranceles al coche eléctrico chino. Por ello, las autoridades europeas consideran que el gigante asiático está realizando un abuso al poner en cuestión el comercio de este sector.

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