Crisis del coronavirus

La restauración apuesta por el ‘take away’ y el ‘delivery’ para salvar el negocio, pero no es suficiente

Batch Cooking

El take away (comida para llevar) y el delivery  (comida para enviar a domicilio) se han convertido en los nuevos canales alternativos que muchos restauradores han puesto en marcha o han ampliado durante la pandemia, independientemente de su tamaño. Sin embargo, no son suficientes para compensar la caída en picado de las ventas. Sólo son un complemento, no una fuente de ingresos significativa.

La primera modalidad está permitida desde la fase 0 en todos los locales de restauración, y la segunda desde que se decretó el estado de alarma.  Tradicionalmente, el servicio de ‘delivery’ está vinculado a la comida rápida. De hecho, a cierre de 2019 supuso un 16% de las ventas del sector, que en su conjunto superó los 4.035 millones de euros en ventas, un 6% más que al año anterior, según desvela el Observatorio Sectorial DBK de Informa. Los establecimientos que han seguido operando durante la pandemia han elevado hasta un 50% los pedidos de servicio a domicilio.

La modalidad de take away ha tenido un crecimiento más moderado que el delivery debido a que es un hábito de consumo poco arraigado en nuestro país. «En España compramos comida para llevar de manera esporádica, como algo anecdótico, pero la gente no va normalmente a comprar comida a los restaurantes y bares. El grueso del negocio de los hosteleros está en el consumo en el local de comidas, bebidas, cafés y copas, no en el take away», explica José Luis Yzuel, presidente Hostelería España a OKDIARIO.

El nuevo consumidor

La actual coyuntura socioeconómica ha acelerado la expansión de las estrategias de venta, y también ha dado lugar a nuevo tipo de usuario:  nacional y con menos poder adquisitivo.

«De entrada, habrá una diferencia sustancial, porque el sector turístico se habrá visto fuertemente mermado. El grueso del público en los hoteles, restaurantes y cafeterías será nacional, a diferencia de determinadas épocas del año en que los hosteleros de muchas localidades viven de perfiles foráneos. El poder adquisitivo también será menor y la necesidad de seguridad mayor», explica Julián Viruete, director de desarrollo de negocio BtB en Templo Cafés.

«La clave ahora está en la responsabilidad social, por parte de todos los agentes que influimos, de uno u otro modo, en el sector: adaptar la experiencia de consumo con apoyo a nuestros clientes y máxima garantía de seguridad desde nuestras fábricas, pasando por la red de distribución hasta la hostelería y sobre todo al consumidor final”, asegura.

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